¿Por qué tenemos que aguantar esto?
Es como leer una revista de instituto hecha por los inútiles de siempre.
Una mujer aborigen visitará Roma durante siete días. Conocerá al “papa” e intentará hablar de “espiritualidad” con él (buena suerte). Es, obviamente, una artista, y, obviamente, mostrará su “arte”.
La mujer es católica porque ella y su pueblo “encontraron a Dios en la naturaleza” y, con una perspicacia ciertamente digna de su título de doctora, no explica por qué hay, entonces, necesidad de la Encarnación, o por qué los aborígenes no eran todos católicos miles de años antes de Cristo.
¿Acaso no había naturaleza antes de la llegada de los occidentales? ¿O había una, y -extrañamente- ningún rastro de Cristo en ninguna parte? Preguntas, preguntas...
Los inevitables agravios también están ahí. En lugar de estar eternamente agradecidos de que su pueblo entrara en contacto con Occidente -y, a través de él, con Cristo-, ella habla de “reconciliación”. No se nos dice por qué habría necesidad de reconciliación.
¿Quiere decir acción de gracias, señora? Sólo pregunto.
La cosa se vuelve aún más siniestra cuando se nos informa de que la hermana de la mujer ya conoció a JP II, que bendijo a su hijo, quien, muchos años después, se suicidó. Esto es, esperen, un “duro recordatorio” de las “desigualdades” a las que “se enfrenta” y bla, bla y bla...
Creía que el suicidio era el peor pecado de todos. ¿Pensaba que un católico, en particular los que encuentran a Dios en la naturaleza, entienden esto? ¿Pensaba que eso de echar la culpa de los pecados a la “sociedad” y a las “desigualdades” es, de hecho, lo más anticatólico que se puede hacer?
Espera: ¿incluso me han dicho que los que blanquean el suicidio con este tipo de excusas están animando a otros a hacer lo mismo?
¡Cielos! ¿será que no he encontrado a Dios en la naturaleza? Hay un árbol fuera de este lugar. Déjame salir un momento y ver si encuentro a Dios allí.....
.......
Bueno, sólo había un árbol. Pero yo no soy aborigen, así que quizá no me fijé lo suficiente...
.......
El artículo enlazado ejemplifica bien en qué ejercicio de estupidez sensiblera y azucarada se ha convertido el catolicismo oficial. Todos los lugares comunes del trabajador social de corazón sangrante y abraza-árboles están ahí. Pero al primer desafío planteado por la propia religión que estas personas dicen profesar (¡como la pobreza, la autorresponsabilidad o el suicidio!), dicha religión desaparece por completo bajo un tsunami de palabrería azucarada y muy infantil.
Cuando me convierta en Papa (oye, hay hombres que dicen ser mujeres....) despediré a todo el mundo en la agencia de noticias del Vaticano, y entonces publicaré, durante meses y meses, sólo artículos explicativos de la Doctrina Católica.
Estoy bastante seguro de que eso ayudará a algún que otro aborigen a, realmente, no suicidarse.
Mundabor
No hay comentarios:
Publicar un comentario