Sic transit gloria mundi. Para los Franciscanos de la Inmaculada Concepción, el instituto fundado por el padre Stefano Maria Manelli, terminó la "era de Volpi", que sin duda será recordada como una de las más tristes de la historia de esta orden religiosa
Por Roberto de Mattei
El Padre Fidenzio Volpi, impuesto por la Congregación de Religiosos como Comisionado Apostólico para liquidar la orden del Padre Manelli, está internado en una clínica romana, luego de una isquemia cerebral, que fue seguida de una hemiparesia, que afectó gravemente sus condiciones de salud, obligándolo a renunciar irrevocablemente a su cargo de Comisionado.
Corrispondenza Romana había recogido, en febrero de 2014, 8.000 firmas, entregadas a la Santa Sede, para pedir la dimisión del religioso capuchino de su cargo de Comisionado de los Franciscanos de la Inmaculada Concepción. “En el espacio de cinco meses -escribimos en diciembre de 2013- el Padre Volpi desmanteló el Instituto provocando caos y sufrimiento en él, escándalo entre los fieles, críticas en la prensa, malestar y perplejidad en el mundo eclesiástico. Poco importa si el padre Volpi es el arquitecto o el ejecutor del plan de destrucción. Lo cierto es que si no se detiene el plan, las consecuencias serán desastrosas y para evitar que el desastre se sume al desastre, el Padre Volpi debe ser dado de alta”.
El comisionado Volpi no fue despedido por la Congregación para los Religiosos, sino más bien por los misteriosos designios de la Divina Providencia. Además, su estado de salud nunca ha sido bueno, y las tensiones a las que fue sometido tras aceptar el cargo de Comisionado, fueron muy fuertes, no solo por la fractura que se abrió de inmediato con los Franciscanos de la Inmaculada Concepción, que en un porcentaje de más del 70 por ciento se mantuvo fiel al padre Manelli, sino también debido a los desacuerdos creados con el padre Alfonso Bruno, quien llevó al instituto al desastre después del comisionado. A ello se suman las tensiones con la Congregación para los Religiosos, que desaprobó muchas iniciativas tomadas por el Comisario, como el intento de condenar sin juicio a algunos Frailes que, después de haber pedido dispensa o exclaustración, están ahora bajo la protección de muchos obispos, desde Italia hasta Gran Bretaña y Filipinas.
La credibilidad del padre Volpi también se había visto comprometida por el acuerdo de 12 de febrero de 2015 en la Corte de Roma, primero firmado y luego renegado por el propio padre Volpi, en el que el Comisario admitía haber difamado a los familiares del padre Manelli, acusándolos de haberse apropiado de bienes del Instituto. Un gran engaño quedó entonces demostrado por la acusación contra los Franciscanos de la Inmaculada Concepción de haber apartado ilegalmente unos pocos millones de euros. Las investigaciones nacieron del contraste entre los religiosos alineados con el padre Volpi y el padre Bruno, por un lado, y las asociaciones de laicos leales al padre Manelli, por el otro.
Los primeros exigieron la disponibilidad de los bienes que son legítimamente propiedad de los segundos. De ahí denuncias, investigaciones y la singular decisión de la autoridad judicial de encomendar la custodia cautelar de los bienes al padre Volpi, quien es una de las partes en la controversia, hasta que el Poder Judicial emita su veredicto. El hecho es que, durante casi dos años, nadie ha respondido todavía a una pregunta básica: ¿cuáles son las verdaderas razones del Comisariado de los Franciscanos de la Inmaculada Concepción? Las hipótesis que se han formulado son las más diversas pero, hasta la fecha, nunca se han aclarado las verdaderas razones del comisariado.
Expresamos los mejores deseos al padre Volpi, que ha abandonado definitivamente la escena, mientras que el padre Stefano Maria Manelli se encuentra también en el hospital, en San Giovanni Rotondo, rodeado de la estima y el cariño de muchos religiosos y religiosas y laicos pertenecientes a la familia espiritual fundada por él. Ahora la Santa Sede deberá nombrar un nuevo Comisario. Todos esperan que no se repitan los errores del anterior y que, una vez finalizada una temporada, comience una etapa diferente.
Corrispondenza Romana
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