jueves, 16 de mayo de 2024

16 DE MAYO: SAN JUAN NEPOMUCENO, SACERDOTE Y MÁRTIR


16 de Mayo: San Juan Nepomuceno, sacerdote y mártir

(✞ 1387)

San Juan Nepomuceno tomó segundo nombre de Nepomuk, lugar de Bohemia, donde nació.

Hechos sus estudios en la universidad de Praga, y conservándose puro e inocente, mereció ser promovido al sacerdocio.

Predicaba la palabra de Dios sin vanos adornos de elocuencia humana, pero con tal gracia del cielo, que corrían a oírle innumerables personas y hasta el mismo rey Wenceslao IV de Bohemia era uno de sus oyentes continuos.

Habiéndole nombrado monarca para uno de los principales obispados de Bohemia, nunca quiso admitir ninguno; más no pudo eximirse del cargo de confesor de la reina, Sofía de Baviera y este cargo le ocasionó muchos disgustos y el martirio.

Porque siguiendo Wenceslao sus depravadas inclinaciones, llegó al frenesí de dejar poseer su corazón por la pasión y los celos contra su esposa; y con lisonjas, promesas y amenazas deseaba que el santo le contara los secretos del corazón de su esposa que había oído como su confesor en el Sacramento de la penitencia.

El santo se horrorizó al oír demanda tan sacrílega, y con libertad y espíritu apostólico, reprendió el exceso al rey; el cual no sabiendo qué replicar, disimuló por entonces el resentimiento.

Más habiendo llamado al santo confesor, lo entregó luego a algunos soldados de su guardia para que en las habitaciones interiores del palacio le atormentasen y apaleasen cruelmente.

No estaba bien curado de sus heridas, cuando el bárbaro rey volvió a intimarle con la misma demanda, y como el santo respondiese que antes sacrificaría mil vidas que hablar una palabra en materia de confesión, enfurecido Wenceslao mandó que lo atasen de pies y manos y que fuese echado al río Moldava, como en efecto lo hicieron, con todo secreto, en la oscuridad de la noche.

Pero el Señor hizo patente a todos la gloria de su siervo: porque muchas noches se vieron antorchas encendidas en cierto lugar del río, y así hallaron el cadáver del santo mártir, el cual los canónigos de la catedral sepultaron con la mayor pompa en su iglesia, no temiendo la ira del mal aconsejado rey.

El Señor se dignó ilustrar a su invencible mártir con muchos milagros: y uno de ellos, muy extraordinario y notorio en toda la cristiandad, fue la incorrupción de su lengua, pues habiendo estado sepultado debajo de la tierra al cadáver del santo por espacio de 300 años, cuando se reconoció jurídicamente, fue hallada la lengua incorrupta y como si estuviera viva; y presentada 6 años más tarde a los jueces delegados de la Silla Apostólica, de repente con un nuevo prodigio se entumeció y mudó el color que tenía algo oscuro, en un color rojo y natural.

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