Tal vez ninguna acusación contra el rito de la Iglesia latina durante más de 17 siglos (la Misa Tradicional en Latín, que se desarrolla de forma natural), en sus diversos ritos y usos locales y específicos de cada orden, sea más ridícula que la de que es “ideológico”, o que las personas que asisten a él están “ideológicamente motivadas”.
No, son sólo personas que quieren adorar a Dios Todopoderoso como lo han adorado en Occidente básicamente desde que la Misa comenzó a celebrarse en latín. Son todo lo contrario de lo ideológico: son lo suficientemente humildes como para querer formar parte de una larguísima estirpe de católicos.
El brebaje pseudolitúrgico creado por el comité conocido como “Novus Ordo Missae” (Nuevo Orden de la Misa): ESO sí que es otra cosa, algo claramente motivado por una ideología centrada en el hombre, una historia falsificada y una miríada de causas modernistas.
Y alcanzó su inevitable punto cúlmine en el edificio católico más simbólico del que sigue siendo el país más poderoso del mundo, la ciudad que es la sede de las mismas Naciones Unidas cuya existencia llenaron con una falsa esperanza de “un futuro mejor” los “padres conciliares” del Vaticano II.
En la venerable Catedral de San Patricio de esta “capital del mundo moderno”, la personificación del Vaticano II y del Novus Ordo se hizo presente con “El Funeral de la Puta”. El New York Times hizo un buen resumen del evento:
Los bancos de la Catedral de San Patricio estaban llenos el jueves para un evento sin precedentes probables en la historia católica: el funeral de Cecilia Gentili, una activista y actriz transgénero, ex trabajadora sexual y atea autoproclamada cuyo memorial fue como una celebración de su vida y una exuberante pieza de teatro político.
Más de 1.000 dolientes, varios cientos de los cuales eran transgénero, llegaron vestidos de forma atrevida: minifaldas brillantes y camisetas sin mangas, medias de red, suntuosas estolas de piel y al menos una boa cosida con billetes de 100 dólares. Las tarjetas de misa y una imagen cerca del altar mostraban a la Sra. Gentili con un halo rodeada de las palabras en español “travesti”, “puta”, “bendita” y “madre” sobre el texto del Salmo 25.
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En un momento, una amiga de Gentili tomó el atril para orar por el acceso a una atención médica que afirme el género. En otro momento, un doliente eclipsó a un sacerdote que cantaba el “Ave María” y cambió la letra por “Ave Cecilia”. Luego bailó por los pasillos, con pañuelos rojos girando a su alrededor.
El Novus Ordo está tan comprometido ideológicamente con su propia centralidad en el hombre que su fin inevitable es celebrar todo lo pervertido y pecaminoso que hay en el hombre. Así, el “Funeral de la Puta” y celebraciones similares (como las nuevas bendiciones para las “parejas homosexuales” aprobadas por Bergoglio) son una conclusión absolutamente inevitable de su trayectoria.
Videos a continuación:
El video completo del “Funeral de la Puta” (muy perturbador y no recomendado para la mayoría) está disponible aquí.
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