domingo, 21 de noviembre de 2010

FUERTE REACCIÓN DE LA IGLESIA ANTE LOS QUE QUIEREN QUITAR SIGNOS RELIGIOSOS


    
El vicepresidente del Episcopado, José María Arancedo, cargó duro contra quienes impulsan proyectos en ese sentido. "Es una confrontación gratuita sobre un problema que no existe y que busca desviar la atención de los graves problemas del país", dijo


El vicepresidente segundo del Episcopado y arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, consideró como "una confrontación gratuita" el promover el retiro de los lugares públicos de los símbolos religiosos. De esta forma, salió al cruce de un proyecto en ese sentido que presentó recientemente la diputada Alicia Gutiérrez en la Legislatura santafesina.

En declaraciones al diario El Litoral de Santa Fe, Arancedo dijo que plantear estas iniciativas cuando aún están pendientes de solución problemas tan graves como la marginalidad es "desviar la atención, es plantear problemas que no existen". Además de que es una actitud "ajena a la sensibilidad del pueblo" y, en fin, "un progresismo de laboratorio".

"La presencia de símbolos religiosos tiene una razón de ser en la vida e historia de una comunidad que hay que saber leer y respetar. No se puede borrar esa historia desde una aparente actitud de progresismo cultural.", dijo.

Agregó que "los momentos mayores de nuestra historia estuvieron marcados por una referencia explícita y pública a Dios. Pienso en nuestra Constitución Nacional, que al tiempo que abría las puertas de la Patria , no ocultaba una invocación a Dios, y presidía ese acto solemne un crucifijo, símbolo de la fe cristiana".

Para Arancedo, "el justo orgullo de ser (Santa Fe) Cuna de la Constitución , no nos debería hacer olvidar las raíces y razones de fe de nuestros mayores. Ellos no discriminaron a nadie; su fe los hizo abiertos y respetuosos de todos".

"También a nosotros, como santafesinos -acotó-, nos acompaña la devoción a la Virgen de Guadalupe que ha sido proclamada nuestra patrona. Negar esta presencia es, también, un acto reñido con la pacífica, religiosa y tolerante historia de nuestra provincia.

Y concluyó: "Espero que en el tratamiento de este tema haya madurez histórica, respeto social y prudencia política en nuestros legisladores".



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