El 2 de febrero de 2024, Francisco presenció el espectáculo de un grupo folclórico que interpretó las danzas de un dragón y un león alegóricos durante una audiencia en la Sala Clementine.
La actuación tuvo como objetivo conmemorar el Año Nuevo chino, que comienza el 10 de febrero bajo el signo del dragón: los chinos lo llaman el “Año del Dragón”.
El espectáculo fue patrocinado por la Federación Nacional Italia-China (Federazione Nazionale Italia Cina), cuyo décimo aniversario también se estaba celebrando. Uno de sus miembros pidió a Bergoglio que pintara el punto rojo en los ojos del Dragón (foto superior), lo cual simboliza que el “pontífice” lo estaba despertando y dándole vida.
En un breve discurso, Bergoglio agradeció a los artistas por el espectáculo, alentó las relaciones italo-chinas y promovió la integración cultural de los dos países.
Además de ser una aprobación de una tradición pagana, hay otra consecuencia inquietante de este estímulo papal. Desde hace diez años China entró y se apoderó del mundo empresarial italiano; Así, las palabras de Bergoglio suenan como un respaldo a esta invasión y un incentivo para lograr este proceso.
Tradition in Action
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