El Colegio de Psicólogos de la provincia de Santa Fe tomó la decisión de suspender durante seis meses la matrícula de una terapeuta que acompañó a una niña de 11 años embarazada tras una violación, la que resolvió dar a luz el año pasado y entregar a su hijo en adopción “para que sea feliz”.
El Colegio de Psicólogos consideró que este acompañamiento fue una “falta ética” ya que entienden que “orientó el caso según sus intereses”. La decisión fue recurrida ante la justicia que deberá resolver ahora si cabe -o no- castigar a la profesional.
Los abortistas habían convencido a la menor embarazada y a su madre de que “interrumpan el embarazo”, sin explicarles en qué consiste la práctica y sin mostrarles más opciones.
Cuando Grávida se les acercó para brindarle información, suponían que después de la “interrupción” el bebé iba a vivir. En el momento en que les explicaron en qué consiste el aborto la mamá exclamó: “Pobrecito, él no tiene la culpa”.
Ella y su hija decidieron entonces seguir adelante. Cuando llevaban a la gestante al quirófano para hacerle la cesárea, ésta le decía a su madre: “Exigí que el bebé se quede con una familia que lo haga feliz”. Ella misma eligió el nombre del niño, le puso Francisco.
Grávida tomó conocimiento del caso en el Hospital Iturraspe de Santa Fe y –junto a sus profesionales- acompañó a la pequeña y a su familia, durante el embarazo y el parto. Al día de hoy la siguen asistiendo. A pesar de todo, la psicóloga que integra el equipo interdisciplinario del Iturraspe denunció a la voluntaria de Grávida, Lic. María Belén Catalano, ante el Colegio de Psicólogos de Santa Fe que, a raíz de eso, intenta suspenderle la matrícula.
Hace poco más de un mes, el violador fue detenido y gracias a que el bebé vive se pudieron hacer los cotejos de ADN que lo señalan como autor del delito.
Sólo resta saber si la justicia va a ser rigurosa con el delincuente o va a cargar contra los que ayudaron a las víctimas, que en el caso de una violación seguida de embarazo son siempre dos: la mujer violada y su hijo.
Editora: Lic. Mónica del Río
NOTIVIDA
Los abortistas habían convencido a la menor embarazada y a su madre de que “interrumpan el embarazo”, sin explicarles en qué consiste la práctica y sin mostrarles más opciones.
Cuando Grávida se les acercó para brindarle información, suponían que después de la “interrupción” el bebé iba a vivir. En el momento en que les explicaron en qué consiste el aborto la mamá exclamó: “Pobrecito, él no tiene la culpa”.
Ella y su hija decidieron entonces seguir adelante. Cuando llevaban a la gestante al quirófano para hacerle la cesárea, ésta le decía a su madre: “Exigí que el bebé se quede con una familia que lo haga feliz”. Ella misma eligió el nombre del niño, le puso Francisco.
Grávida tomó conocimiento del caso en el Hospital Iturraspe de Santa Fe y –junto a sus profesionales- acompañó a la pequeña y a su familia, durante el embarazo y el parto. Al día de hoy la siguen asistiendo. A pesar de todo, la psicóloga que integra el equipo interdisciplinario del Iturraspe denunció a la voluntaria de Grávida, Lic. María Belén Catalano, ante el Colegio de Psicólogos de Santa Fe que, a raíz de eso, intenta suspenderle la matrícula.
Hace poco más de un mes, el violador fue detenido y gracias a que el bebé vive se pudieron hacer los cotejos de ADN que lo señalan como autor del delito.
Sólo resta saber si la justicia va a ser rigurosa con el delincuente o va a cargar contra los que ayudaron a las víctimas, que en el caso de una violación seguida de embarazo son siempre dos: la mujer violada y su hijo.
Editora: Lic. Mónica del Río
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