Por María Ferraz
Hace unos meses, Francisco anunció que la pena de muerte era inherentemente inmoral, y que este cambio se incluiría en el Catecismo, a pesar de que contradiga la Tradición.
Ahora, después de parir los falsos pecados ecológicos contra la Pachamama, ha aprovechado para arremeter contra las armas nucleares; su uso y posesión también será pecaminoso. Aquí cabe un elenco de interpretaciones. ¿Será pecado también si se usan como contraofensiva?
Nadie en su sano juicio apoya las armas nucleares y si se las tolera es porque si los países se desprendieran de ellas correrían el riesgo de ser sometidos por otras naciones que las conservaran. Es decir, las bombas atómicas son disuasivas, no se poseen tanto para atacar como para mantener la paz global.
Dentro de unos meses será ya un peligro para la fe adquirir el nuevo catecismo bergogliano dada la afición del pseudopapa por meterle mano una y otra vez.
¿Por qué no deja Bergoglio de mangonear la moral católica poniendo culpas donde no las hay y viceversa, al permitir, por ej. que los adúlteros vayan a comulgar o diciendo despropósitos como: "conozco parejas que cohabitan que son tan fieles que estoy seguro de que tienen la gracia del sacramento del matrimonio" (junio 2016)
¿Por qué no deja Bergoglio en paz el Sacramento del Orden Sacerdotal en lugar de deformarlo y hasta inutilizarlo, igualándolo con el ministerio protestante, aboliendo el celibato con la excusa de casos excepcionales y proponiendo cargos similares para las mujeres?
¿Por qué no deja Bergoglio de escandalizar a los fieles beatificando a clérigos marxistas, fotografiándose con maricas, lesbianas, y artistas sin moral, con curas nefastos de todo tipo, lavando pies de transexuales, tirándose a los pies de políticos musulmanes, ensalzando a abortistas y eugenistas, pactando con el Islam para demoler la supremacía de la fe católica sobre las pseudoreligiones?
¿Por qué se empeña Bergoglio en honrar a los incrédulos dando a entender que es lo mismo creer o no creer, ser de una religión o de otra?: "Todas las religiones miran al Cielo, miran a Dios", "Es mejor ser ateo que ir a misa y ser hipócrita", "Los ateos si son `buenos´ se salvan" (lo cual es incompatible con el Primer Mandamiento y con la Escritura: "Sin fe es imposible agradar a Dios"). Sin olvidar la escena en que Bergoglio le contesta a un niño cuyo padre ateo murió, y al que le dijo que era un gran hombre (porque lo había bautizado) y que Dios estaba contento con él. Además Bergoglio remató la escena con otra falsedad: "Somos todos hijos de Dios, incluso los que son de otras religiones lejanas". La misma canción que aparece en uno de sus primeros vídeos.
La finalidad del Falso Profeta es reorientar la doctrina católica quitando de en medio los pecados sexuales y sobre todo a la piedra angular, Jesucristo, para irlo sustituyendo por el Anticristo y su espiritualidad panteísta. Y para ello se ha servido desde el principio de su pontificado de numerosas tretas, por ejemplo:
-abolir la preeminencia de la vida humana poniendo boca abajo el Instituto JPII para la familia y la vida, expulsando a los miembros fieles de la Academia Pontificia para la vida y anulando su juramento de defender la vida, criticando a las conejas-católicas, invitando al Vaticano a conferencistas partidarios de la esterilización forzosa, honrando a políticas abortisias como Bonino y Ploumen
-abrir al puerta a la sodomía y potenciar a la mafia gay nombrando a cardenales y obispos maricas y rodeándose de clérigos homosexuales activos, encubriendo al violador McCarrick, a Barros, a Zanchetta y a Peña Parra o a curas violadores de niños ya desde la Argentina. Afirmando que Dios "te ha hecho gay y te quiere así".
-dando preeminencia a la ecoteología marxista con todo lo que conlleva, lo que se ha podido ver con claridad en el último sínodo.
Por esto, el pecado va a ser diluido porque ya no es el Dios del Antiguo y Nuevo Testamento el que se considera como el único Dios verdadero, sino un dios vago en el que todo cabe y que condona los pecados determinados hasta ahora por el Decálogo. El nuevo dios o madre tierra se ofende por la contaminación del aire, de la tierra y del agua y sufre con el falso calentamiento global, pero le trae sin cuidado si abortas o te acuestas con tu vecino.
Es la nueva moral sin moral de Bergoglio.
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