Theresa Farnan, fundadora de Ethics and Public Policy Center’s Person and Identity (Project Proyecto Persona e Identidad del Centro de Ética y Política Pública), dijo al Register que la identificación pública de Matson como varón corre el riesgo de desorientar a los católicos respecto a lo que la Iglesia ha dicho sobre la transexualidad.
Tanto los hombres como las mujeres pueden vivir como ermitaños, señaló Farnan. Pero “presentar a una religiosa de tal manera que dé a entender que es un religioso varón es claramente escandalizar y confundir a los fieles” al “dar a entender que no hay conflicto entre nuestra fe y el estilo de vida y la ideología transgénero”.
Farnan expresó su esperanza de que la diócesis de Lexington revise su declaración para reflejar las enseñanzas de Dignitas Infinita, el documento del Vaticano publicado en abril que condenaba la ideología de género y decía que cualquier esfuerzo por cambiar de sexo “corre el riesgo de amenazar la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción”.
“Tal como está -dijo Farnan- la declaración de la diócesis de Lexington da un testimonio contradictorio de las enseñanzas de la Iglesia al negar la realidad inmutable de la diferencia sexual y validar implícitamente la falsa antropología en la que se basa la identificación trans a través del uso de pronombres masculinos y el uso del término 'hermano'”.
El padre Thomas Petri, teólogo moral dominico y presidente de la Facultad Pontificia de la Inmaculada Concepción en Washington, D.C., dijo que el papa Francisco “ha sido claro en su condena de la ideología trans”.
“Cómo Matson puede ser un ermitaño y, al mismo tiempo, disentir de la doctrina de la Iglesia de una manera tan pública es una pregunta que hay que hacerse”, dijo Petri.
“Dada la centralización de la autoridad a la Santa Sede en los últimos años sobre ciertos asuntos como la fundación de nuevos institutos de vida consagrada, la celebración de la Misa de 1962 y el estatus de las apariciones, será interesante ver cómo se maneja esta decisión del obispo Stowe”, dijo el sacerdote.
John Grabowski, profesor de teología moral en la Universidad Católica de América, dijo que la enseñanza católica “ve el cuerpo y el sexo como partes integrales de la persona”.
Los individuos que sufren “discordancia de género” deben ser tratados, no celebrados, dijo.
Celebrar una supuesta identidad transgénero “aumenta el peligro de escándalo, sembrando confusión en las mentes de la gente sobre la comprensión católica de la bondad del cuerpo y su sexo”, dijo.
“Y llamar 'hermano' a alguien que es biológicamente femenino o 'hermana' a alguien que es biológicamente masculino ahonda esa confusión”, dijo Grabowski.
Matson eligió el domingo de Pentecostés, 19 de mayo, para revelar su identidad transgénero, algo que, según Farnan, suponía un riesgo especial de escándalo.
“Que Matson elija Pentecostés como día para declararse públicamente transgénero no sólo niega el don del cuerpo que Dios nos da a cada uno en el momento de la concepción, sino que se suma a la confusión cultural general y, de ese modo, perjudica la salvación del mundo”, declaró.
La declaración Dignitas Infinita del Vaticano argumenta que la propia ideología de género “pretende negar la mayor diferencia posible que existe entre los seres vivos: la diferencia sexual”.
La declaración subraya que “debe rechazarse todo intento de oscurecer la referencia a la ineliminable diferencia sexual entre el hombre y la mujer” y que “sólo reconociendo y aceptando esta diferencia en reciprocidad puede cada persona descubrirse plenamente a sí misma, su dignidad y su identidad”.
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