
Una multitud de fieles provenientes de todas las parroquias de la diócesis de Rafaela (que abarca los departamentos Castellanos, San Cristóbal y Nueve de Julio) participó el pasado sábado de la misa de Corpus Christi que fue presidida por el obispo, monseñor Carlos María Franzini.
La celebración tuvo lugar frente a la catedral San Rafael y fue seguida por la tradicional procesión alrededor de la plaza 25 de Mayo.
En su homilía, el prelado señaló que la celebración coincide con tres acontecimientos que son iluminados y sostenidos por el Misterio Eucarístico: la declaración del Año Sacerdotal, la colecta de Caritas y las elecciones.
En primer lugar, destacó que el Papa haya destinado “un año especialmente dedicado a dar gracias a Dios por el don del sacerdocio ministerial, don inestimable que Jesús ha querido dejar a su Iglesia, junto con la Eucaristía. Se trata de un misterio grande y desconcertante que el Señor haya querido quedar sacramentalmente presente en medio y al frente de su pueblo a través de estas pobres ‘vasijas de barro’ que somos los pastores. Tanto más desconcertante para nosotros cuanto más conocemos nuestras miserias e incoherencias”. No obstante, manifestó su confianza en “la certeza de que los pecados de unos pocos, maliciosamente ampliados por sectores interesados, no llegan a desdibujar la generosa entrega de multitud de pastores que desde hace veinte siglos han dado -y siguen dando- su vida por el rebaño…”.
En referencia a la Colecta nacional de Caritas, que se realizó ese fin de semana, afirmó: “Caritas es la Iglesia que se organiza y va al encuentro del Señor que nos espera en cualquier hermano que pasa necesidad. La colecta es -o debería ser- una expresión más del empeño firme y perseverante de toda la comunidad cristiana por responder solidariamente a las necesidades de los hermanos pobres, débiles y sufrientes. Por ello en este día eucarístico en que somos invitados a mirar con ojos de fe al Señor presente en el Pan consagrado, también somos invitados a reconocer con mirada creyente al mismo Señor que nos dice: ‘…tuve hambre y ustedes me dieron de comer…”
Pero aclaró que “esta disposición solidaria no puede reducirse a un gesto aislado, por más generoso que éste sea”, sino que “la ocasión de la Colecta debe llevarnos a revisar nuestro compromiso permanente con los más pobres, sobre todo a través de la silenciosa y perseverante tarea que realiza Caritas en nuestras comunidades… Manifestar públicamente nuestra devoción al Señor Sacramentado nos compromete a gestos igualmente públicos de compromiso solidario...”
Finalmente, en relación con las próximas elecciones, expresó: “Nutridos en la Eucaristía, memorial de la Pascua, sacramento de la comunión con Dios y los hermanos, nos sentimos urgidos a construir la patria terrena según los valores del Evangelio. Y en esta construcción ocupa un lugar privilegiado el fortalecimiento de las instituciones republicanas y el ejercicio de las responsabilidades democráticas que a todos nos incumben. Por ello hemos de asumir con plena responsabilidad ciudadana nuestra elección de aquellos candidatos que por su trayectoria personal y por los valores que sostienen sean los que juzgamos más apropiados para responder a las necesidades presentes y futuras de la patria”.
Asimismo, sostuvo que “el compromiso ciudadano expresa la genuina devoción eucarística. Pidamos al Señor Sacramentado sabiduría y prudencia en el ejercicio de nuestra responsabilidad cívica, para hacer cada uno su propio aporte al afianzamiento de las instituciones de la República, mediante el diálogo respetuoso, la construcción común y una activa participación en la vida social y política de nuestra querida patria…”.
Un envío de AICA
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