El hecho de que el ex arzobispo de Buenos Aires nunca ha visitado su país de origen juega un papel importante en esta falta de aprecio.
Cuando el cardenal Jorge Bergoglio se convirtió en el papa número 266 de la Iglesia Católica, el 13 de marzo de 2013, la noticia en Argentina parecía una victoria de la Albiceleste en la final de la Copa del Mundo. Diez años después, las opiniones están mucho más divididas.
"Claramente hay mucha gente enfadada con él", explica el periodista Sergio Rubín, coautor, junto con Francesca Ambrogetti, de “El Pastor”, un libro de entrevistas con Francisco publicado en vísperas del décimo aniversario de su pontificado.
Este enfado se explica, según el periodista, por el hecho de que el papa argentino nunca ha visitado Argentina entre sus numerosos viajes apostólicos: "La razón de la división política influye en un 90% en la decisión de Francisco de no ir a su país", señala Sergio Rubín, en una entrevista para el periódico Clarín.
Según el coautor de “El Pastor”, la Secretaría de Estado advirtió a Bergoglio "que no pisara su país, porque todo lo que hiciera o dijera allí sería motivo de conflicto".
Y con razón, incluso a varios miles de kilómetros de Argentina, el sucesor de Benedicto XVI se ha encontrado en varias ocasiones en el centro de las polémicas políticas que habitualmente enfrentan a los partidarios del peronismo encarnado por el actual líder del Estado Alberto Fernández, y los del ex presidente Mauricio Macri.
Por ejemplo, en 2016, una fotografía se viralizó en el país en la que se ve a un papa Francisco, con una mirada severa y vacía, durante la visita de Estado de Mauricio Macri al Vaticano.
Cuando el cardenal Jorge Bergoglio se convirtió en el papa número 266 de la Iglesia Católica, el 13 de marzo de 2013, la noticia en Argentina parecía una victoria de la Albiceleste en la final de la Copa del Mundo. Diez años después, las opiniones están mucho más divididas.
"Claramente hay mucha gente enfadada con él", explica el periodista Sergio Rubín, coautor, junto con Francesca Ambrogetti, de “El Pastor”, un libro de entrevistas con Francisco publicado en vísperas del décimo aniversario de su pontificado.
Este enfado se explica, según el periodista, por el hecho de que el papa argentino nunca ha visitado Argentina entre sus numerosos viajes apostólicos: "La razón de la división política influye en un 90% en la decisión de Francisco de no ir a su país", señala Sergio Rubín, en una entrevista para el periódico Clarín.
Según el coautor de “El Pastor”, la Secretaría de Estado advirtió a Bergoglio "que no pisara su país, porque todo lo que hiciera o dijera allí sería motivo de conflicto".
Un origen político
Y con razón, incluso a varios miles de kilómetros de Argentina, el sucesor de Benedicto XVI se ha encontrado en varias ocasiones en el centro de las polémicas políticas que habitualmente enfrentan a los partidarios del peronismo encarnado por el actual líder del Estado Alberto Fernández, y los del ex presidente Mauricio Macri.
Por ejemplo, en 2016, una fotografía se viralizó en el país en la que se ve a un papa Francisco, con una mirada severa y vacía, durante la visita de Estado de Mauricio Macri al Vaticano.
La señal, para muchos, de una desaprobación pontifical de la política del ex presidente argentino, cuyo resultado fue un impacto negativo en la imagen de Bergoglio entre sus conciudadanos.
Cabe señalar que, en el terreno político argentino, las variaciones del romano pontífice suenan como la célebre aria del duque de Mantua, en el último acto de Rigoletto "La donna è mobile..." Cercano ciertamente a la corriente peronista encarnada por el presidente Alberto Fernández, Francisco se distanció repentinamente en 2020, cuando el jefe de Estado aprobó la ley que legalizó el aborto en el país.
Recientemente, Miguel Ángel Pichetto, un exsenador de centro-derecha, criticó las "absurdas opiniones sociales" del papa que, según dijo, defendían "esquemas que hacen que el mérito sea irrelevante y que la propiedad parezca un derecho secundario". Más a la derecha en el espectro político, el opositor Javier Milei no dudó en afirmar que Francisco está "siempre del lado del mal".
Las encuestas de opinión también resaltan el desencanto de los argentinos por Bergoglio: el instituto CONICET publicó, con motivo del décimo aniversario del actual pontificado, una encuesta según la cual solo el 27% de los argentinos aún ven en Francisco a un "líder mundial", mientras que para el 40% de los encuestados les es indiferente.
Una tendencia que resume a su manera María de los Ángeles López. Esta católica practicante creía en 2013 que un papa argentino tendría un impacto positivo en el país, pero el despertar es difícil, diez años después: "Hay más pobreza, más delincuencia y la división es peor que nunca. Pensé que el papa podría ayudar a reconciliar a los ciudadanos, pero al contrario, exacerbó las divisiones".
Para el padre José Di Paola, conocido como "Pepe" -ferviente partidario del actual papa- Francisco aún goza "de una muy buena imagen en los barrios pobres", y los diez años de su pontificado deben "celebrarse con banderas argentinas, como la Copa del Mundo ganada en Qatar el año pasado".
Pero nada de esto ha ayudado realmente, y el entusiasmo argentino por Francisco sigue decayendo. En definitiva, una cosa queda clara para los argentinos: solo Messi puede seguir siendo un profeta en su país...
FSSPX
Cabe señalar que, en el terreno político argentino, las variaciones del romano pontífice suenan como la célebre aria del duque de Mantua, en el último acto de Rigoletto "La donna è mobile..." Cercano ciertamente a la corriente peronista encarnada por el presidente Alberto Fernández, Francisco se distanció repentinamente en 2020, cuando el jefe de Estado aprobó la ley que legalizó el aborto en el país.
Recientemente, Miguel Ángel Pichetto, un exsenador de centro-derecha, criticó las "absurdas opiniones sociales" del papa que, según dijo, defendían "esquemas que hacen que el mérito sea irrelevante y que la propiedad parezca un derecho secundario". Más a la derecha en el espectro político, el opositor Javier Milei no dudó en afirmar que Francisco está "siempre del lado del mal".
Las encuestas de opinión también resaltan el desencanto de los argentinos por Bergoglio: el instituto CONICET publicó, con motivo del décimo aniversario del actual pontificado, una encuesta según la cual solo el 27% de los argentinos aún ven en Francisco a un "líder mundial", mientras que para el 40% de los encuestados les es indiferente.
Una tendencia que resume a su manera María de los Ángeles López. Esta católica practicante creía en 2013 que un papa argentino tendría un impacto positivo en el país, pero el despertar es difícil, diez años después: "Hay más pobreza, más delincuencia y la división es peor que nunca. Pensé que el papa podría ayudar a reconciliar a los ciudadanos, pero al contrario, exacerbó las divisiones".
Para el padre José Di Paola, conocido como "Pepe" -ferviente partidario del actual papa- Francisco aún goza "de una muy buena imagen en los barrios pobres", y los diez años de su pontificado deben "celebrarse con banderas argentinas, como la Copa del Mundo ganada en Qatar el año pasado".
Pero nada de esto ha ayudado realmente, y el entusiasmo argentino por Francisco sigue decayendo. En definitiva, una cosa queda clara para los argentinos: solo Messi puede seguir siendo un profeta en su país...
FSSPX
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