“No es casualidad que en estos tiempos reaparezcan emblemas y acciones típicas del nazismo, que, con sus persecuciones contra judíos, gitanos y personas de orientación homosexual, representan el modelo negativo por excelencia de una cultura de desperdicio y odio, y debo confesar que cuando escucho un discurso [de] alguien responsable del orden o de un gobierno... pienso en los discursos de Hitler en 1934, 1936. En el siglo pasado vimos tantas brutalidades contra el pueblo judío, y todos estábamos convencido de que eso había terminado. Pero hoy renace la costumbre de perseguir a los judíos, hermanos y hermanas. Esto no es humano ni cristiano".
Más se puede leer aquí. ¿De quién está hablando este protector de pervertidos pontificante? ¿Esta hablando de tí, querido lector?
El hombre es un sociópata, nunca habla directamente de sus objetivos, solo hace insinuaciones. ¿Esto es de Cristo? ¿Este es un pastor?
Continuó declarando sobre el "pecado" contra el medio ambiente de acuerdo con su reciente culto pagano a la "madre tierra".
Como si eso no fuera suficiente, reiteró su rechazo a las condenas a cadena perpetua en prisión, lo que ha hecho en numerosas ocasiones antes.
Este hombre no es de Cristo. Es malvado. Eso está a la vista. Odia a Nuestro Señor Jesucristo. Se niega a genuflexionar o arrodillarse ante el Santísimo Sacramento del Altar, pero aprobó y asistió a la adoración literal de un ídolo pagano.
Es, sin duda, en la mente de este escritor que Jorge Bergoglio está perfectamente poseído. El es un megalómano. Un dictador desagradable, brutal y pomposo.
Está jugando con nosotros y se está proyectando psicológicamente.
Bergoglio es el NAZI.
Bergoglio es el coprofílico.
Y nadie se enfrenta con este monstruo malvado a la cara.
Continuó declarando sobre el "pecado" contra el medio ambiente de acuerdo con su reciente culto pagano a la "madre tierra".
Como si eso no fuera suficiente, reiteró su rechazo a las condenas a cadena perpetua en prisión, lo que ha hecho en numerosas ocasiones antes.
Este hombre no es de Cristo. Es malvado. Eso está a la vista. Odia a Nuestro Señor Jesucristo. Se niega a genuflexionar o arrodillarse ante el Santísimo Sacramento del Altar, pero aprobó y asistió a la adoración literal de un ídolo pagano.
Es, sin duda, en la mente de este escritor que Jorge Bergoglio está perfectamente poseído. El es un megalómano. Un dictador desagradable, brutal y pomposo.
Está jugando con nosotros y se está proyectando psicológicamente.
Bergoglio es el NAZI.
Bergoglio es el coprofílico.
Y nadie se enfrenta con este monstruo malvado a la cara.
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