El Viejo, con 11 años de edad, corre con desespero cuando escucha las detonaciones de la pólvora, cualquiera sea su presentación. Daisy Lucía Zuluaga Arango, quien lo adoptó cuando era un perro callejero, menciona que el can busca refugio, pero que por su tamaño le es difícil encontrarlo.
"Trata de meterse debajo de las camas y no cabe. De la impotencia comienza a llorar, a temblar y a babear. Así también reaccionaba Campana Lucía, una perra que tuve y que falleció. Sé de una perra que se queda inmóvil", cuenta.
Afectaciones
Diego Naranjo Acosta, médico veterinario egresado de la Universidad de Caldas, explica porqué se presentan estas reacciones: "Los animales de compañía soportan niveles de sonido mucho más bajos. Su oído es más agudo y mucho más fino para captar los ruidos. En promedio, soportan hasta 85 decibeles y la pólvora llega hasta 190 y 200. De entrada la capacidad auditiva se altera".
El especialista añade que tanto perros como gatos, las mascotas más comunes, pueden presentar palpitaciones, salivación, temblores, rigidez e insuficiencia respiratoria. Dice que también aparecen las náuseas y los vómitos y que se ponen a correr de un lado a otro. Que los caballos, por ejemplo, relinchan y 'zapatean' por estrés y que las aves se asustan.
"Se les ve muy eufóricos y sienten mucho miedo, porque no tienen una percepción del espacio ni de qué está pasando. Ojalá la gente tuviera consciencia y no quemara pólvora cerca a ellos. Y, en caso de querer hacerlo, fuera bien lejos de los animales", puntualiza.
Naranjo cuenta que no es extraño que dejen de comer de un día para otro y que algunas mascotas, como manifestación de su ansiedad, les da por beber mucha agua, por ladrar o maullar más fuerte y que puede haber un jadeo intenso. Orinarse o defecar en sitios no autorizados por sus amos también es una práctica común producto del susto.
"Quien tenga a cargo un animal de compañía tiene que tener mucho cuidado con los residuos sólidos resultantes de la quema de la pólvora, ya que estos pueden intoxicarlos. Estos químicos son muy fuertes para su tamaño y los matan. Supe de un perro que se comió unos totes y falleció", resalta Naranjo.
El veterinario cuenta que en lo visual sufren por la fluorescencia de las luces y que su sentido del olfato también puede alterarse. Dice que son mucho más sensibles que los humanos en ese aspecto y advierte de lo delicado que es su pelaje, situación que los hace más propensos a las quemaduras.
Acompañamiento
Acompañamiento
El especialista sugiere dispersar los ruidos de las explosiones de la pólvora con el del televisor o con música: "La reacción ante los sonidos es mucho más favorable si la mascota está acompañada. En esos momentos hay que darles un trato amoroso para que no se sientan solos. Vale abrazarlos y no se recomienda ponerles el collar o el bozal, para que estén más cómodos", concluye Naranjo.
Con prescripción médica
Con prescripción médica
El médico veterinario Diego Naranjo Acosta sugiere el uso de calmantes para disminuir las reacciones causadas por el ruido de la pólvora. Advierte que antes de suministrarle cualquier compuesto al animal es necesario consultar a un especialista: "También se usan unas tabletas, pero bajo prescripción".
Vanguardia
No hay comentarios:
Publicar un comentario