jueves, 3 de septiembre de 2020

MÉDICOS DE TODO EL MUNDO, CONTRA LA «EXPERIMENTACIÓN DESCONTROLADA» EN MENORES QUE DICEN SER TRANSEXUALES

La Sociedad por una Medicina de Género basada en Pruebas busca "promover la atención médica segura, compasiva, ética y basada en pruebas", sin ideología. La cirugía y la terapia hormonal se ofrecen como primera línea de tratamiento para niños trans sin suficientes pruebas científicas.

Por Ana Fuentes


Más de un centenar de médicos de diferentes especialidades provenientes de diferentes países han puesto en marcha la Sociedad por una Medicina de Género basada en Pruebas (en inglés, Society for Evidence based Gender Medicine, SEGM).

Se trata de un grupo multidisciplinar cuyo objetivo es «promover la atención médica segura, compasiva, ética y basada en pruebas para niños, adolescentes y adultos jóvenes con disforia de género».

Para ello, reclaman a sus colegas médicos e investigadores «que detengan esta experimentación descontrolada en jóvenes y la reemplacen por un marco de investigación que genere pruebas útiles sobre la etiología [estudio de las causas de las cosas] de sus afecciones y los factores psicosociales que contribuyen a la disforia de género».

Este grupo de profesionales entre los que se encuentran médicos de países diversos como Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Australia, Canadá, Irlanda o Noruega, señalan algunos peligros o deficiencias en la preeminencia actual del modelo de «afirmación de género»:que en el pasado estaba reservado a los pacientes adultos con disforia:

1.- En Europa Occidental, América del Norte y Australia, «las intervenciones hormonales y quirúrgicas se están convirtiendo cada vez más en la primera línea de tratamiento para adolescentes y adultos jóvenes con disforia de género, incluidos aquellos con un inicio relativamente reciente». Esta cuestión es especialmente relevante si se tiene en cuenta que entre «la disforia de género que se inicia en la infancia tiene una alta tasa de resolución natural, con un 61-98% de los niños reidentificándose con su sexo biológico durante la pubertad», subrayan desde SEGM.

2.- Por otro lado, se denuncia que, frente a un modelo de compromiso continuado con el paciente que incluía una «evaluación psicológica continua», en la actualidad se procede a una aprobación de acciones irreversibles mediante una «afirmación más automática de la visión que el individuo tiene de sí mismo como transgénero». De esta manera, denuncian, «la provisión de intervención médica ahora ocurre con una evaluación psicológica muy reducida».

3.- Las prisas nunca son buenas consejeras, como reconoce la sabiduría popular. De hecho, en la historia de la Medicina abundan los casos en los que «la búsqueda bienintencionada del alivio de los síntomas a corto plazo ha dado lugar a resultados devastadores a largo plazo», señalan desde la asociación médica. Así ha sucedido, por ejemplo, con la talidomida o las lobotomías. En este sentido SEGM denuncia que el modelo ‘afirmativo de género’ que impera hoy «compromete a los jóvenes a un tratamiento médico de por vida con una mínima atención de la etiología de sus afecciones y los factores psicosociales que contribuyen a la disforia de género».


Deficiencias del modelo «afirmativo de género»

El llamado «modelo afirmativo de género» consiste en aplicar bloqueadores de la pubertad, hormonas de sexo cruzado de por vida, realización de numerosas operaciones quirúrgicas, algunas irreversibles, como mastectomías, colocación de implantes mamarios, extirpación de ovarios, testículos o útero o realización de cirugías plásticas para simular órganos sexuales.

Según denuncia la Sociedad por una Medicina de Género basada en Pruebas, este enfoque se basa en un único estudio de origen holandés con graves deficiencias, entre otras:
Está realizado sólo sobre 40 personas.
No contempla casos de disforia de género surgida en la adolescencia, sino sólo en la niñez.
Sólo se realizó un año de seguimiento postoperatorio.
El estudio carece de un grupo de control con el que comparar los resultados.
No se evaluaron los efectos sobre la salud física.

Los médicos que reclaman mayores estudios y pruebas para decidir tratamientos también ponen el foco en el hecho de que las intervenciones hormonales y quirúrgicas prematuras del enfoque de «afirmación de género» pueden llevar a cambios físicos irreversibles, esterilidad, detención del normal desarrollo en la pubertad, así como complicaciones quirúrgicas y médicas, además de efectos secundarios indeseados debido a la medicación.

Al tiempo, estos médicos señalan que estas intervenciones están asociadas a «deficiencias óseas, complicaciones cardiovasculares, muertes prematuras y altas tasas de suicidio postoperatorio» según múltiples estudios.

La Sociedad por una Medicina de Género basada en Pruebas denuncia asimismo que «a pesar de las incertidumbres y las escasas pruebas», el protocolo de acción basado en este estudio holandés ha ido más allá al promover «la transición social temprana, explícitamente desalentada» y su aplicación en dolescentes, que no fueron objeto de estudio.

A su juicio, este tipo de actuaciones «no está justificada fuera de los escenarios de investigación» y la falta de pruebas hace que «los pacientes, las familias y los médicos no pueden tomar decisiones informadas de atención médica sin conocer los posibles efectos y daños de las diversas intervenciones».
No en vano, uno de los principios del ejercicio de la Medicina es primum non nocere, esto es, lo primero es no hacer daño.




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