Su rostro tenia expresión de horror y de impacto. Fue palideciendo. Había visto algo muy duro. De repente, se incorporó, levantó su mano como saludando y se fue a su estudio privado.
Lo siguieron y le preguntaron:
- ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se siente mal?
- "¡Oh, que imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!"- dijo, y se encerró en su oficina.
¿Qué vio León XIII?
"Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que el podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios para tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo".
También León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.
Después de media hora, llamó al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entregó una hoja de papel y le ordenó que enviara una copia a todos los Obispos del mundo indicando que la oración que ahí él había escrito tenia que ser recitada después de cada misa, bajo mandato.
Después de media hora, llamó al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entregó una hoja de papel y le ordenó que enviara una copia a todos los Obispos del mundo indicando que la oración que ahí él había escrito tenia que ser recitada después de cada misa, bajo mandato.
Oración:
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímelo Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén"
Missa Tridentina em Portugal
No hay comentarios:
Publicar un comentario