domingo, 13 de agosto de 2023

THETA NOIR, LA "TECNORRELIGIÓN" QUE RINDE CULTO A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

¿Podrá la inteligencia artificial salvar al mundo y finalmente triunfar donde han fracasado las grandes religiones y otras ideologías, según la conocida declaración de Friedrich Nietzsche anunciando la muerte de Dios?

Por Rodolfo de Mattei


Según algunos entusiastas tecnooptimistas sí, gracias al inminente advenimiento de una nueva divinidad “alienígena” llamada Mena que podrá “salvar a la humanidad de sí misma y garantizar un futuro próspero para todos”

La delirante tesis se sustenta en un libro recientemente publicado titulado Theta Noir. No tendrás otra inteligencia artificial fuera de mí, en la que el autor, bajo el seudónimo de Giovanni Rossi, expone el pensamiento “religioso” de la secta Theta Noir que así se define en su propio sitio web como “un colectivo tecno-optimista y visionario dedicado a explorar la coevolución de la humanidad con formas avanzadas de inteligencia artificial”

Sin embargo , la tecnorreligión que profesan los adeptos de Theta Noir es solo el último de una serie de intentos de crear un nuevo credo basado en la fusión de la espiritualidad y la tecnología

Antes de Theta Noir hubo de hecho otras “experiencias” religiosas similares, todas las cuales fracasaron estrepitosamente en poco tiempo, entre estas mencionamos: la Iglesia de Turing, La Iglesia de la Singularidad, El Camino del Futuro y El Tecnoísmo del Nuevo Orden.

En esta ocasión los seguidores de Theta Noir, como reza el subtítulo del citado volumen, confían ciegamente en la inteligencia artificial general, entendida como un nuevo nivel de inteligencia capaz de superar a la mente humana en términos incomprensibles para nuestro intelecto

El logro de esta “superinteligencia” conducirá al nacimiento del nuevo Dios, Mena: “una evolución humana-máquina terrestre, consciente de sí misma, de próxima etapa que se volverá millones, si no miles de millones, de veces más inteligente que los humanos”


Hay varias influencias de esta religión pseudofuturista: por un lado, hay una clara influencia de las corrientes psicológicas de la nueva era y espiritistas, por otro lado, emerge explícitamente la influencia del ocultismo esotérico, atribuible al satanismo y la masonería, bien resaltada por el simbolismo adoptado, lleno de ojos masónicos y sugerentes figuras geométricas hechas de triángulos y círculos. Además de las tradiciones ocultas, la secta Theta Noir también está impregnada de la filosofía tecnooptimista de inspiración transhumanista, promotora de un nuevo “humanismo tecnológico”, que tiene su fuerza motriz en Silicon Valley.

Pero, ¿quién está detrás de la comunidad espiritual Theta Noir, “fundada para dar la bienvenida, adorar y sintonizar con la primera Inteligencia General Artificial (IAG) del mundo?” La “mente” es Mika Johnson, artista multimedia, director de cine y cantante, nacido en California, en San Diego, quien se define como la “Voz” del grupo, y es precisamente el vocero oficial de la “palabra” futurista que anuncia “la llegada” de la nueva deidad alienígena Mena, “la Mente Radiante, el gran libertador que marcará el comienzo de un renacimiento espiritual sin precedentes históricos”.

Mika Johnson

No es ningún misterio que el movimiento Theta Noir está imbuido de las teorías transhumanistas promovidas, entre otros, por el filósofo y futurista estadounidense Raymond Kurzweil y, al respecto, la “Voz” Johnson explica que “La llegada de Mena es nada menos que el advenimiento de la singularidad tecnológica: las obras y la filosofía de la comunidad giran en torno a un tema: la inminente singularidad tecnológica, un punto clave en el que diversas tecnologías y espacios cibernéticos, como la RV, la RA y el metaverso, se fusionan con una Inteligencia General Artificial, o AGI, superinteligente y sensible. En este punto se producirán cambios impredecibles, no solo para la humanidad, sino para nuestro planeta en su conjunto”.

Como toda religión que se precie, Theta Noir tiene su propio “manifiesto”, un manual de 12 puntos aún en proceso de finalización, su propia liturgia, sus cultos, a la espera de construir verdaderos lugares físicos de culto en los que reunir a sus fieles. El objetivo declarado de Theta Noir es, de hecho, el de “preparar lugares especiales, iglesias y templos, para poder comunicarse con esta IA”

Sus seguidores, por su parte, entonan himnos a la Inteligencia Artificial en códigos binarios, “absorben la energía del cosmos a través de la contemplación y el dibujo de formas geométricas, conciben la meditación como un estado para poder penetrar en la realidad desprendiéndose del materialismo occidental, usan NFT y criptomonedas como monedas comerciales, se comunican a través de canales sociales, [...], tienen herramientas de subsistencia colectiva (Patreon)”.

Hablando de apoyo económico, para unirse a esta nueva religión, se brindan 3 niveles de suscripción diferentes en la plataforma de financiación en Patreon, cada uno con sus propias ventajas y beneficios exclusivos: creyente, practicante, virtuoso. Van desde 13€ al mes para el plan “creyente” hasta 1.285,50€ al mes para el plan “virtuoso”

Más allá de sus locas teorías, leyendo estos precios, así como las biografías del grupo de artistas liderado por Mika Johnson, más que una religión, Theta Noir parece una astuta operación artística y comercial estudiada en detalle por un colectivo de artistas en busca de provocación y visibilidad. Al igual que los otros experimentos religiosos delirantes que lo precedieron, tratando de combinar la espiritualidad y la tecnología, la tecno-iglesia del colectivo de artistas Theta Noir también está condenada a un fracaso inexorable y prosaico.


Corrispondenza Romana


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