Trotar
2 horas y media a la semana -es decir unos 20 minutos por día- ayuda a añadir,
en promedio, 6 años de vida.
A
esta conclusión arribaron los responsables del "Estudio Cardíaco de la
Ciudad de Copenhague", en Dinamarca, tal como consta en el último
comunicado de la Sociedad Europea de Cardiología. "Podemos asegurar que
trotar regularmente aumenta la longevidad -aseguran los investigadores,
liderados por Peter Schnohr-.
La
buena noticia es que en realidad no hay que hacer mucho para aprovechar los
beneficios.
Los
hombres lograron alargar su vida en 6,2 años mientras que las mujeres lo
hicieron 5,6 años".
Los
investigadores aseguran que "ambas cifras se obtuvieron considerando a los
participantes de todas las edades, razón por la cual se eligió como parámetro
un tipo de actividad física que todos, en mayor o menor medida, pudieran
realizar".
Del
estudio, que se inició en 1976, participaron 20 mil personas de entre 20 y 93
años, algunos de ellos trotadores, otros no. Entre los que sí realizaban esta
actividad (1.116 hombres y 762 mujeres) los investigadores preguntaron a qué
velocidad trotaban, durante cuánto tiempo y cuántas veces a la semana.
Comparando
estos datos con los de los no trotadores, en el marco del periodo de
seguimiento, los científicos establecieron que 10.158 personas integrantes del
grupo de las que no trotaban murieron; mientras que en la parcialidad de
trotadores las muertes fueron sólo 122.
"Esto
equivale a un descenso de 44% en el riesgo de muerte para los trotadores de
ambos sexos", puntualizan los investigadores al presentar los resultados
de la experiencia en la reunión de la Asociación Europea de Prevención y
Rehabilitación Cardiovascular "EuroPRevent2012" realizada
recientemente en Dublín, Irlanda.
"Cuando
se trota hay que buscar el equilibrio: no llegar al ahogamiento, pero tampoco
evitar sentir todo tipo de esfuerzo. O sea que debería faltar un poco el aire.
Ahí se estaría alcanzando la moderación, situación en al cual pueden verse los
principales beneficios de esta actividad, entre los cuales se cuentan el
incremento de la absorción de oxígeno y de la sensibilidad a la insulina, la
mejora de los perfiles lipídicos (aumenta el colesterol bueno y bajan el malo y
los triglicéridos), el incremento de la función cardíaca y la densidad ósea, y
el bienestar psicológico", refirieron.
Trotar
además mejora la función inmunológica, ayuda a mantener la presión arterial en
los niveles adecuados, reduce la agregación plaquetaria y ayuda a prevenir el
sobrepeso y la obesidad, factores de riesgo cardiovascular.
"Por
supuesto, más allá de los antecedentes y del estado de salud, antes de empezar
a hacer actividad física es importante consultar al médico -enfatiza Hernán
Delmonte, médico cardiólogo deportólogo, miembro del Consejo de Epidemiología y
Prevención Cardiovascular de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y
profesor nacional de Educación Física-, una vez obtenido el 'apto' hay que
preparar un plan a la medida del paciente, ya que el ejercicio no sólo debe
aportar beneficios desde el punto de vista clínico, sino también brindar placer
y satisfacción. Por esta razón no siempre se trata de encerrarse en un
gimnasio, sino de buscar las alternativas que permitan, en casa o al aire
libre, solo o con acompañantes, empezar a moverse para tener una mejor
salud".
Fuente:
ProSalud News
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