Rosica ha negado cualquier “conducta inapropiada” con el sacerdote y ha instado a un juez a desestimar una demanda presentada en su contra, para que las acusaciones puedan ser abordadas en un tribunal canónico. Las facultades de Rosica para el ministerio sacerdotal fueron retiradas en marzo, después de que la presunta víctima presentara una demanda en su contra.
Rosica fue el principal organizador de la “jornada mundial de la juventud” de 2002, asesor y agregado de medios del Vaticano, y fue una figura fija en los medios y la televisión católica durante casi dos décadas, antes de que su prominencia se viera frenada por los informes de 2019 sobre plagio. Rosica también fue un participante destacado en la “cumbre mundial sobre abusos” del Vaticano de 2019, convocada por Bergoglio, donde instó a que “no se ignore el problema del abuso sexual clerical”.
Según una demanda interpuesta en marzo en la provincia canadiense de Ontario, Rosica desarrolló una relación de mentoría con un sacerdote canadiense recién ordenado a fines de los años 90, mientras el sacerdote estaba en estudios de posgrado. Rosica también invitó al joven sacerdote a ayudar en los preparativos para la “jornada mundial de la juventud” de 2002, para la cual Rosica había sido nombrado “director ejecutivo”.
La demanda, de la que The Pillar obtuvo una copia, no identifica al sacerdote demandante por su nombre; el uso de un seudónimo en este tipo de demandas está permitido en la legislación canadiense. El sacerdote demandante, cuya identidad es conocida por The Pillar, se negó a responder preguntas sobre el caso.
Cuando se conocieron, el joven sacerdote “quedó impresionado por Rosica, que era influyente, tenía buenas conexiones y era reconocido internacionalmente dentro de la Iglesia Católica Romana”, según la demanda.
La denuncia alega que Rosica desarrolló una “estrecha relación personal” de “autoridad y confianza” con el joven sacerdote, “bajo la apariencia del papel de un sacerdote mayor” que brindaba orientación al sacerdote recién ordenado.
Esa relación “le permitió a Rosica la oportunidad de estar a solas con el demandante, ejercer control total sobre él y abusar sexualmente de él”, afirma la demanda.
La demanda alega que Rosica inicialmente “tuvo contacto físico no deseado con el demandante, incluidos abrazos largos y toques en el cuerpo y los brazos del demandante”.
Pero en el verano de 2000 y durante los meses siguientes, según la demanda, Rosica repetidamente “tocó y acarició” los genitales del joven sacerdote.
“Rosica facilitó el abuso bajo la apariencia de su papel como maestro, sacerdote y consejero vocacional, y además con el objetivo de ayudar implícita o explícitamente a la carrera del demandante dentro de la Iglesia a cambio de los avances sexuales de Rosica”, acusa la demanda.
Rosica “utilizó su posición de autoridad y confianza, así como la relación de dependencia que había fomentado con el demandante, para asegurarse de que éste no le contara a nadie sobre las conductas en las que había incurrido”, añade la demanda.
El abogado de Rosica le dijo a The Pillar el 28 de agosto que no podía comentar sobre las acusaciones contra su cliente.
Pero en una respuesta presentada ante un tribunal de Ontario, Rosica “negó que tuviera una relación personal cercana con el demandante en cualquier capacidad, y niega que tuviera algún control o influencia sobre él, o que se aprovechara de él o abusara sexualmente de él”.
La defensa de Rosica afirmó que tuvo “contacto ministerial poco frecuente con el demandante entre 1996 y 2002, y niega haberlo abusado o agredido sexualmente o haber hecho contacto físico no deseado o haber participado en cualquier conducta inapropiada con el demandante”.
Rosica solicitó al tribunal que desestimara el caso en su contra, argumentando que “este asunto está regido por los Códigos de Derecho Canónico” y “debería ser juzgado en un contexto canónico”.
“El padre Rosica alega que el Tribunal no tiene jurisdicción sobre el objeto de esta disputa, ya que el demandante y el padre Rosica son sacerdotes ordenados y las supuestas agresiones ocurrieron mientras estaban cumpliendo con sus deberes en nombre de la Iglesia Católica Romana. Cualquier queja o alegación de ese tipo debe regirse por el Derecho Canónico. El tribunal debería ceder ante el tribunal eclesiástico y su aplicación del Derecho Canónico”.
La demanda del joven sacerdote también alega que la Orden religiosa de Rosica, la Congregación de San Basilio, no supervisó adecuadamente a Rosica e ignoró cuestiones que surgieron cuando era seminarista y durante su sacerdocio.
La demanda alegó que la Orden sabía que Rosica había sido acusado de actuar de manera inapropiada con otros jóvenes, antes de su supuesta relación con el demandante.
Se denunció además que Rosica había sido objeto de quejas “por sus acciones con hombres jóvenes” y que la Orden “no tomó medidas para detener el comportamiento o proteger al demandante y, en cambio, tomó medidas para intentar encubrir el comportamiento”.
“Los basilianos sabían o deberían haber sabido que Rosica había incurrido en conductas desviadas y no investigaron al respecto. Al no investigar ni identificar los errores pasados de Rosica, tampoco identificaron a las víctimas que pudieran haber necesitado asesoramiento, asistencia y apoyo debido a las acciones de Rosica”, se acusa en la demanda.
Según la demanda, el sacerdote demandante sufrió dificultades en sus relaciones, dificultades en su salud mental y dificultades en su vocación sacerdotal, debido a la agresión sexual de Rosica.
Por su parte, la Orden Basiliana también probablemente solicitará al juez que el caso se resuelva en un foro canónico, según fuentes cercanas al caso.
Un abogado de la Orden aún no ha respondido a la solicitud de comentarios de The Pillar.
Pero en marzo, la Orden retiró las facultades de Rosica para el ministerio sacerdotal, según documentos revisados por The Pillar.
A pesar de eso, Rosica fue facilitador de un retiro llamado “Caminando con Francisco” en un retiro propiedad de los jesuitas en el mes de julio de este año (pagina archivada en inglés aquí, con captura de pantalla en español más abajo, y que fue eliminada del sitio web de los jesuitas de Canadá).
Captura de pantalla de la imagen que prueba la participación de Rosica en el retiro:
Además, se anunció que dirigiría otro retiro de este tipo el 6 de enero de 2025. Lo “extraño” en este evento es que según la publicación “actual” del sitio de los jesuitas canadienses el facilitador será el padre Michael Coutts, SJ; pero en la publicación original promocionando este retiro figura como facilitador Thomas Rosica. Según esta primer publicación (archivada en inglés aquí, con la captura de pantalla más abajo) decía que “El Padre Thomas Rosica nos guiará cada día con conferencias, reflexiones grupales, celebraciones eucarísticas y oportunidades de dirección espiritual individual”.
Captura de pantalla de la página original con la promoción de Rosica en el retiro:
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Este mediático personaje, de 65 años, fue ordenado “sacerdote” en 1986 y saltó a la fama cuando fue el principal organizador de la “jornada mundial de la juventud” en Toronto en 2002.
En 2003, Rosica ayudó a lanzar Salt+Light Television, una cadena de televisión católica con sede en Toronto. El “sacerdote” fue nombrado en 2009 consultor del Consejo Pontificio para la Comunicación Social y en 2013, fue portavoz del Vaticano antes del cónclave que “eligió” a Bergoglio, y también fue asesor de medios durante los sínodos de los obispos de 2008 y 2018 en el Vaticano.
Rosica también participó en la cumbre mundial del Vaticano de febrero de 2019 sobre “abuso sexual clerical”, convocada por Bergoglio a raíz del escándalo de Theodore McCarrick en 2018.
“Hemos visto a un país tras otro enfrentarse a los escándalos de abusos clericales -dijo Rosica a los periodistas al comienzo de la cumbre- Y más países lo harán. Esto ahora está en el nivel más alto de la Iglesia. Esto está en el nivel universal. Nadie puede ignorarlo ahora mismo”.
Ese mismo mes, Rosica elogió a un arzobispo designado por el Vaticano para “eliminar el abuso sexual de menores y adultos vulnerables por parte del clero y su encubrimiento por parte de obispos y jefes de órdenes religiosas”.
En 2019, Rosica renunció a su puesto de liderazgo en Salt+Light y a varios puestos en la junta universitaria, en medio de indicios generalizados de que había cometido plagio en serie en sus obras publicadas.
Rosica dijo que no había sido “ni prudente ni vigilante con varios de los textos que han salido a la luz” y dijo que el “aparente plagio” había sido una “falta de supervisión”.
“Si he cometido un error es porque muchas veces he recurrido a otras personas que me han ayudado generosamente en la preparación de varios textos y no he hecho la comprobación necesaria de las fuentes. Lo lamento. Nunca lo hice voluntariamente”, afirmó Rosica en una declaración de febrero de 2019.
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