Publicamos el "Informe 95 del Plan Masónico" para la destrucción total de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana.
A) ÉXITOS
A lo largo de metódica y constante lucha, para hacer desaparecer a la Iglesia Católica, hemos tenido avances sustanciales, conforme a las metas previstas:
- Ruptura de una fe única. Ya son muchos los que niegan y dudan de los dogmas básicos: presencia eucarística, divinidad y resurrección de Jesús; virginidad de María; existencia del infierno, ángeles y demonios, etc.
- Estado de cisma y apostasía, aún latente, pero real.
- Contestación al Papa (Juan Pablo II) y su doctrina.
- Control de Editoriales y Publicaciones Católicas.
- Entrada de miembros en la enseñanza religiosa sobre todo en las Facultades Eclesiásticas y Seminarios. Los que fueron infiltrados en Seminarios y Congregaciones Religiosas han ido consiguiendo puestos influyentes y actúan con eficacia. Colaboran con nosotros, inconsciente, pero eficazmente, Obispos, Sacerdotes y Catequistas, así como varias Congregaciones Religiosas masculinas y femeninas. (Es cierto que apenas tienen vocaciones que garanticen su continuidad, pero no interesa ya).
- Marginación y desprecio de los Sacerdotes, Religiosos y fieles por la doctrina tradicional.
- Relajamiento de la Confesión con promoción de la absolución comunitaria.
- Pérdida de la Oración en sus distintas formas: personal, Rosario, Vía crucis, procesiones, rogativas.
- Desprecio de la devoción a María, como algo cursi y anticuado.
- Desvalorización de la Eucaristía.
Han sido muy eficaces las medidas que propusimos:
• Cambiar la estructura de la Misa, diluyendo el aspecto vertical y acentuando el horizontal.
• Promocionando la libertad litúrgica, quitando ornamentos, eliminando ceremonias, vulgarizando y devaluando los ritos.
• Comulgar de pie y en la mano, quitando importancia a la Hostia.
• Eliminar la genuflexión y toda forma de reverencias.
• Alterar el sentido de pecado.
• Promoviendo la inmoralidad, entendiéndola como libertad, progresismo y liberación sexual, usando preservativos, anticonceptivos, homosexualidad, promoción de la pornografía en videos, cines, revistas y, sobre todo en TV.
• Amor libre. Relaciones prematrimoniales. Divorcio.
B) DIFICULTADES
El avance en la lucha contra la Iglesia no ha sido más rápido y eficaz, por la postura y actuación de Juan Pablo II y de los que aún le son fieles. Pero durará poco. También estamos encontrando dificultades por parte de las personas que están atrayendo a muchos: P. Esteban Gobbi; Vassula; Medugorje; etc.
C) PRÓXIMOS OBJETIVOS
• Seguir avanzando en todos los anteriores expuestos.
• Estamos ya en condiciones de alcanzar la cima del poder en la Iglesia. Entonces se difundirá abiertamente y ‘con autoridad’, las últimas de nuestras tácticas:
• Acabar con la dimensión vertical y toda forma de oración.
• Destruir y vaciar totalmente el contenido del dogma.
• Sustituir el teocentrismo, por antropocentrismo.
• Relativizar la moral. No hay principios o referencias objetivas y respuestas desde arriba. Todo es subjetivo.
• Liberalizar las prácticas sexuales, anticonceptivos, homosexualidad, etc.
• Sacerdocio femenino.
• Celibato opcional, etc.
Y, por fin, como gran aspiración nuestra, la eliminación de la Misa. No puede hacerse quitándose sin más, pues muchos no lo aceptarían. Hay que suprimir el aspecto de “Sacrificio” y limitarlo a la dimensión de “cena fraterna”.
De esta manera, ya no tendrá valor sacramental, y se habrá conseguido una reunión vacía de contenido.
Esta es nuestra aspiración, pues, destruida la Misa católica, quedará destruida la misma Iglesia desde dentro, sin persecución sangrienta y con la colaboración de los mismos católicos.
Tenemos el triunfo al alcance de la mano. Ya solo podría evitarlo una intervención directa y extraordinaria de Dios. Pronto, muy pronto, podremos gritar: “¡Te vencimos Galileo!”
Han sido muy eficaces las medidas que propusimos:
• Cambiar la estructura de la Misa, diluyendo el aspecto vertical y acentuando el horizontal.
• Promocionando la libertad litúrgica, quitando ornamentos, eliminando ceremonias, vulgarizando y devaluando los ritos.
• Comulgar de pie y en la mano, quitando importancia a la Hostia.
• Eliminar la genuflexión y toda forma de reverencias.
• Alterar el sentido de pecado.
• Promoviendo la inmoralidad, entendiéndola como libertad, progresismo y liberación sexual, usando preservativos, anticonceptivos, homosexualidad, promoción de la pornografía en videos, cines, revistas y, sobre todo en TV.
• Amor libre. Relaciones prematrimoniales. Divorcio.
B) DIFICULTADES
El avance en la lucha contra la Iglesia no ha sido más rápido y eficaz, por la postura y actuación de Juan Pablo II y de los que aún le son fieles. Pero durará poco. También estamos encontrando dificultades por parte de las personas que están atrayendo a muchos: P. Esteban Gobbi; Vassula; Medugorje; etc.
C) PRÓXIMOS OBJETIVOS
• Seguir avanzando en todos los anteriores expuestos.
• Estamos ya en condiciones de alcanzar la cima del poder en la Iglesia. Entonces se difundirá abiertamente y ‘con autoridad’, las últimas de nuestras tácticas:
• Acabar con la dimensión vertical y toda forma de oración.
• Destruir y vaciar totalmente el contenido del dogma.
• Sustituir el teocentrismo, por antropocentrismo.
• Relativizar la moral. No hay principios o referencias objetivas y respuestas desde arriba. Todo es subjetivo.
• Liberalizar las prácticas sexuales, anticonceptivos, homosexualidad, etc.
• Sacerdocio femenino.
• Celibato opcional, etc.
Y, por fin, como gran aspiración nuestra, la eliminación de la Misa. No puede hacerse quitándose sin más, pues muchos no lo aceptarían. Hay que suprimir el aspecto de “Sacrificio” y limitarlo a la dimensión de “cena fraterna”.
De esta manera, ya no tendrá valor sacramental, y se habrá conseguido una reunión vacía de contenido.
Esta es nuestra aspiración, pues, destruida la Misa católica, quedará destruida la misma Iglesia desde dentro, sin persecución sangrienta y con la colaboración de los mismos católicos.
Tenemos el triunfo al alcance de la mano. Ya solo podría evitarlo una intervención directa y extraordinaria de Dios. Pronto, muy pronto, podremos gritar: “¡Te vencimos Galileo!”
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