César
Scicchitano, más conocido como el Padre César, es un sacerdote católico que
decidió escapar del ámbito religioso convencional a través de su segunda
pasión: el rock.
Por
María Laura Abeijón Sarquís (*)
Su
último disco Volvé…está saliendo el
sol!, junto a su banda Los Pecadores
, cuenta con la participación especial del Pity Álvarez y fue presentado el jueves pasado en el Paseo La Plaza. La
obra incluye covers de Pappo, Alejandro
Lerner y Facundo Cabral. Además, la banda será telonera de Viejas Locas en el
show del próximo 26 de junio en la cancha del club Ferrocarril Oeste.
Dueño
de un look informal y de un carácter afable y alegre, el Padre César resulta un
curioso personaje que no reniega de su profesión de músico y se siente
orgulloso de haber podido encontrar el equilibrio necesario entre las dos
grandes vocaciones de su vida.
Cuenta
con una discografía de 18 discos y también trabajó con reconocidos artistas
como Fabiana Cantilo, Soledad Pastorutti, León Gieco, entre otros. Fue
convocado para realizar el responso de Pappo en la Chacarita y, Ángel Stalo,
uno de los guitarristas de Los Pecadores, fue el primer guitarrista que tocó
con el legendario Carpo.
Inicios rockeros
El
Padre César empezó a escuchar rock durante la época del último gobierno militar
y admite que lo que más lo atrapó de este estilo musical fue que le despertaba internamente una filosofía de
libertad. “El rock no tiene fachada, es muy honesto. Yo tenía muchas ganas de ser
auténtico de pibe y estos músicos me mostraban que su arte tenía precisamente
esa autenticidad que yo buscaba”, cuenta César. Charly García, León
Gieco, Litto Nebbia, Pappo y Luis Albeto Spinetta son algunas de sus
influencias musicales.
Fue
precisamente en un recital a beneficio que inició su acercamiento a la fe
cristiana. Un grupo de gente de una parroquia que lo organizaba consiguió
atrapar su atención. “Sentí que yo venía de hablar y nada más;
pero en ese momento me di cuenta de que había una forma de plasmar todo lo que
tenía dentro de mí”, explica. Tiempo después, estaría misionando en
Santiago del Estero dándole rienda suelta al sacerdocio.
Facetas
compatibles
El
estudio que el seminario le demandaba, lo mantuvo alejado por un tiempo de su
vocación musical. Sin embargo, antes de concluir sus estudios, reavivó su
pasión y le reveló al Cardenal que la música formaría parte de su vida para
siempre. Las instituciones donde colabora actualmente -la Parroquia Sacratísimo
Corazón de Jesús en Villa Luro y dos colegios de la Ciudad de Buenos Aires–
apoyan por completo ambas facetas del Padre César.
“En aquel entonces estudiaba música sagrada o
clásica pero poco a poco fui retornando a este mundo que me pertenece y que me
permite alcanzar el equilibrio entre el músico y el sacerdote que soy”, señala.
El
Padre César reparte así su tiempo entre el sacerdocio, las misas, las obras
benéficas, las clases de canto y de piano y el rock. “No lo hago porque me queda bien
sino porque verdaderamente tiene que ver con mi vida y cuando hacés algo desde
adentro no hay fuerza que lo pueda derribar”, concluye.
(*) Especial
para Perfil.com
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