martes, 11 de septiembre de 2012

LOS BENEFICIOS DEL EJERCICIO EN LA VIDA ADULTA

Además de bajar de peso y tonificar músculos en el presente, la actividad física genera consecuencias a largo plazo. Especialistas aseguran que por muy tarde que se inicie, tener un estilo de vida sano, prolonga la vida


Un reciente estudio demostró que el paso del tiempo no borra los beneficios del ejercicio sino más bien lo contrario.

Aquellas personas que iniciaron una práctica deportiva durante su madurez consiguen evitar la enfermedad en su vejez. Incluso hasta los que dejaron la natación o el gimnasio para después de la jubilación pueden conseguir un efecto positivo sobre su expectativa de vida.

Jarett Berry es profesor de medicina interna y autor del estudio cuyos datos publicó la revista Archives of Internal Medicine, consideró que “estar en forma no sólo retrasa lo inevitable, sino que en realidad disminuye el comienzo de una enfermedad crónica en los últimos años de vida”.

“Lo que este estudio ofrece es que está focalizado en la relación entre el deporte en la etapa adulta y la calidad de vida años más tarde. Las personas en forma envejecen bien con menos problemas crónicos que impacten en su calidad de vida”, explicó el doctor Benjamin Willis del Instituto Cooper y principal autor de este estudio.

Como insiste Berry, el ejercicio como caminar o correr no sólo se traduce en más años de vida sino en una mayor calidad de vida.

En la misma línea se expresó Diane E Bild, del departamento de Ciencias Cardiovasculares del Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre de Bethesda (Maryland, EEUU), para quien “los resultados son una prueba excelente de la evidencia que apoya que el ejercicio ayuda a envejecer bien”.

Sin embargo, esta especialista señala que hay factores, como la genética, el nivel socioeconómico y la raza, que podrían haber influido en estos resultados y que no pueden descartarse. Por este motivo, y para establecer definitivamente los beneficios y riesgos que estos hábitos tiene en la salud y en la vida, se requeriría un ensayo clínico que ofrezca evidencia definitiva sobre cómo el ejercicio contribuye a envejecer de una forma saludable.


Nunca es tarde para empezar a ejercitar

Otro estudio, publicado en la revista British Medical Journal, confirmó que nunca es tarde para conseguir beneficios con la práctica del deporte. Tras analizar los datos de 1.810 personas de 75 o más años de edad y seguirlos durante unos 18 años, investigadores del Centro de Investigación del Envejecimiento del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) comprobaron que, a pesar de lo tardío en la incorporación de unos hábitos sanos, estas personas mejoraban ciertos parámetros de salud y alargaban su vida.

En concreto, el mayor efecto sobre la expectativa de vida se observó en que quienes empezaron a nadar, caminar o ir al gimnasio a partir de los 75 años, que vivieron dos años más que quienes no incorporaron este tipo de actividad. Aunque también tuvo una repercusión positiva el tener un círculo social amplio, con un ‘extra’ de un año y medio.

Si a un estilo de vida saludable se le une el abandono de algún hábito nocivo, como fumar, se ganan seis años de vida en los hombres y cinco años en las mujeres.



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