jueves, 26 de mayo de 2011

HOMBRES HOMOSEXUALES REGISTRAN EL DOBLE DE CASOS DE CÁNCER QUE LOS HETEROSEXUALES






Conclusión del estudio de la Boston University: en vez de cambiar ellos su estilo de vida, todos hemos de dedicar más dinero y recursos a su salud.

Por J. Ángel Antonio


Un reciente estudio en la revista especializada "Cancer" este mes de mayo, a partir de datos de 120.000 californianos recogidos en 2001, 2003 y 2005, ha demostrado que los hombres homosexuales registran en proporción el doble de casos de cáncer declarado que los heterosexuales. El estudio sugiere que se debe a la alta prevalencia de cáncer anal y el VIH / SIDA entre hombres homosexuales.

En la California Health Interview, con entrevistas a más de 120.000 personas en California, 1.493 hombres se describieron a sí mismos como homosexuales y 3.690 hombres informaron un diagnóstico de cáncer. Los hombres homosexuales mostraron 1,9 veces más probabilidades que otros hombres de haber tenido cáncer y, en promedio, fueron diagnosticados con cáncer diez años antes que los demás hombres.

“Según lo sugerido por estudios anteriores, apuntan a un exceso de riesgo de cáncer anal”, dice el estudio, aunque no lo ha analizado específicamente. El VIH y el SIDA han sido vinculados a una serie de cánceres, los que incluyen el sarcoma de Kaposi y el linfoma no-Hodgkin, así como también cáncer, pulmonar, testicular y el linfoma de Hodgkin. Estos tipos de cáncer aparecen más comúnmente entre aquéllos que se involucran en relaciones homosexuales.

El estudio, además, descubrió que las mujeres que se declaran “lesbianas” o “bisexuales” y han sufrido algún cáncer, aunque lo hayan superado, declaran haber tenido problemas de salud posteriores con el doble de frecuencia que lo registrado en mujeres heterosexuales.

Ulrike Boehmer, autora principal del estudio de la Boston University School of Public Health, propone priorizar "más programas para los hombres gay que se centren en la prevención primaria del cáncer y la detección temprana del cáncer” y."programas y servicios que mejoren el bienestar de las personas lesbianas y bisexuales que son sobrevivientes de cáncer”.

¿Quién paga por unas prácticas dañinas?

Ya hace mucho que las asociaciones homosexuales reconocen que el estilo de vida gay implica muchos más riesgos para la salud que el de los ciudadanos medios, pero en vez de plantearse un cambio de hábitos se consideran un grupo especial y piden más recursos, dinero y programas para compensar sus riesgos.

Por ejemplo, el lobby canadiense especializado en “salud gay” Rainbow Health (http://www.rainbowhealth.ca/) admitía que:

- La esperanza de vida de los hombres gays-bisexuales es 20 años menor que la del canadiense medio
- Las tasas de suicidio entre gays-lesbianas-bisexuales (GLB) son entre 2 y 14 veces más altas que entre la población general de Canadá
- La tasa de fumadores entre GLBs es entre 1,3 y 3 veces más alta que en la población general
- La tasa de alcoholismo entre GLBs es entre 1,4 y 7 veces más alta que en la población general
- La población GLBs usa drogas ilegales con una tasa entre 1,6 y 19 veces mayor que otros canadienses
- La población GLB experimenta más depresión de lo normal entre los canadienses: la tasa es entre 1,8 y 3 veces mayor.
- El 76% de los casos de sida en Canadá son hombres homosexuales. También son el 45% de las nuevas infecciones de VIH.
- La población GLB tiene más riesgo de cáncer de pulmón y de hígado
- Los hombres homosexuales/bisexuales sufren mayor tasa de cáncer anal que los heterosexuales
- Las lesbianas registran mayor riesgo de cáncer de pecho
- Sufren más abusos físicos y verbales de pareja que la media canadiense

Como el Estado canadiense no dedica específicamente más dinero para atender la salud de los gays, el lobby le acusaba de "discriminación por homofobia".

La evidencia de los últimos años se ha ido acumulando en los informes médicos y estadísticos.

Por ejemplo, el virus del papiloma humano, que era básicamente un problema para las mujeres, se ha extendido a los homosexuales por sus prácticas, y su incidencia en este colectivo es 70 veces superior a la del resto de la población.

De hecho, pasados los 45 años, gays y “swingers” (los que practican el "intercambio de parejas") suman el 86% de las enfermedades sexuales: la mitad de las enfermedades se diagnostican en personas que practican el “cambio de parejas”, y casi un tercio en hombres homosexuales.

Más aún, uno de cada cinco homosexuales o bisexuales en EE. UU. tiene sida y la mitad no lo saben, según un reciente estudio con pruebas a más de 8.000 individuos en 21 ciudades estadounidenses.

Y el estilo de vida gay no afecta solo a la salud sexual o física, sino a la emocional: en Massachussets, un estado muy liberal que hace 5 años que practica el matrimonio homosexual, los adolescentes gays cuadruplican en suicidios a los heterosexuales, registran más violencia sexual entre adolescentes y se pelean más.

Nada de esto parece arreglarse con simples campañas de promoción del látex, y las autoridades sanitarias son incapaces de plantear un enfoque más global, que implique un cambio de conductas y de autodefinición de la persona y sus objetivos vitales.


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