El
consumo de la picadura de marihuana se popularizó en el mundo occidental hacia
fines de la década del 50, en particular en los sectores juveniles. Desde ese
entonces, su consumo no ha dejado de crecer en la Argentina y en el mundo.
Por
Ricardo Larrondo
En
la actualidad es la droga de iniciación en el país y, según un relevamiento
oficial, en 2011 casi el 20 por ciento de la población recibió ofertas para
consumir cigarrillos de marihuana (cannabis sativa).
Ese
estupefaciente goza hoy de una alta tolerancia social. Para el común de la
gente, la marihuana es falsamente catalogada como una droga "menor",
que sólo produce un bienestar sin riesgos. Pero la realidad es otra, pues el
consumo constante genera males irreversibles, dicen los expertos.
Una
encuesta de consumo de drogas realizada por la Sedronar en 2010, reveló que
unas 600.000 personas entre los 12 y 65 años aceptaron haber consumido
marihuana en ese año.
Esto,
en parte, en que el grado medio de adicción de la marihuana suele ser alto y,
por ello, resulta difícil dejar su consumo.
Según
el profesor Juan Carlos Leza Cerro, titular de Farmacología de la Facultad de
Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, si se la compara con otras
drogas, la marihuana posee una dependencia física débil en pequeñas y
esporádicas dosis.
Pero
si la ingesta es mayor y se prolonga en el tiempo, suele producir, como varios
síntomas de riesgo, desasosiego, irritabilidad, agitación, temblores, anorexia,
insomnio y temblores acompañados de náuseas.
Por
ello la marihuana induce a una dependencia fundamentalmente psicológica. Para
el mismo especialista, según los estudios realizados en aquella prestigiosa
casa de estudios, el consumo de marihuana en forma constante o su abuso puede
generar distintas complicaciones clínicas en las personas, tales como:
Sistema cardiovascular: elevada
presión arterial, acompañada de severas taquicardias que, según el caso, pueden
ser mortales.
Aparato
respiratorio:
distintas sustancias de la marihuana producen broncodilatación, pero este
efecto suele enmascararse en irritaciones como laringitis, traqueítis y
bronquitis.
Aparato
digestivo:
las citadas sustancias pueden producir diarrea e irritación intestinal.
Efectos
psicológicos:
se inician pocos minutos después del consumo y duran entre 60 y 90 minutos.
Comienza un período de excitación con una sensación de bienestar y de euforia.
La percepción temporal se altera, al igual que la audición y la visión,
especialmente la distinción de los colores.
Tampoco
es raro que surja una rara hilaridad, locuacidad momentánea y megalomanía. Puede
terminar el efecto de la marihuana con un acceso de bulimia y se han demostrado
alteraciones severas de la memoria.
Eso
es sólo el principio.
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