«Hemos hecho todo lo posible para dialogar con el padre Flannery», ha declarado el Prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) el 22 de septiembre de 2020.
Preguntado acerca de cómo ha gestionado su dicasterio el caso del sacerdote irlandés de 73 años suspendido del ministerio público, respondió afirmando que «no hemos faltado al deber que nos ha confiado la Iglesia: el de servir como guardián de la fe y señalar que tal o tal cosa no es conforme con aquella».
Acceso de las mujeres al sacerdocio
El religioso redentorista, fundador de la Asociación de Sacerdotes Católicos, grupo que busca poner de relieve la «primacía de la conciencia individual» y que milita a favor de una refundición del ministerio en la Iglesia, ha rechazado las condiciones propuestas en julio de 2020 por la CDF para volver a ejercer el ministerio, explicando públicamente su posición en el diario irlandés The Irish Times el pasado 16 de septiembre. Ha declinado la propuesta del Vaticano de volver al ministerio si prometía guardar silencio y firmaba sendas declaraciones sobre las enseñanzas de la Iglesia relacionadas con el sacerdocio femenino, la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo.
El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe ha respondido a una pregunta sobre este asunto durante la presentación del texto Samaritanus bonus, que fija la doctrina del Vaticano sobre el fin de la vida. «Hemos hecho todo lo posible para dialogar con el padre Flannery. No siempre ha sido fácil. Hemos hecho lo que estaba a nuestro alcance. En ocasiones tenemos que recurrir a sanciones (…). Es una responsabilidad desagradable de la CDF, pero es nuestra responsabilidad: si no la ejerciéramos estaríamos abandonando nuestro deber.»
A favor del matrimonio homosexual
La orden a la que pertenece el sacerdote, la Congregación del Santísimo Redentor, había solicitado recientemente por medio de su superior general en Roma, el padre Michael Brehl, que se autorizase de nuevo al padre Flannery a ejercer su ministerio. El dicasterio de la Santa Sede aceptó a condición de que firmase cuatro proposiciones en prueba de su buena voluntad.
El padre Flannery debía reconocer de forma solemne que «solo un hombre bautizado recibe válidamente la ordenación sagrada» y que «las prácticas homosexuales son contrarias a la ley natural y no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual y, por lo tanto, no están aprobadas por la enseñanza moral de la Iglesia». Asimismo, se le pidió reconocer que «otras formas de unión [distintas del matrimonio entre un hombre y una mujer] no corresponden al plan de Dios para el matrimonio y la familia» y, por último, que «la teoría de género no es aceptada por la enseñanza católica».
El padre Flannery renuncia al ministerio sacerdotal
En respuesta al documento de la CDF, el padre Flannery ha sostenido que no estaba «sorprendido, pero sí decepcionado y entristecido» por el mismo. «A mi juicio, se trata de un documento que, tanto por su tono como por su contenido, sería más propio del siglo XIX. ¡No puedo firmar esas proposiciones!», ha declarado al diario irlandés.
El presbítero ha defendido una vez más la ordenación de mujeres y ha reconocido haber votado a favor del matrimonio homosexual. Sin embargo, afirma no conocer suficientemente la teoría de género como para pronunciarse al respecto. Siente que es «el fin en términos del sacerdocio ministerial para mí», al considerar que no es posible seguir tratando «con un órgano que elabora tal documento. La vida es demasiado corta -sobre todo a los 73 años».
«No nos corresponde juzgar al padre Flannery como persona, ello corresponde a nuestro Señor», ha explicado por su parte el cardenal Ladaria. «Debemos, en cambio, ocuparnos de sus enseñanzas o sus conductas», ha afirmado, señalando que siempre han buscado actuar con respeto hacia el padre Flannery, en especial velando por la privacidad de las discusiones entre la congregación y el sacerdote.
Traducido del original por José Luis Azofra
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