En 2008 hubo (oficialmente) 705 eutanasias legales en el país; unos médicos piden usar los órganos para "usos sanitarios".
Por J. A. Antonio
El mensaje es claro: "usted, como enfermo, es una carga; pero una vez muerto, será usted muy útil; no sea egoísta, pida la eutanasia".
El mensaje es claro, pero aún no se formula con tanta claridad. Pero ya casi no falta nada. Tres médicos belgas de tres universidades distintas del país, aprovechando que Bélgica es legal y frecuente la eutanasia desde 2002 (eliminación de enfermos, en principio, con su permiso... o con el de alguien más) proponen abiertamente usarlos para cosechar órganos útiles para trasplantes.
En una convención médica organizada en diciembre de 2010 por la Real Academia Belga de Medicina, Dirk Ysebaert, Dirk Van Raemdonck y Michel Meurisse, de los hospitales universitarios de Amberes, Lovaina y Lieja explicaron que un 20% de las 705 personas que oficialmente fueron "eutanasiadas" en el país padecían desórdenes neuromusculares, pero sus órganos eran de una calidad relativamente alta, buena para trasplantes. En Bélgica (como en todo el mundo) los órganos para trasplantar siempre son útiles y bienvenidos, y estos médicos pedían utilizarlos.
Los autores expusieron un protocolo para obtener los órganos, ya que la "eutanasia en casa" no es adecuada para ello: hay que "eutanasiar" al enfermo en un hospital.
El protocolo pide una "estricta separación" entre la petición de eutanasia, el "procedimiento eutanásico" (la técnica con la que se mata al enfermo) y la obtención del órgano. Se necesita el consentimiento como donante del enfermo... o de sus parientes, o representantes. La eutanasia la realizarían un neurólogo o psiquiatra y dos médicos más. Cuando los tres médicos diagnosticasen la muerte, se sacarían los órganos.
Por supuesto, una bioética personalista no tiene nada en contra de la donación de órganos (siempre que el paciente esté irrefutablemente muerto) pero sí lo tiene contra matar enfermos (aunque lo pida el enfermo... o se diga que lo pedía el enfermo).
Además, el criterio de "pendiente peligrosa" permite pensar que el protocolo, supuestamente estricto, en muy poco tiempo sería papel mojado:
- La eutanasia a cargo de 3 médicos se convertiría en 3 firmas en papel prefirmado y algo a realizar por cualquier enfermero o becario
- El permiso del paciente se sustituiría por un "firmó tal pariente" o "no estaba en condiciones de firmar, así que lo eutanasiamos porque pensamos que querría"
- La extracción de órganos tras la muerte se convertiría en un: "bueno, total, se morirá enseguida, y ha pedido morirse, así que quitémoselos rápido, en buen estado".
Y, por supuesto, a cientos de enfermos cada año se les dejaría bien claro que muertos son útiles, mientras que vivos son un gasto. Una afirmación que no tendría por qué limitarse a enfermos: hay muchos sanos que muertos son más útiles (véase el caso de los presos fusilados en China y cuyos órganos se usan en trasplantes... y China es un país influyente con una ética propia).
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