sábado, 29 de enero de 2011

EL AUTOCONTROL PUEDE CONVERTIR A LOS NIÑOS EN ADULTOS EXITOSOS

Un estudio encuentra que los niños que muestran persistencia y paciencia a los tres años se hacen más sanos y ricos.

Los niños que tienen el mayor autocontrol a los tres años de edad se convierten en los adultos más sanos, ricos y exitosos, encuentra una investigación reciente.

Y los que tienen el menor grado de autocontrol a los tres años son más propensos a abandonar la escuela, romper la ley y tener problemas financieros, concluyeron los investigadores.

Los investigadores analizaron los datos de unos mil niños nacidos en Nueva Zelanda entre 1972 y 1973, y les dieron seguimiento hasta los 32 años de edad. Su autocontrol se midió en varios momentos a partir de los tres años, usando evaluaciones de maestros, padres y los niños mismos.

Los niños con coeficientes intelectuales altos criados en familias con ventajas económicas tendían a tener un mayor autocontrol, según el estudio que aparece en la edición en línea del 24 de enero de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Pero incluso tras tomar en cuenta la inteligencia y la clase social, los niños que tenían más autocontrol a los tres años ganaban más dinero y tenían mejor salud a los 32.

Los niños con menos autocontrol eran más propensos a adoptar conductas negativas, como quedar embarazadas en la adolescencia, fumar, convertirse en padres solteros o a estar desempleados.

Los niños de tres años con poco autocontrol también eran más propensos a tener dificultades financieras y una peor salud en la adultez. Exámenes médicos y pruebas sanguíneas mostraron que tenían más enfermedad de las encías y enfermedades de transmisión sexual; que eran más propensos a tener sobrepeso, hipercolesterolemia, hipertensión y señales de inflamación; y que eran más propensos a ser adictos a los cigarrillos, al alcohol y a otras drogas más fuertes.

"El autocontrol es vital para evaluar el horizonte y estar preparado para lo que pudiera sucederle, planificar por adelantado para llegar a donde se quiere ir, llevarse bien con los demás y atraer su ayuda y respaldo, y esperar por las cosas realmente buenas que vale la pena esperar, en lugar de hacer las cosas por diversión a corto plazo", comentó la autora líder del estudio Terrie Moffitt, profesora de psicología y neurociencias de la Universidad de Duke. "Todos lo usamos todos los días, pero algunos lo usamos de forma más habilidosa que los demás".

Los investigadores encontraron una relación similar entre el autocontrol a los cinco años y el éxito posterior. Usando datos sobre 500 parejas de mellizos de Gran Bretaña, encontraron que el hermano con puntuaciones más bajas de autocontrol a los cinco años era más propenso a fumar, a que le fuera mal en la escuela y a participar en conductas antisociales a los doce años.

"Sin duda alguna, si se proviene de una familia rica o una pobre hace una diferencia. Si contamos con inteligencia y talento, no hay duda de que marca una diferencia", apuntó Jay Belsky, profesor de desarrollo humano de la Universidad de California en Davis, quien no participó en la investigación. "Pero lo que también importa es la conducta generada por nosotros mismos, hasta donde regulamos o gestionamos nuestros impulsos, y las opciones y decisiones que tomamos. Somos agentes activos que pilotamos el avión que volamos por la vida".

Si su hijo hace una rabieta cada vez que hay que volver a casa del parque, o grita y da patadas cuando intenta bañarlo, debe preguntarse si eso habla de un mal autocontrol.

Tal vez sí, aunque sólo si sucede con frecuencia y en muchas situaciones, señalaron los investigadores.

El mal autocontrol se describió como tener una tolerancia baja para la frustración, una falta de persistencia para alcanzar las metas, dificultades para hacer las tareas hasta el final, impulsividad, hiperactividad e inquietud, así como dificultades para esperar turnos.

"Un niño de tres años con buen autocontrol puede concentrarse en un rompecabezas o juego y persistir hasta resolverlo, tomar turnos para hacer el rompecabezas con otro niño de forma agradable, y obtener satisfacción de resolverlo, una gran sonrisa", apuntó Moffitt. "Un niño con mal autocontrol podría rehusarse a jugar con cualquier cosa que le requiera un esfuerzo, tal vez deje ese rompecabezas sin completar para correr por la habitación, tal vez pierda el control y le tire el rompecabezas al otro niño, y podría terminar con llanto y lloriqueando en lugar de sentirse satisfecho".

La buena noticia es que el autocontrol se puede enseñar, aseguró Alex Piquero, profesor de criminología de la Universidad Estatal de Florida.

Según la investigación, a los niños que mejoraron su autocontrol al crecer les fue mejor en la adultez de lo que sus puntuaciones hubieran predicho.

"Mucha investigación muestra que padres y maestros pueden hacer un entrenamiento eficaz en los primeros diez años de vida que mejora el autocontrol de los niños", apuntó Piquero. "Si podemos identificar esos déficits temprano, pueden mejorar su autocontrol y no tendrán los resultados negativos".


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

FUENTES: Terrie Moffitt, Ph.D., professor, psychology and neuroscience, Duke University, Durham, N.C.; Jay Belsky, Ph.D., professor, human development, University of California, Davis; Alex R. Piquero, Ph.D., professor, criminology, Florida State University, Tallahassee, Fla.; Jan. 24, 2011, PNAS, online



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