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Hemos hablado muchas veces sobre el tema del aborto y es lógico que lo hagamos porque aquella intentona frustrada por el Senado Nacional, en el 2018, vuelve a aparecer como una posibilidad y últimamente ha habido algo que nos indica que se están preparando proyectos para conseguir una ley general del aborto. Pero a lo que me quiero referir es a ese protocolo del Ministerio de Salud de la Nación que ha sido recientemente asumido por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La primera decisión del actual Ministro de Salud de la Nación, en diciembre del año pasado, fue instrumentar un protocolo para el aborto que empezó a funcionar y a ello tenían que adherir las jurisdicciones provinciales. Recientemente lo ha hecho la Ciudad Autónoma adhiriendo mientras el país está sometido a una espantosa cuarentena bajo la idea de que una vida tiene importancia, que es más importante que la economía y demás pero, sin embargo, no vacilan en liquidar vidas de niños por nacer, insisto son niños por nacer.
Este protocolo y los proyectos de aborto no piensan simplemente en el embrión sino que hasta pocos días antes del parto el niño puede ser despedazado y arrojado a un tacho de residuos biológicos. Este protocolo facilita el aborto irrestricto incluso a menores de 13 años, se ponen tantos requisitos e inconvenientes a la objeción de conciencia que es muy difícil reconocer la objeción de conciencia que es algo fundamental para la medicina. En esta medida se niega la objeción de conciencia institucional que quiere decir que un instituto médico que por sus principios, por ejemplo si es católico o evangélico o confesional, tiene la exclusión del aborto tiene que conseguir alguien que lo haga. Eso es una cosa escandalosa contraria a la Constitución Nacional y a los derechos y garantías asegurados incluso por tratados internacionales. Esto es algo pavoroso de lo cual tenemos que tomar conciencia porque se están violando los derechos más fundamentales primero de los niños por nacer y también los derechos de las mujeres que se encuentran en una situación difícil y son empujadas a abortar.
Esa especie de slogan que ha salido que dice que son las mujeres pobres las que necesitan abortar es totalmente falso pues la reivindicación del aborto es un slogan de la burguesía. Observen lo que han sido las manifestaciones pro abortistas y verán que allí no se encuentran mujeres pobres, de ninguna manera, allí se encuentran señoras, señoritas, chicas y algunas hasta de nuestros colegios católicos. ¿Sabrán lo que están haciendo, lo que están pidiendo? Estoy seguro que nunca han visto un aborto y no digo presencialmente pero si hay videos. Cuando se hizo el debate, en 2018, en una audiencia pública un médico intentó pasar un video que mostraba un aborto y cómo se mezclaban la sangre de la madre y el hijo pero no se lo permitieron, fue un escándalo y es porque no se quiere reconocer esa realidad terrible, tremenda.
Ahora estamos salvando vidas como dice continuamente el Presidente de la Nación a costa de la economía y estamos llevando vidas a la muerte por el aborto. Esta es una contradicción espantosa que sólo puede darse porque faltan los criterios más razonables de humanidad. No se quiere asumir que es ante todo un tema científico. Díganme qué es eso que crece silenciosamente en el vientre de una mujer embarazada. ¿Qué es? ¿Una semilla de orangután o algún otro bicho? Es un ser humano y vemos que ya no se habla del embrión sino de fetos y de fetos avanzados en su evolución. Esto es un escándalo terrible y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no quiso vetar esta decisión de la Legislatura Porteña lo cual es otro escándalo más.
Por eso, tomemos nota de todo esto: son gente sin principios la que nos está gobernando y está llevando al país a la ruina, no sólo a la ruina económica sino peor a la ruina cultural y humana.
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