sábado, 15 de enero de 2011

LA PERSECUCIÓN DE CATÓLICOS LLEGA A LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA




En la Universidad de Barcelona, un grupo de estudiantes y profesores laicistas, ha decidido boicotear la celebración de la Misa en la capilla de la Facultad de Económicas al tiempo que se dedican a acosar a los estudiantes católicos.


Como ya ha denunciado en reiteradas ocasiones el Papa, la persecución de los cristianos no solo se está produciendo en países de mayoría islámica sino también en el avanzado mundo occidental donde adquiere formas más sutiles. Es, en la práctica, lo que ha venido ocurriendo nada menos que en la Universidad de Barcelona, donde un grupo de estudiantes y profesores laicistas, ha decidido boicotear la celebración de la Misa en la capilla de la Facultad de Económicas al tiempo que se dedican a acosar a los estudiantes católicos. Después de dos meses de incidentes, el rectorado ha decidido suspender las celebraciones litúrgicas "hasta que pueda garantizar la seguridad de los estudiantes católicos"...

Un cambio de ubicación de la capilla instalada en la Universidad de Barcelona, ha desatado en las últimas semanas esta agresiva campaña antirreligiosa que está llegando a límites de intolerancia impensables en el marco de respeto a la libertad de culto, como la “sentada” protagonizado por este grupo de estudiantes al ocupar la capilla durante la celebración de la Eucaristía y donde se dedicaron a hablar ruidosamente con sus móviles y comer bocadillos hasta interrumpir la Eucaristía. El objetivo de este grupo de laicistas es acabar con la presencia de signos religiosos en la Universidad a pesar de que una inmensa mayoría de universitarios es partidaria de mantenerla, razón por la cual las autoridades docentes habían llegado a un acuerdo con el Arzobispado barcelonés para mantener el culto en dos capillas dentro del vasto campo que ocupa el más antiguo y prestigioso centro de enseñanza superior de Cataluña.

La capilla donde ocurren estos hechos se encontraba hasta hace unas semanas en la antigua Escuela Universitaria de Empresariales pero se trasladó al edificio de Económicas después de la reciente fusión de ambos estudios. Al cambiar de lugar y ocupar el espacio del aula Joseph Alois Shumpeter, hasta ahora dedicada a la memoria del economista austriaco y que ha dejado de existir, se ha producido este movimiento de protesta por parte de una cuarentena de estudiantes a los que se ha unido un pequeño grupo de profesores.

Las autoridades docentes de la UB recuerdan que la capilla de Económicas es fruto de un acuerdo con el Arzobispado, renovado en 1988. Los contrarios han colocado pancartas en la facultad de Económicas. Entre los alumnos hay opiniones a favor y en contra.

"Estoy en contra de la capilla. La religión no debe tener cabida es un espacio público", declara Marcos C., estudiante de cuarto de Sociología.

"Estoy a favor de la libertad religiosa, de que alguien decida hacer ejercicio de su libertad religiosa en un espacio existente en la UB", afirma en contra Ramon Farré, estudiante de cuarto de Administración y Dirección de Empresas) (ADE).

Su compañera, Giselle Pruna, también defiende la capilla: "Hay un grupo quiere hacer ejercicio de la libertad religiosa y la Universidad les da la posibilidad de hacerlo. No hay ningún problema", dice. Pero lo cierto es que los alumnos católicos se sienten acosados y temen que, en algún momento, se produzca una agresión física.

Para mosén Lluís Ramis, párroco de la cercana iglesia de Sant Ramon Nonat de Barcelona, que acude cada miércoles a la Facultad de Económicas a oficiar misa, cada vez se le hace más difícil cumplir con sus obligaciones debido al conflicto entre estudiantes católicos y laicistas. “Lo que ocurre en la capilla –afirma- no tiene justificación; es lamentable que se den estas situaciones de boicot porque impiden a determinadas personas expresar libremente sus creencias y eso no puede permitirse», indicó ayer el sacerdote en declaraciones a ABC. Recordó, en este sentido, que «el artículo 18 de la Ley de Derechos Humanos y la propia Constitución garantizan ese derecho al ciudadano».

«Lo mejor sería que cesaran los intentos de boicot por parte de algunos estudiantes y se recuperara la situación de normalidad», apunta al citado periódico el párroco que ha vivido en primera persona algunas de estas acciones de protesta. Recuerda, especialmente, la del pasado día 15 de diciembre, último día lectivo antes de las vacaciones navideñas. «Fueron momentos desagradables porque un grupo de estudiantes contrarios a la capilla consiguieron boicotear la ceremonia». A diferencia de algunos estudiantes católicos, mosén Ramis dice que «no me he sentido amenazado en ningún momento». Aclara, acto seguido, que «de todos modos, muchos de los alumnos que protestan no me identifican como sacerdote porque no voy a la UB con sotana».

Ante esta situación ¿qué han hecho las autoridades de la Universidad? Después de seguir con una cierta indiferencia los hechos, ayer tomaron la decisión de suspender la Misas en la capilla "hasta que se garantice la seguridad de los católicos asistentes a las mismas"... después de que fracasara unas medidas iniciales de protección de los católicos con la colocación de algunos guardias de seguridad que prestan servicio en el centro en la entrada de la capilla y que no pudieron impedir la entrada a la misma de los alborotadores.

Anteriormente, en un comunicado difundido a través de su página web, el Gobierno de la UB, sin condenar la coacción que está sucediendo en los pasillos del centro contra los estudiantes católicos, afirmaba que la Universidad de Barcelona, como institución pública que respeta los principios de la libertad, la democracia, la justicia, la igualdad y la solidaridad, "pide respeto para todos sus servicios y actividades que realiza, y que las formas de expresión de posiciones críticas sean compatibles con nuestro buen funcionamiento”.

La UB recuerda que desde el año 1979, “por acuerdo de la Junta de Gobierno”, se propició un Servicio de Asistencia y Formación Religiosa que “en el convenio firmado con el Arzobispado en 1988 prevé el uso de espacios de culto”. En el comunicado se afirma que “los tiempos y las opiniones cambian, pero en cualquier caso, el debate se debe llevar a término en los foros y los órganos pertinentes y en condiciones de respeto”. Las autoridades de la UB no admiten todavía la discriminación que se está dando y la coacción de algunos grupos a los alumnos que quieren manifestar su credo asistiendo a la misa que se oficia regularmente los miércoles en la capilla.

Se da el caso de que la Universidad de Barcelona es la única de las siete universidades catalanas públicas que tiene en sus centros capillas para el culto. Tiene dos. Una, en la sede central de la plaza de Universidad, y la otra en la macrofacultad de Economía y Empresa, de la avenida Diagonal. Las dos capillas han existido desde hace décadas, sin que haya surgido ningún problema para la celebración del culto.

Se recuerda que, recientemente, ante las amenazas de boicot por parte de un grupo de estudiantes laicistas, el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Rouco Varela, tuvo que suspender una conferencia que iba a dar en la universidad Autónoma con el título “El Dios desconocido”, dentro de los preparativos de la Jornada Mundial de la Juventud.



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