Queridos hermanos: En este día tan especial de la Santísima Virgen de Fátima, nos hacemos eco de la petición que nos realiza su excelencia, Mons. Carlo María Viganò, para secundar y difundir esta potente súplica a la Santísima Virgen María, que realizaremos desde hoy y durante todo el mes de mayo al finalizar el Santo Rosario diario.
Más que nunca es necesario que el remanente fiel, unido a los pastores fieles, recemos a Nuestra Santísima Madre para que, como mediadora de todas las gracias, interceda ante nuestro señor en esta batalla final, para que impere al infernal dragón.
Les dejamos el texto que nos hace llegar su excelencia, para su rezo diario, así como un video donde pueden seguir el mismo.
¡dios les bendiga!
Vicente Montesinos – Director
Adoración y Liberación
Durante más de un año, el mundo entero ha sido rehén de una élite que, con el pretexto de la pandemia, pretende crear las condiciones para el Gran Reseteo y el establecimiento del Nuevo Orden Mundial. Esta última revolución, planeada por los enemigos de Dios y de la humanidad, es ciertamente una obra infernal y como tal debe combatirse, recurriendo a las armas espirituales de la oración, el ayuno y la penitencia. Insto a los fieles católicos a rezar diariamente el Santo Rosario, durante el mes dedicado a la Santísima Virgen, añadiendo esta súplica. Que la Mediadora de todas las Gracias, Reina de las Victorias, nos ayude con su patrocinio en estos momentos de apostasía, nos conceda la virtud de la Fortaleza para poder resistir el mal y obtener la conversión de los pecadores.
+ Carlo Maria Viganò, arzobispo
AUGUSTA Señora y Reina del Cielo, vuelve tu mirada hacia nosotros Tus hijos, en esta hora de oscuridad y aflicción. No desdeñes escuchar y contestar nuestra humilde y confiada oración, en un momento en que las fuerzas del Enemigo se multiplican en el infernal asalto contra Dios, contra Su Iglesia y contra la familia humana.
Tú que eres modelo y ejemplo de humildad y obediencia a la voluntad de Dios, ilumina a nuestros gobernantes, para que recuerden que la autoridad que ejercen es del Señor y que a Él, justo Juez, tendrán que responder por el bien que no hayan hecho y el mal que han cometido. Tú que eres Virgen fiel, enséñales a los que administran los asuntos públicos a honrar las obligaciones morales de sus funciones, rechazando cualquier connivencia con el vicio y el error.
Tú que con tu intercesión al Trono de Dios sanas los males del alma y del cuerpo y con razón eres invocada como Salud de los enfermos, guía a los médicos y al personal de salud en su profesión, ayudándolos en el cuidado de los enfermos y en la asistencia a los más débiles, y dándoles valor para oponerse a quienes los obligarían a matar y causar enfermedades con tratamientos inadecuados o drogas nocivas. Invoca al divino Doctor de las almas, Nuestro Señor, para despertar en su conciencia la conciencia de su papel y el deber de promover la vida y la salud del cuerpo.
Tú que en la huida a Egipto salvaste a tu divino Hijo de la masacre de Herodes, protege a nuestros hijos de las amenazas morales y materiales que se ciernen sobre ellos; protege a los niños de la verdadera pestilencia del pecado y del vicio, y de los planes criminales de la dictadura ideológica que quiere golpearlos en cuerpo y espíritu. Empodera a los padres y educadores para que se opongan a la experimentación en nuestros hijos de una droga experimental peligrosa y moralmente ilícita. Frustra los intentos de quienes atacan su inocencia tratando de pervertirlos desde temprana edad con la corrupción de las costumbres y el intelecto descarriado.
Tú que has sido consolada por la presencia de tu Hijo en el paso a la vida eterna, mantente cerca de los enfermos, los ancianos y los moribundos, especialmente de aquellos que, por normas inhumanas, afrontan la muerte en la soledad de una cama de hospital y en privación de los sacramentos. Tráeles consuelo, inspirándoles el arrepentimiento de sus pecados y el deseo de ofrecer sus sufrimientos en reparación por sus pecados, para que puedan cerrar los ojos con el consuelo de la amistad con Dios.
Tú que eres invocada Madre del Sacerdocio, ilumina a nuestros Pastores, para que abran sus ojos a la amenaza presente, sean testigos constantes de Cristo tu Hijo, valerosos defensores del rebaño que el Señor les ha confiado, valientes oponentes del error y vicio. Sacude de ellos, Santísima Virgen, todo respeto humano y toda connivencia con el pecado. Ilumínalos con amor a Dios y al prójimo, ilumina sus mentes y estimula su voluntad.
Tú, ante quien huyen los demonios del infierno, derrota los diabólicos planes de esta odiosa tiranía, el engaño de la pandemia, la mentira de los obradores de la iniquidad. Deja que la luz de la verdad brille sobre la mentira, como la verdadera luz de Cristo brilla sobre las tinieblas del error y el pecado. Confunde a tus enemigos y humilla bajo tu pie la orgullosa cabeza de aquellos que se atreven a desafiar al Cielo y quieren establecer el reino del Anticristo.
Tú que por decreto divino eres Mediadora de todas las Gracias y Corredentora nuestra, obtén para nosotros la gracia de ver triunfar tu Inmaculado Corazón, al que nos consagramos, nuestras familias, nuestras comunidades, la Santa Iglesia, nuestra Patria, el mundo entero.
Que así sea.
13 de mayo de 2021
Aparición de Nuestra Señora en Fátima
+ Carlo Maria Viganò, arzobispo
AUGUSTA Señora y Reina del Cielo, vuelve tu mirada hacia nosotros Tus hijos, en esta hora de oscuridad y aflicción. No desdeñes escuchar y contestar nuestra humilde y confiada oración, en un momento en que las fuerzas del Enemigo se multiplican en el infernal asalto contra Dios, contra Su Iglesia y contra la familia humana.
Tú que eres modelo y ejemplo de humildad y obediencia a la voluntad de Dios, ilumina a nuestros gobernantes, para que recuerden que la autoridad que ejercen es del Señor y que a Él, justo Juez, tendrán que responder por el bien que no hayan hecho y el mal que han cometido. Tú que eres Virgen fiel, enséñales a los que administran los asuntos públicos a honrar las obligaciones morales de sus funciones, rechazando cualquier connivencia con el vicio y el error.
Tú que con tu intercesión al Trono de Dios sanas los males del alma y del cuerpo y con razón eres invocada como Salud de los enfermos, guía a los médicos y al personal de salud en su profesión, ayudándolos en el cuidado de los enfermos y en la asistencia a los más débiles, y dándoles valor para oponerse a quienes los obligarían a matar y causar enfermedades con tratamientos inadecuados o drogas nocivas. Invoca al divino Doctor de las almas, Nuestro Señor, para despertar en su conciencia la conciencia de su papel y el deber de promover la vida y la salud del cuerpo.
Tú que en la huida a Egipto salvaste a tu divino Hijo de la masacre de Herodes, protege a nuestros hijos de las amenazas morales y materiales que se ciernen sobre ellos; protege a los niños de la verdadera pestilencia del pecado y del vicio, y de los planes criminales de la dictadura ideológica que quiere golpearlos en cuerpo y espíritu. Empodera a los padres y educadores para que se opongan a la experimentación en nuestros hijos de una droga experimental peligrosa y moralmente ilícita. Frustra los intentos de quienes atacan su inocencia tratando de pervertirlos desde temprana edad con la corrupción de las costumbres y el intelecto descarriado.
Tú que has sido consolada por la presencia de tu Hijo en el paso a la vida eterna, mantente cerca de los enfermos, los ancianos y los moribundos, especialmente de aquellos que, por normas inhumanas, afrontan la muerte en la soledad de una cama de hospital y en privación de los sacramentos. Tráeles consuelo, inspirándoles el arrepentimiento de sus pecados y el deseo de ofrecer sus sufrimientos en reparación por sus pecados, para que puedan cerrar los ojos con el consuelo de la amistad con Dios.
Tú que eres invocada Madre del Sacerdocio, ilumina a nuestros Pastores, para que abran sus ojos a la amenaza presente, sean testigos constantes de Cristo tu Hijo, valerosos defensores del rebaño que el Señor les ha confiado, valientes oponentes del error y vicio. Sacude de ellos, Santísima Virgen, todo respeto humano y toda connivencia con el pecado. Ilumínalos con amor a Dios y al prójimo, ilumina sus mentes y estimula su voluntad.
Tú, ante quien huyen los demonios del infierno, derrota los diabólicos planes de esta odiosa tiranía, el engaño de la pandemia, la mentira de los obradores de la iniquidad. Deja que la luz de la verdad brille sobre la mentira, como la verdadera luz de Cristo brilla sobre las tinieblas del error y el pecado. Confunde a tus enemigos y humilla bajo tu pie la orgullosa cabeza de aquellos que se atreven a desafiar al Cielo y quieren establecer el reino del Anticristo.
Tú que por decreto divino eres Mediadora de todas las Gracias y Corredentora nuestra, obtén para nosotros la gracia de ver triunfar tu Inmaculado Corazón, al que nos consagramos, nuestras familias, nuestras comunidades, la Santa Iglesia, nuestra Patria, el mundo entero.
Que así sea.
13 de mayo de 2021
Aparición de Nuestra Señora en Fátima
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