Por Carlos Esteban
Al presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Omella, le duele la deforestación del Amazonas. De hecho, muchas de las actuaciones y declaraciones de nuestros pastores muestran su preocupación por estos temas, tanto como por la inmigración u otras cuestiones sociales que predican con encomiable ardor y urgencia. Otro tanto podría decirse del episcopado estadounidense, en asamblea virtual, por la jerarquía de valores que consideran más acuciantes.
Y aunque tanto unos como otros pueden andar muy acertados en lo que digan sobre estas temáticas, tanto tiempo ignoradas por la Iglesia (algunas, dos mil años), algún observador ajeno podría sorprenderse de que, en cambio, no parezca quitarles el sueño que las almas que les han sido confiadas lleven ya tiempo manteniendo posturas incompatibles con la doctrina católica de siempre, refrendada incluso hoy.
Cuando unas declaraciones de Su Santidad en el documental ‘Francesco’ sobre las uniones homosexuales provocaron una considerable polvareda mediática, medios cercanos a la Santa Sede se apresuraron a explicar que el Santo Padre no contradecía con sus palabras ni una iota de la doctrina católica sobre la sexualidad.
No así los fieles, a decir del último sondeo de la norteamericana Pew Research sobre actitudes de los católicos ante el llamado ‘matrimonio homosexual’. Es obvio que la Iglesia no lo reconoce ni podría hacerlo sin contradecirse en algo tan troncal como su visión de la sexualidad humana. Pero una mayoría de católicos en Occidente aprueba ese ‘matrimonio paritario’, sin que temamos que aclarar el particular vaya a ser una prioridad de nuestros tímidos prelados.
En Estados Unidos, fuente de modas ideológicas para el resto del mundo, la proporción es del 61%, una holgada mayoría, aunque no tanto como en nuestro país, donde tres de cada cuatro está de acuerdo con esa imposibilidad antropológica, hasta llegar al caso holandés, con impresionante 92% de católicos opuestos en esto a lo que la Iglesia afirma como verdad.
Hace ya algún tiempo, un sondeo similar nos informó de que una mayoría de los católicos norteamericanos no creen que Cristo esté realmente presente, en Cuerpo, Alma, Sangre y Divinidad en la Sagrada Eucaristía, verdadero centro y eje de la vida de fe de los católicos. En qué sentido alguien pueda seguir llamándose ‘católico’ y descreer de algo tan esencial se me escapa, como también que los pastores parezcan despreocuparse, al menos a juzgar por sus prioridades reales y sus declaraciones continuas, de semejante catástrofe.
InfoVaticana
Hace ya algún tiempo, un sondeo similar nos informó de que una mayoría de los católicos norteamericanos no creen que Cristo esté realmente presente, en Cuerpo, Alma, Sangre y Divinidad en la Sagrada Eucaristía, verdadero centro y eje de la vida de fe de los católicos. En qué sentido alguien pueda seguir llamándose ‘católico’ y descreer de algo tan esencial se me escapa, como también que los pastores parezcan despreocuparse, al menos a juzgar por sus prioridades reales y sus declaraciones continuas, de semejante catástrofe.
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