Bergoglio habla maliciosamente en nombre de Dios para contradecirlo y luego dice descaradamente que no lo entendemos, pero miren cómo lo entiende su cómplice, el activista gay James Martin, quién ‘bendijo’ una pecaminosa unión homosexual. ¿A quién quiere engañar este impostor?
San Alfonso María de Ligorio dice que quien no se arrepiente sino que abusa de la misericordia de Dios no es penitente sino que se burla de Dios. El cardenal Müller explicó perfectamente que estas pseudobendiciones son un sacrilegio.
La Iglesia ya tiene bendiciones para los fieles durante la Misa, antes de recibir la Comunión uno se acerca con los brazos cruzados para recibir la Bendición del sacerdote y luego cuando termina la Misa el sacerdote nos pide glorificar a Dios con la santidad de nuestra vida e imparte la Bendición sobre el Pueblo de Dios.
El problema aquí es que estamos hablando de una pareja de homosexuales impenitentes que quieren explotar la bendición sacramental para que se reconozca la pecaminosa unión homosexual. Esta intención malvada y anticatólica se puede comprobar en la página Outreach del activista homosexual James Martin.
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Ningún Buen padre de un hijo que ha caído en el Vicio de la homosexualidad / o se ha hecho travesti o es adúltero que se presenta con su cómplice en el Pecado le va a dar su bendición y acompañarlo en el Pecado como pide el apóstata Jorge Mario Bergoglio.
El Hijo Pródigo no se presentó ante el Padre con las prostitutas. Sino que regresó arrepentido dejando atrás su vida pecaminosa. Tampoco la mujer samaritana se presentó con su último marido. Todos sabemos que Jesucristo le ordenó a la mujer adúltera que no volviera a pecar y al hombre que sanó le advirtió ‘no peques más’ para que no te suceda algo peor.
La Palabra de Dios dice que todo aquel que pronuncia el Nombre de Dios debe apartarse primero del pecado, que los que siguen a Cristo no viven en las tinieblas del pecado, y que los que siguen pecando no han conocido a Dios y se convierten en hijos del diablo.
Las Obras de Misericordia espirituales nos exigen que amonestemos al pecador, que lo instruyamos para que deje de pecar y le enseñemos la Verdad.
En primer lugar, Juan Pablo II, siendo prefecto de la Congregación de la Fe, el entonces cardenal Ratzinger enseñó y advirtió a los obispos que una auténtica pastoral para ayudar a las personas que sienten atracción por el mismo sexo DEBE asegurarse de “se establezca claramente que la actividad homosexual es inmoral”.
El Hijo Pródigo no se presentó ante el Padre con las prostitutas. Sino que regresó arrepentido dejando atrás su vida pecaminosa. Tampoco la mujer samaritana se presentó con su último marido. Todos sabemos que Jesucristo le ordenó a la mujer adúltera que no volviera a pecar y al hombre que sanó le advirtió ‘no peques más’ para que no te suceda algo peor.
La Palabra de Dios dice que todo aquel que pronuncia el Nombre de Dios debe apartarse primero del pecado, que los que siguen a Cristo no viven en las tinieblas del pecado, y que los que siguen pecando no han conocido a Dios y se convierten en hijos del diablo.
Las Obras de Misericordia espirituales nos exigen que amonestemos al pecador, que lo instruyamos para que deje de pecar y le enseñemos la Verdad.
En primer lugar, Juan Pablo II, siendo prefecto de la Congregación de la Fe, el entonces cardenal Ratzinger enseñó y advirtió a los obispos que una auténtica pastoral para ayudar a las personas que sienten atracción por el mismo sexo DEBE asegurarse de “se establezca claramente que la actividad homosexual es inmoral”.
La instrucción añade, “se debe dejar bien en claro que todo alejamiento de la enseñanza de la Iglesia, o el silencio acerca de ella, so pretexto de ofrecer un cuidado pastoral, no constituye una forma de auténtica atención ni de pastoral válida. Sólo lo que es verdadero puede finalmente ser también pastoral. Cuando no se tiene presente la posición de la Iglesia se impide que los hombres y las mujeres homosexuales reciban aquella atención que necesitan y a la que tienen derecho”.
Porque sólo la Verdad es la que nos hace libres y no es un “cuidado pastoral” ocultar que Dios ha dictado sentencia de muerte eterna contra los que se rebelan contra la Ley Natural Divina; es decir contra los que practican la homosexualidad, contra los afeminados y contra los adúlteros, etc.
Apocalipsis 22:15: “Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales, los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira”.
Las Escrituras dan el nombre de “perros” a los paganos, apóstatas y sodomitas. También llama “perros mudos” a los pastores infieles que no advierten al rebaño a su cargo sobre los peligros espirituales y sólo se preocupan por sus propias ganancias.
Deuteronomio 23:18: “No traerás la paga de una ramera ni el sueldo de un perro [sodomita] a la casa del Señor tu Dios para cualquier ofrenda votiva, porque los dos son abominación para el Señor tu Dios”.
Deuteronomio 23:17. “Ninguna de las hijas de Israel será ramera de culto pagano; tampoco ninguno de los hijos de Israel será sodomita de culto pagano”.
Con la palabra “perros” también se refiere a los “falsos hermanos” de los días posteros (II Tim. 3, 5).
Filipenses 3: 2. “Cuídense de esos perros, cuídense de esos que hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo.
Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo”.
Romanos 1:32: “los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican”.
Jesucristo vino a destruir el pecado que no pertenece a nuestra Naturaleza Humana y los que persisten en seguir pecando rechazan a Cristo como Redentor, y pisotean la Sangre de Cristo por eso sólo les espera el Castigo Eterno. (Hebreos 10:26-31).
Advertencia al que peca deliberadamente
26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
En segundo lugar, San Pablo, después de advertir que ni los homosexuales, ni los afeminados ni los adúlteros se salvan, dice Huid de la fornicación porque el que de esa manera peca, peca contra su propio cuerpo.
1 Corintios 6:18: “Huyan de la fornicación. Todos los demás pecados que un hombre comete están fuera del cuerpo, pero el fornicario peca contra su propio cuerpo”.
Y luego dice que Dios nos llamó a la Santidad, que debemos huir de toda inmoralidad sexual y que quien se rebela contra esta enseñanza no se está rebelando contra ninguna autoridad humana sino contra el Espíritu Santo cuya función es santificadora.
Por eso dice que el Espíritu Santo cuando venga, convencerá [culpará] al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Bergoglio es como la Serpiente Astuta que ocultó a Adán y Eva que morirían si desobedecían a Dios
Bergoglio es un hereje testarudo y un apóstata que, desde cuando estaba en Argentina, contra la Palabra de Dios, apoyó las uniones civiles de homosexuales y las adopciones homosexuales. Y a los curas que abandonaban el sacerdocio para casarse.
El activista homosexual Yayo Grassi dice que le debe a Bergoglio “su pensamiento abierto y progresista”.
Al activista homosexual Juan Carlos Cruz no le ha dicho que se arrepienta, sino que “Dios lo hizo gay”.
También el Impenitente homosexual y activista gay ‘Tucho’ llama a Bergoglio “su padre espiritual”.
“Sor” Lucía Caram: “A los cardenales les jode tener ahí a un gay”
La intención de Bergoglio desde Argentina nunca ha sido llamar a los pecadores al arrepentimiento sino llevarlos a cometer los Pecados de Blasfemia contra el Espíritu Santo entre los que se encuentran:
El Pecado de Impenitencia Final
El pecado de impugnar o contradecir la verdad divinamente revelada
El pecado de la presunción de salvarse sin mérito
El pecado de Caín de la envidia o pesar de la gracia ajena
Ya hay varios casos de impenitentes que murieron cometiendo estos pecados de Blasfemia contra el Espíritu Santo a los que Bergoglio los ha acompañado en su camino hacia el Infierno.
Dijo el Arzobispo Fulton Sheen:
“El mundo moderno, que niega la culpabilidad personal y admite sólo los crímenes sociales, donde no hay lugar para el arrepentimiento personal, sino sólo reformas públicas ha divorciado a Cristo de la cruz”.
Ahora bien, el apóstol del amor san Juan en su Carta advierte que quienes se creen más misericordiosos que Dios y quieren ‘perfeccionar’ el Evangelio, esos “progresistas” que quieren avanzar más allá de lo que Cristo enseñó, no tienen al Padre ni al Hijo, y a los que se desvían de la sana doctrina ni siquiera deben recibir nuestro saludo para no convertirnos en sus cómplices.
Ya hay varios casos de impenitentes que murieron cometiendo estos pecados de Blasfemia contra el Espíritu Santo a los que Bergoglio los ha acompañado en su camino hacia el Infierno.
Dijo el Arzobispo Fulton Sheen:
“El mundo moderno, que niega la culpabilidad personal y admite sólo los crímenes sociales, donde no hay lugar para el arrepentimiento personal, sino sólo reformas públicas ha divorciado a Cristo de la cruz”.
Ahora bien, el apóstol del amor san Juan en su Carta advierte que quienes se creen más misericordiosos que Dios y quieren ‘perfeccionar’ el Evangelio, esos “progresistas” que quieren avanzar más allá de lo que Cristo enseñó, no tienen al Padre ni al Hijo, y a los que se desvían de la sana doctrina ni siquiera deben recibir nuestro saludo para no convertirnos en sus cómplices.
Y San Pablo enseñó que cualquiera que ostenta ser cristiano y es fornicario, con ese hombre ni siquiera hay que ir a comer.
(La falsa iglesia) está llena de orgullo y de presunción, y con eso destruye y conduce al mal con toda clase de buenas apariencias. Su peligro está en su inocencia aparente. (AA.II.89) (Profecías de Ana Catalina Emmerich)
Bergoglio, como la astuta Serpiente, hace un juego de palabras para contradecir las Escrituras. Sin mencionar para nada la necesidad urgente que tiene quien ha caído en el vicio de la homosexualidad de arrepentirse y de abandonar el vicio y al cómplice en el pecado.
Nuestro Señor Jesucristo dice que el pecador que no se arrepienta, perecerá. Sin arrepentimiento no hay perdón de pecados ni hay salvación.
Nuestro Señor Jesucristo dice que el pecador que no se arrepienta, perecerá. Sin arrepentimiento no hay perdón de pecados ni hay salvación.
Bergoglio dice que “Dios bendice a todos” sin mencionar la necesidad de arrepentimiento.
La secta de la Pachamama de Bergoglio no es madre ni maestra sino una madrasta alcahueta y una escuela de perversión.
Vean con el activista homosexual James Martin interpreta a su cómplice Bergoglio. Celebró el triunfo gay y presentó una ‘pareja’ de impenitentes homosexuales como “ejemplo de apertura e inclusión”.
San Alfonso María de Ligorio, en su libro de Teología Moral, afirma: “La impureza es la puerta más ancha del infierno. De cien condenados adultos, noventa y nueve caen en él por este vicio, o al menos con él”.
“Vi almas que caían al Infierno como hojas que caen en el otoño” (Santa Teresa de Jesús).
“No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo”.
Y cuál es la Voluntad de Dios? La Escritura lo dice claramente:
“Esta es la voluntad de Dios, a saber, vuestra santificación, que os abstengáis de la fornicación/alejaos de todo pecado sexual” (1 Tesalonicenses 4:3)
Entonces, es bien claro que Jesucristo dice no todo el que me llama Señor Señor se salva sino el que se santifica y se aleja del pecado de impureza sexual. Y agrega que quien desobedece este Mandamiento desobedece a Dios mismo.
1 Tesalonicenses 4:7-8
Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación.
Así que quien menosprecia estos preceptos, no desprecia a un hombre, sino a Dios, que es el autor de ellos, y el cual asimismo nos ha dado su santo Espíritu.
Y el que se presenta ante Dios no arrepentido sino con su cómplice en el Pecado no está buscando el perdón de Dios sino que se está rebelando contra Dios.
Y Jesucristo mismo les dice a los que obran iniquidad: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios. Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.
El Concilio de Trento decretó: “Si alguien se atreve a decir que para la remisión de los pecados en el Sacramento de la Penitencia no es necesario y no es de derecho divino confesar todos y cada uno de los pecados mortales, incluyendo los ocultos y las circunstancias de las que se acuerde después de un diligente examen, sea anatema” (Sesión 14, pueden 7; DB 917).
CANON IX “Si alguno dijere, que el pecador se justifica con sola la fe, entendiendo que no se requiere otra cosa alguna que coopere a conseguir la gracia de la justificación; y que de ningún modo es necesario que se prepare y disponga con el movimiento de su voluntad; sea anatema”.
Catecismo de la Iglesia Católica 1450: “La penitencia mueve al pecador a soportarlo todo con el ánimo bien dispuesto; en su corazón, contrición; en la boca, confesión; en la obra, toda humildad y fructífera satisfacción” (Catecismo Romano 2,5,21; cf Concilio de Trento: DS 1673)
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“La masonería, en todas sus obediencias, propone una filosofía humanista, preocupada ante todo por el hombre y consagrada a la búsqueda de la verdad, aun afirmando que ésta es inaccesible. Rechaza todo dogma y sostiene el relativismo, que coloca a todas las religiones en un mismo plano, mientras que desde 1723, en las Constituciones de Anderson, ella se erige a sí misma en un plano superior, como “centro de unión”. De ahí se deduce un relativismo moral: ninguna norma moral tiene en sí misma un origen divino y, en consecuencia, definitivo, intangible. Su moral evoluciona en función del consenso de las sociedades…Es, también, la búsqueda de un bien que no se especifica en ninguna parte… puesto que la moral evoluciona en la sinceridad, la cual, como todos sabemos, no es sinónimo de verdad…(se rebelan) contra los dogmas de la Iglesia católica”.
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“Cierto autor indicaba que el infierno se puebla más por la misericordia que no por la justicia divina; y así es, porque, contando temerariamente con la misericordia, prosiguen pecando y se condenan. Dios es misericordioso. ¿Pero, quién lo niega? Y, a pesar de ello, ¡a cuántos manda hoy día la misericordia al infierno! Dios es misericordioso, pero también justo, y por eso está obligado a castigar a quien lo ofende. Él usa de misericordia con los pecadores, pero sólo con quienes luego de ofenderle lo lamentan y temen ofenderlo otra vez: Su misericordia por generaciones y generaciones para con aquellos que le temen (Lc 1, 50.), cantó la Madre de Dios. Con los que abusan de su misericordia para despreciarlo, usa de justicia. El Señor perdona los pecados, pero no puede perdonar la voluntad de pecar. Escribe San Agustín que quien peca con esperanza de arrepentirse después de pecar, no es penitente, sino que se burla de Dios (“Irrisor est, non poenitens”). El Apóstol nos advierte que de Dios no se burla uno en vano: De Dios nadie se burla (Gálatas 6:7). Sería burlarse de Dios ofenderlo como y cuanto uno quiere y después ir al cielo” (Sermón 32, Ilusiones del pecador).
Firmes en Cristo
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