domingo, 16 de enero de 2011

BLASFEMIAS





Aquí nadie va a castigar a este creador que anuncia claramente que quiere provocar escándalo con su versión pornográfica de la muerte de Cristo. Quien no quiera verlo, que no vaya.


Por Manuel Molares do Val



Blasfemar es injuriar o ser irreverente con lo venerado por una religión. Y Salman Taseer, musulmán moderado gobernador de Punjab, Pakistán, fue asesinado hace unos días por su guardaespaldas, musulmán fanático, por querer salvar la vida de la cristiana Asia Bibi, condenada a muerte por “blasfemia contra el islam”.

Un día a mediados de 2009 Asia Bibi le dijo a sus vecinas solamente que prefería Jesús a Mahoma. La acusaron de blasfemia y un tribunal la condenó a muerte por ahorcamiento, aunque antes fue violada por los maridos de las denunciantes para lavar el honor familiar.

Salman Taseer le había prometido a Bibi que pediría clemencia, a pesar que ella agravó su delito al rechazar convertirse al islam, afirmando que prefería morir cristiana a quedar libre como musulmana.

Casi simultáneamente con el asesinato de Taseer, el autor y director teatral argentino nacionalizado español Rodrigo García estrenaba en Madrid, en el histórico Teatro María Guerrero, del Centro Dramático Nacional, “Gólgota Picnic”, obra subvencionada con dinero público que satiriza la crucifixión de Cristo con desnudos y actos sexuales blasfemos para los cristianos.

García es un creador alabado por la crítica progresista como innovador con espectáculos de violencia y sexo, arte experimental que, reconoce el autor, puede provocar arcadas.

Aquí nadie va a castigar a este creador que anuncia claramente que quiere provocar escándalo con su versión pornográfica de la muerte de Cristo. Quien no quiera verlo, que no vaya.

Pero lo blasfemo es que se pague con dinero público, que debe estar para espectáculos que no hieran a posta a la mayoría de la sociedad.

Lo permisible con dinero privado, aunque sea de mal gusto, es intolerable cuando se subvenciona con impuestos, que pagan además la Alianza de Civilizaciones zapateril silenciosamente cobarde, quizás porque la mayoría de los países islámicos que la forman aprueban la condena de Asia Bibi.



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