Tras su muerte fue declarada hereje y sus discípulos, los guillelmitas, que la consideraban como la encarnación femenina del Espíritu Santo, fueron eliminados por la Inquisición, que destruyó su tumba en Chiaravalle (Claraval) y quemó su cuerpo en el siglo XIV.
Guillermina llegó a Milán en 1260, acompañada de su hijo, donde era oblata (es decir, una laica que se alojaba en el edificio de una iglesia) en la Abadía de Chiaravalle; su fama como curandera creció hasta el punto de dar vida a un movimiento religioso, llamado los Guillelmitas, en el que participaron muchas mujeres y algunos miembros de la aristocracia milanesa. Entre sus seguidores destacados se encontraban Maifreda da Pirovano, una monja Umiliata de Biassono y el teólogo Andrea Saramita.
Guillermina llegó a Milán en 1260, acompañada de su hijo, donde era oblata (es decir, una laica que se alojaba en el edificio de una iglesia) en la Abadía de Chiaravalle; su fama como curandera creció hasta el punto de dar vida a un movimiento religioso, llamado los Guillelmitas, en el que participaron muchas mujeres y algunos miembros de la aristocracia milanesa. Entre sus seguidores destacados se encontraban Maifreda da Pirovano, una monja Umiliata de Biassono y el teólogo Andrea Saramita.
Un grupo de discípulos compuesto tanto por mujeres como hombres, los guillelmitas, consideraba que Guillermina era la encarnación femenina del Espíritu Santo y desarrollaron un culto con una jerarquía esencialmente femenina.
Murió el 24 de agosto de 1281 (o 1282) y fue enterrada en el cementerio de la abadía. Tras su muerte los monjes la propusieron para su canonización. La capilla que albergaba sus restos se convirtió en un lugar de culto, frecuentado por seguidores y devotos. Los monjes incluso le habían dedicado un altar.
Sus seguidores difundieron el mensaje de que ella era el equivalente corpóreo de Cristo, que moriría para salvar a los inconversos y que la redención solo era posible a través de la encarnación de lo divino tanto en hombres como en mujeres. Estaban firmemente convencidos de que su cuerpo ascendería a los cielos.
Dos años más tarde, la Inquisición se dio cuenta del culto que se estaba formando en torno a la “santa” Guillermina. Así fue como en 1300 los dos inquisidores Guido da Cocconato y Rainerio da Pirovano iniciaron el proceso contra los herejes.
En las once imbreviature* del notario Beltramo Salvagno, relativas al proceso de los devotos de la “santa” Guillermina, se registraron los interrogatorios de los testigos y de los acusados de herejía.
La tarea de la Inquisición, de conformidad con las decretales del Papa Bonifacio VIII, era erradicar la herejía, regresando a los herejes a la ortodoxia cuando fuera posible.
La primera acción de los dos inquisidores, que llegaron a Milán, fue retirar el “objeto del culto”, es decir, la tumba de Guillermina, sus imágenes y los textos de sus seguidores, quemaron y dispersaron sus cenizas, eliminando su memoria. Sin embargo, el culto popular de la “santa” se mantuvo en ciertas regiones de Italia, ya que se encuentra aún vestigios en Brunate.
Esta herejía medieval formó parte de un movimiento más amplio del cristianismo europeo en el que intervinieron las beguinas, que se identificaron con una aspiración de las mujeres al sacerdocio y que correspondió a un movimiento de reforma de los laicos y de las mujeres.
Es objeto de controversia el alcance de su influencia, algunos investigadores lo reducen a la esfera de la devoción popular y otros le dan una influencia más amplia. Una corriente de estudio ve a Guillermina y sus seguidores como un movimiento feminista dentro del cristianismo.
La herejía de este culto:
Del examen de los documentos del proceso del año 1300, ya Giovanni Pietro Puricelli en el siglo XVII, había creído poder establecer que gran parte de la doctrina de los guillelmitas, particularmente en lo que respecta al milenarismo, la encarnación del Espíritu Santo, la celebración de oficios religiosos no conformes con el canon, la ordenación de diáconos y diaconisas, no derivaban de las enseñanzas de la mística Guillermina, sino que había sido concebida por el teólogo Andrea Saramita después de su muerte quien, efectivamente, en vida no había generado ninguna sospecha de herejía entre los monjes cistercienses que la acogieron y la tenían en alta estima, ni había despertado el interés de la Inquisición.
Los 14 puntos principales de la doctrina guillelmita fueron extraídos de los documentos del proceso del año 1300 por el propio Giovanni Paolo Puricelli:
● Guillermina es el Espíritu hecho carne en el sexo femenino.
Así como el Arcángel Gabriel anunció a María la Encarnación del Verbo, el Arcángel Rafael anunció a Constanza de Hungría, Reina de Bohemia, la Encarnación del Espíritu Santo en su hija Guillermina.
● Guillermina es verdadero Dios y verdadero hombre (homo) en el sexo femenino, así como Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre (homo) en el sexo masculino.
● Como Guillermina es el Espíritu Santo, debe ser considerada de esencia divina y, por lo tanto, superior a la Virgen María y a todos los santos.
● Así como Cristo sufrió y murió según su naturaleza humana, Guillermina también murió según su naturaleza humana, no su naturaleza divina.
● Como Cristo, Guillermina también tuvo cinco heridas en el cuerpo. [Esta circunstancia fue apoyada por el teólogo Saramita que declaraba que algunos discípulos las habían visto en su cuerpo, mientras que otros acusados informaron no haberlas visto, pero que se decía que ella los tenía. Cabe subrayar que en el momento del juicio Guillermina llevaba 18 años muerta y que los seguidores más jóvenes apenas la recordaban].
● Mientras Cristo ascendió al Cielo en presencia de los discípulos y envió al Espíritu Santo en lenguas de fuego en Pentecostés, Guillermina resucitará antes del Juicio Final con su cuerpo femenino en presencia de sus discípulos, fieles y amigos, ascenderá a Cielo y volverá a ellos en lenguas de fuego. Entonces todos serán apóstoles.
● Así como Cristo dejó a Pedro como su representante en la tierra y le entregó su Iglesia y las llaves del Reino de los Cielos, Guillermina dejó como su representante en la tierra a su hermana Maifreda de la Orden de los Humillados.
● Mientras el apóstol Pedro predicaba y celebraba misas en Jerusalén, Maifreda, vicaria de Guillermina, debía predicar y celebrar misas en Milán y luego también en Roma: entonces habría tenido que ocupar la silla sagrada [el trono de Pedro].
● Sor Maifreda es considerada una verdadera Papa y tiene la autoridad de un verdadero Papa porque, como Guillermina es el Espíritu Santo en forma de mujer, debe tener su representante en forma de mujer. El Papa, la Iglesia y la Curia deben entregar su autoridad a sor Maifreda, quien debe bautizar a musulmanes, judíos y a todos los pueblos fuera de la Iglesia romana.
● Los evangelios actuales, así como las doctrinas que contienen, serán reemplazados por los evangelios que cuatro evangelistas elegidos por Guillermina escribirán tan pronto como Maifreda haya ocupado pacífica y permanentemente la sede apostólica de Roma.
● Guillermina ya ha resucitado y vive corporalmente donde quiere, como Cristo resucitado vive corporalmente donde quiere. Y así como Cristo se apareció a María Magdalena antes de su ascensión, así Guillermina se aparece a sus discípulos de vez en cuando.
● La remisión de los pecados obtenida con una peregrinación a la tumba de Guillermina en Chiaravalle (Claraval) es similar a la obtenida hasta ahora con una peregrinación a Jerusalén.
● Así como los seguidores de Cristo sufrieron por amor a él, los seguidores de Guillermina también sufrirán, y dado que Judas traicionó a Cristo y lo entregó a los judíos, algunos de los seguidores de Guillermina entregarán a sus hermanos a la Inquisición.
Nota:
* Acortamiento: En la Edad Media, el borrador de negocios jurídicos que por ley el notario solía redactar en forma abreviada y hacer aprobar por las partes, reservándose el derecho de redactarlo luego en forma de original definitivo con las firmas de las partes y testigos.
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