viernes, 29 de marzo de 2024

29 DE MARZO: SANTOS JONÁS Y BARAQUISIO, HERMANOS y MÁRTIRES


29 de Marzo: Santos Jonás y Baraquisio, hermanos y mártires

(✞ 327)

Sapor, rey de Persia, en el año dieciocho de su reinado, perseguía cruelísimamente a los cristianos y demolió sus iglesias y monasterios. Vivían en una aldea llamada Jasa dos hermanos llamados Jonás y Baraquisio, los cuales llegando a la villa que se llamaba Bardiaboth, fueron a visitar a los cristianos que estaban presos y hallaron nueve que estaban ya condenados a muerte.

Y viéndolos muy atormentados y maltratados, les dijeron: 

- Hermanos, no temamos cosa alguna, el nombre de nuestro Jesús crucificado, sustentemos una batalla para alcanzar la sempiterna corona.

Animados con estas palabras los santos presos, padecieron el martirio y recibieron la palma y vestidura inmortal de la gloria.

Después de esto fueron acusados los dos santos hermanos ante unos crueles magos que hacían oficio de jueces, los cuales les intimaron obediencia al rey y reverencia al sol, al fuego y al agua.

- No tengo que ver -dijo Jonás- con el sol, la luna ni estrellas, ni con el fuego ni con el agua, que son vuestros dioses, ni es por ningún rey mortal que se haya de obedecer más que al verdadero Dios. Solo creo en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, verdadera Trinidad que conserva todo el universo.

Mucho se enojaron los magos oyendo esto, y luego mandaron que le atasen un pie a una cuerda y lo pusieron desnudo al hielo toda la noche.

Llegado el día siguiente, llamaron a Baraquisio, a quien tenían apartado de su hermano, y le dijeron que por qué no sacrificaba a los dioses como ya había hecho su hermano Jonás.

San Baraquisio dijo:

- Lo qué ha hecho mi hermano haré también yo.

Y añadió que mentían en todo, porque la Verdad a quien seguía, no le dejaría a su hermano hacer un nefando sacrificio.

Se irritaron los mentirosos jueces con esta respuesta, y para que no hablase más, le hicieron beber plomo derretido, y le volvieron a la cárcel donde lo tuvieron colgado de un pie.

Trajeron luego ante sí a Jonás y le dijeron:

- ¿Cómo te ha ido esta noche con la helada? Tu hermano Baraquisio ha negado a tu Dios, y tu, obstinado, ¿aún estás en tu parecer?

Respondió el mártir:

- Creedme, reales príncipes, que jamás mi Dios me había dado noche tan sosegada y tan buena, y sé también, para mi consuelo, que mi hermano ha negado al demonio y que ha estado firme en Cristo.

Mandaron traer los magos un husillo y prensa y le prensaron como hacen con el orujo, rompiéndole todos los huesos de esta manera, el invictísimo y glorioso Jonás entregó su bendita alma al Señor.

Concluido esto, atormentaron de varias maneras a su hermano Baraquisio, metiéndole agudas cañas por las carnes, apretáronle después con la prensa, y le vertieron en la boca brea y azufre hirviendo, y con esto alcanzó, como su hermano, la gloria del martirio.


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