martes, 26 de abril de 2016

KASPER: DIVORCIADOS Y VUELTOS A CASAR, EL PAPA LES HA ABIERTO LA PUERTA

La intención del papa es “no mantener todo como hasta ahora”. Esto es lo que dijo el cardenal Walter Kasper en una entrevista con un periódico alemán sobre el plan de reforma que el papa Francisco tiene en mente para la Iglesia católica.


La intención del papa es “no mantener todo como hasta ahora”. Esto es lo que dijo el cardenal Walter Kasper sobre el plan de reforma que Bergoglio tiene en mente para la Iglesia Católica. En una entrevista concedida al diario alemán Aachener Zeitung el 22 de abril, el “pastor-teólogo” dio su interpretación sobre las cuestiones que han suscitado debate desde la publicación de Amoris Laetitia.

“La puerta está abierta”, dijo en referencia a la disciplina de los sacramentos para los divorciados vueltos a casar, pero “el papa no ha dicho cómo atravesarla. Sin embargo no ha repetido las declaraciones negativas de papas anteriores sobre lo que no es posible y no está permitido. Por lo tanto, hay espacio para obispos individuales y conferencias episcopales individuales”. El énfasis en la inculturación y la descentralización es evidente, así como la inexistente referencia a papas anteriores. Porque con el papa Francisco, dice el cardenal alemán, “las cosas ya no son tan abstractas e impregnadas de sospecha como lo han sido en otros momentos” de la historia de la Iglesia.

El cardenal también dio un ejemplo concreto que revela mucho sobre la práctica "caso por caso" de Amoris Laetitia en relación con la Eucaristía para los divorciados vueltos a casar. Cuando Kasper era obispo de Rottenburg, un párroco le planteó el caso de una madre divorciada que se había vuelto a casar y que, sin embargo, había preparado a su hija para la Sagrada Comunión "mucho mejor" que otros. "Es una mujer muy activa en la Iglesia y que estaba en Cáritas", subrayó. El sacerdote no prohibió a esta madre el acceso a la Eucaristía el día de la Primera Comunión de su hija. “Ese sacerdote tenía razón”, explica Kasper, y “se lo dije al papa Francisco, que confirmó mi actitud”.

Es el sacerdote quien tiene que tomar la decisión. De otro modo, no hay solución”. Se confirma así esa “puerta abierta” cuya existencia el propio pontífice no negó en la rueda de prensa en el avión de regreso del “viaje apostólico” a la isla de Lesbos. Es igualmente evidente que el riesgo de una pluriformidad de la praxis está en el horizonte; de hecho, como dice el propio Kasper, el llamado “enfoque caso por caso” significa que “aquí [en Alemania] puede ser correcto lo que se considera erróneo en África”.

También es evidente una cierta extralimitación de aquellos claros límites (especialmente la necesidad de vivir como hermano y hermana) que se indicaban en la Familiaris Consortio de Juan Pablo II para el acceso a la Eucaristía de los divorciados vueltos a casar. También puede observarse que en el caso citado por Kasper ni siquiera aparecen esas famosas cinco condiciones que el propio cardenal había expuesto en el polémico informe al consistorio en febrero de 2014. Sobre dos de esas indicaciones podemos pasar de largo, ya que se trataba de vivir el segundo matrimonio lo mejor posible, educar a los hijos en la fe y tener deseo de los sacramentos. Pero sobre los otros tres, cabe preguntarse si el párroco de la diócesis de Rottenburg había comprobado que la señora se había arrepentido del fracaso del matrimonio anterior, había descartado definitivamente la posibilidad de volver atrás y no podía abandonar sin más los compromisos contraídos en el nuevo matrimonio civil.

En este punto, de hecho, uno se pregunta por qué Kasper estableció esas cinco indicaciones, dado que en el caso citado parece que la práctica ya era mucho más fácil. Y en todo caso Kasper fue obispo de Rottenburg de 1989 a 1999, cuando las indicaciones de Familiaris Consortio, exhortación apostólica publicada en 1981, estaban plenamente “vigentes”: ¿se seguían las indicaciones de la exhortación de Juan Pablo II? ¿O estaban ya los obispos aplicando 'proféticamente' las indicaciones que se encuentran hoy en Amoris Laetitia?

El papa Francisco “quiere una Iglesia que no señale con el dedo, sino que tienda la mano”, dice Kasper, repitiendo un estribillo bastante extendido. “Hay un viento nuevo” en la Iglesia, a la que Bergoglio quiere “cambiar la cara”, sin cambiar “su esencia”. En Alemania, sin embargo, parece que este viento ya sopla desde hace tiempo.


La Nuova Bussola Quotidiana


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