COMPLEJO ANTIRROMANO

En los últimos días se ha escrito un nuevo capítulo del complejo antirromano que domina en ciertos ámbitos de la cultura occidental y que en ocasiones se introduce también en el seno de la Iglesia. 
Se critica al Papa su gesto de misericordia al levantar la excomunión a los cuatro obispos ordenados por Monseñor Lefevbre. Con este gesto de misericordia, el Papa pretende allanar el camino para que los miembros de la Fraternidad San Pío X se reintegren a la plena comunión. Para ello habrán de reconocer plenamente el magisterio de la Iglesia, incluido el Concilio Vaticano II. Pero las críticas más feroces le han llovido por el hecho de que uno de esos obispos había minimizado en una entrevista el holocausto judío, un hecho lamentable que nada tenía que ver ni con la excomunión ni con su revocación.
Benedicto VXI ha mostrado en muchas ocasiones, de un modo que sirve de ejemplo a creyentes y no creyentes, su cercanía con el pueblo judío. Una mínima honestidad intelectual obliga a reconocer su reiterada y firme condena del holocausto, repetida estos días. El Papa jamás sería permisivo con un obispo que en el ejercicio de su ministerio lo negara. Haber levantado las excomuniones no supone la rehabilitación de estos obispos. Todavía queda mucho camino para que se reintegren plenamente en la vida de la Iglesia y para que tengan un mismo sentir con su cabeza.
Pero esta semana de incomprensión y de dolor agranda más aún la figura cristiana de Benedicto XVI, determinada por su vocación de pastor que sale en busca de los que han abandonado la casa paterna. Sostengámosle con nuestro afecto y oración en este momento difícil.
Fuente COPE.es
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