jueves, 19 de marzo de 2015

OBISPOS DE CHILE RESPALDAN A PRELADO VINCULADO CON NOTORIO SACERDOTE ABUSADOR

El obispo Juan Barros Madrid, quien fue designado para encabezar la diócesis de Osorno, está acusado de encubrir al pedófilo más notorio de Chile. 

Por Ines San Martin


A pesar de las protestas de que el nombramiento de un nuevo obispo en Chile supuestamente vinculado al sacerdote abusador más notorio del país socava una postura de "tolerancia cero", la conferencia episcopal del país emitió una declaración el miércoles prometiendo apoyo al controvertido prelado.

"Dadas las diversas manifestaciones" que han rodeado el nombramiento del obispo Juan Barros Madrid para la pequeña diócesis de Osorno, dijeron los obispos, quisieron hacer votos por "un espíritu de fe y obediencia al papa Francisco".

Los prelados dijeron estar cerca de los sacerdotes, diáconos, consagrados y laicos de la diócesis, "llamados por Jesús a ser discípulos y misioneros, en comunión con su pastor".

Expresaron su compromiso de seguir rezando para que los fieles y el obispo puedan caminar juntos "siendo uno en el Señor".

La declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile se produjo días después de que el cardenal de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati, dijera que "el santo padre ha elegido un pastor para la Iglesia de Osorno y nosotros, como católicos, estamos en comunión con el papa".

El 13 de marzo Ezzati también dijo que había hablado con Barros en diferentes ocasiones, y que los obispos "apoyarán lo que tengamos que apoyar".

Barros, anteriormente capellán militar de Chile, fue nombrado a mediados de enero nuevo obispo de la pequeña diócesis de Osorno y su toma de posesión está prevista para el 21 de marzo. Desde el anuncio, muchos han rechazado la decisión de Bergoglio, y sacerdotes, políticos y fieles locales han recogido firmas pidiendo su anulación.

Hablando en la Universidad Católica de Chile, Ezzati dijo que estaba inmensamente dolido por la situación y que "entiende y trata de comprender los sentimientos de diferentes personas".

Sin embargo, dijo el cardenal, el nombramiento de Barros es una decisión tomada por la Santa Sede y el papa, "que ha discernido claramente todo esto y ha tomado una decisión consciente".

El lunes, Barros escribió una carta dirigida a los sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles de su nueva diócesis. En ella, afirma que no tenía conocimiento de los abusos cometidos por el reverendo Fernando Karadima, y que se adhirió a una declaración de culpabilidad de 2011 de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano.

Barros es uno de los cuatro obispos tutelados por Karadima, durante mucho tiempo un punto de referencia para el clero católico del país. Karadima, de 84 años, fue condenado por el Vaticano a "una vida de clausura, penitencia y oración", en enero de 2011, tras ser declarado culpable de pederastia y abuso de su cargo eclesiástico.

"No tuve conocimiento de las acusaciones contra el reverendo Karadima mientras servía como secretario del cardenal [chileno] Juan Francisco Fresno, y no tuve conocimiento ni imaginé esos graves abusos que este sacerdote cometía contra sus víctimas", dijo Barros.

"Comprendo a quienes han sentido tristeza o molestia -dijo Barros en su declaración- pero tengo confianza en que conociéndonos y trabajando juntos por la comunidad de Osorno podremos crecer todos con serenidad unidos en nuestras tareas evangélicas".

Las víctimas de Karadima han acusado a Barros y a otros tres obispos de encubrir al sacerdote mientras abusaba sexualmente de monaguillos durante las décadas de 1980 y 1990. También afirman que Barros interceptó y destruyó una carta de denuncia dirigida a Fresno.

Sobre las acusaciones vertidas contra él, Barros dijo que está "profundamente dolido por el daño que durante largos años ha afectado a las víctimas".

"Junto con toda la Iglesia, reitero que no hay lugar en el sacerdocio para quienes cometen estos abusos, y que la prevención y la promoción de un tratamiento adecuado han de ser un pilar en nuestro camino eclesial", dijo Barros en la carta.

Barros también se refirió a una conversación personal con Bergoglio del pasado mes de febrero.

"[Francisco] me animó a asumir este nuevo desafío pastoral con humildad y generosidad, sirviendo al pueblo de Dios en Osorno en nombre de Jesús, especialmente a los más pobres", dijo el obispo en la carta.

El reverendo alemán Peter Kliegel, que ha estado en Chile durante los últimos 49 años, envió una carta al papa Francisco esta semana pidiéndole que revise la decisión, diciendo que Barros "no tiene credibilidad", y que el encuentro entre el obispo y sus sacerdotes, celebrado el 4 de marzo, fue "abierto y honesto, pero difícil y el acercamiento doloroso".

Kliegel fue también el responsable de una petición firmada por 31 sacerdotes de la diócesis enviada al representante papal en Chile, solicitando al Vaticano que rescindiera el nombramiento.

Cuando se anunció el traslado de Barros en enero, Juan Carlos Cruz, ex seminarista y una de las víctimas de Karadima, acusó al obispo de encubrir los abusos sexuales del sacerdote, estar presente mientras se producían los abusos, amenazar a los seminaristas y "hacer el trabajo sucio de Karadima".

James Hamilton, otra de las víctimas de Karadima, también ha testificado que vio a Barros en la habitación mientras era abusado por su antiguo mentor.

"¿Esto es lo que se nombra como obispo de Osorno? -dijo Hamilton a CNN- Para aquellos de nosotros que conocemos la verdad de esta historia -y aparentemente el Vaticano también lo sabe- esto es increíble".

"El pueblo chileno no aguantará más esto, es denigrante para el país, para nuestra imagen internacional, para nuestros niños... No podemos tolerar esto [los abusos sexuales] ni por parte de familiares, ni por parte de nuestros obispos. Esto tiene que acabar".

El caso de las víctimas contra Karadima ha sido desestimado por los tribunales civiles chilenos en dos ocasiones: en 2010, antes de la sentencia del Vaticano, y de nuevo en 2011, porque había prescrito.

Con la ayuda de la Iglesia, la jueza Jessica González sí determinó que las denuncias de abusos eran ciertas.

Cruz, Hamilton y una tercera víctima, José Andrés Murillo, mantienen actualmente una batalla legal con la diócesis de Santiago de Chile, exigiendo una disculpa pública de la Iglesia chilena, que la institución reconozca los crímenes de Karadima y una compensación económica de 700.000 dólares.

Fuera de la iglesia de Osorno donde Barros celebrará la misa de imposición el 21 de marzo, los manifestantes han estado celebrando vigilias con velas y prometiendo detener la liturgia. El sábado, mientras se celebre la misa, celebrarán una liturgia paralela, vestidos de negro, en señal de luto.

Juan Carlos Claret Pool, responsable de un movimiento laico que pide la destitución de Barros, dijo que saben que lo que piden no es una cosa baladí.

Poniendo como ejemplo la renuncia de Benedicto XVI al papado, Pool dice que "Barros es un hijo de la Iglesia" y, como tal, no esperan que deje el sacerdocio sino que, tal vez, desempeñe una función administrativa.

"Le invitamos a discernir si realmente ama a la Iglesia y a actuar en consecuencia -dijo Pool- Se ha demostrado que no puede servirla adecuadamente como obispo".


Bishop-Accountability


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