Puntos de vista del creyente y del no creyente.
Para resolver este problema está la justicia.
Por Ricardo Paolin
La convivencia en democracia se armoniza a través de tres poderes (que debieran ser) independientes: legislativo, Ejecutivo y Judicial (el principal).
Los ciudadanos gobiernan a través de sus representantes: legisladores y ejecutivo. El judicial controla a ambos.
¿Qué pasa cuando los legisladores deciden sancionar leyes por las que la mayoría de los ciudadanos no los autorizaron? Por ejemplo: el aborto,
Una verdadera democracia debe llamar a un plebiscito para que la mayoría se exprese puntualmente (cuando yo voté, no voté para que se sancione esta ley. ¿Por qué sesenta senadores o ciento ochenta diputados nos imponen una decisión a treinta millones de ciudadanos?).
Dejemos de lado la fe y la religión. En una sociedad madura y justa, para poder convivir pacíficamente se sancionan leyes que determinan las normas de convivencia. No se "debe" robar. Quién lo hace es sancionado por la justicia. No se "debe" matar. La justicia debe castigar con prisión. No se puede hacer justicia por mano propia. Ahora ¿yo puedo matar? ¡¡¡sí!!! Pero debo asumir las consecuencias. ¿Quién mata? Todo el que le quita la vida a un semejante. Según la constitución nacional la vida de un nuevo ser humano comienza con la concepción. Truncar esa existencia es un crimen. ¿Qué debe hacer la justicia? Aquí no se trata de que un juez sea "creyente" o no. Debe ejercer justicia: condenar el asesinato de un inocente indefenso.
¿Cuál es la injerencia del cristiano con quién provoque un aborto? Jesús es claro en su evangelio: "si tu hermano peca, corrígelo".
Otra cosa no puede hacer. Dios a su debido tiempo hará justicia. Ya que toda autoridad proviene de Dios y a él se le rendirá cuenta.
Mientras, temporalmente los jueces deben impartir justicia conforme a la Constitución. Y son los que más deberán rendir cuenta de sus actos.
Ahora la sociedad debe hacer respetar sus convicciones: ¿quiere una cultura de muerte?: que se manifieste y asuma las consecuencias.
No nos quejemos de la violencia, si la imponemos contra los indefensos.
El que decide quién vive o quién muere, no es un ser humano: es “absoluto”. Está imponiendo una tiranía.
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1 comentario:
No me gusta el enfoque ya que las religiones serias se basan todas en el Derecho Natural, que salva al nonato desde el momento de la concepción y lo considera "persona".El autor lo considera de entrada un crimen sin dar los motivos -faltan fundamentos- e inmediatamente lo relaciona con la religión católica.Y esto es pasto para las abortistas, que inmediatamente nos rotulan, ridiculizan y, lo que es más, tiene el 50% por ciento de la batalla ganada. Una batalla que no hay que perder. ¡FALTAN FUNDAMENTOS!
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