Publicamos un extracto del discurso del Santo Padre Pío XII durante el consistorio semipúblico del 20 de febrero de 1946 para la imposición de la birreta a los nuevos cardenales. Palabras y significados para profundizar y meditar.
Es la Santa Misa, ese sacrificio incruento instituido por el Redentor en la Última Cena, "quo cruentum illud semel in cruce peragendum repraesentaretur eiusque memoria in finem usque saeculi permaneret, atque illius salutaris virtus in remissionem eorum, quae a nobis daily committuntur, peccatorum aplicador". Con estas palabras lapidarias del Concilio de Trento, grabadas en la memoria perpetua en una de las horas más serias de la historia, la Iglesia defiende y proclama sus mejores y más altos valores, que son también los mejores y más altos valores para el bien de la sociedad, que unen indisolublemente su pasado, su presente, su futuro y arrojan una luz viva sobre los inquietantes enigmas de nuestro tiempo.
En la Santa Misa los hombres se vuelven cada vez más conscientes de su pasado de pecados y al mismo tiempo de los inmensos beneficios divinos en la memoria del Gólgota, el acontecimiento más grande de la historia de la humanidad, reciben la fuerza para liberarse de la más profunda miseria del presente, la miseria de los pecados cotidianos, mientras hasta los más abandonados sienten un soplo del amor personal del Dios misericordioso.
Venerables hermanos, en la Santa Misa la Iglesia, por tanto, presta su mayor apoyo a la fundación de la sociedad humana. Todos los días, desde donde sale el sol hasta donde se pone, sin distinción de pueblos y naciones, se ofrece una ofrenda pura, [Cfr. Malach . 1, 11] 1 en el que todos los hijos de la Iglesia esparcidos por el universo participan en íntima fraternidad, y todos encuentran allí refugio en sus necesidades y seguridad en sus peligros.
1. “Pero de oriente a occidente mi nombre es grande entre las naciones; en todo lugar se quema incienso a mi nombre y también se hacen ofrendas; porque grande es mi nombre entre las naciones” dice el Señor de los ejércitos. (El "Señor de los ejércitos" es el Dominus Deus Sabaoth que en la nueva traducción (arbitrariamente exegética en el sentido modernista) del Sanctus se ha convertido en Dios del universo...
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