Por Pete Riehm
El planeta se acerca a dos años de pandemónium pandémico y paranoia. En marzo de 2020, se nos dijo que teníamos que cerrar el país durante “solo dos semanas” para frenar el aumento de este peligroso “virus desconocido” y “no abrumar a nuestros hospitales”. El concepto no era erradicar el covid, sino simplemente “frenar la propagación lo suficiente como para manejar y capear la pandemia”. Esas dos semanas de cierres se convirtieron en dos años de máscaras obligatorias sin sentido, vacunas experimentales altamente cuestionables, mentiras descaradas y una creciente tiranía del gobierno. Tras la aparición en escena del “virus chino”, las principales víctimas han sido la libertad y la verdad.
Una vez que los ciudadanos aceptaron la propuesta de renunciar a sus libertades “para controlar la propagación del covid”, los burócratas del gobierno se volvieron locos con todo tipo de decretos arbitrarios sin sentido. Dictaron el “distanciamiento social”: debemos mantener seis pies (1 metro y ½) entre las personas en todas partes. Pero ahora sabemos que no había ciencia en esta tontería del “distanciamiento social”. Podría haber sido seis pies (1 metro y ½) o dieciséis pies (5 metros), y esto se hizo evidente cuando los Centros de Control de Enfermedades se despertaron un día y dijeron, bueno, tres pies (1 metro) debería funcionar ahora. ¡¿EH?! ¿Qué cambió? Nada. Lo inventaron todo.
En la mayoría de los países, la moda de las máscaras continúa sin cesar. Nuevamente, nunca hubo ninguna ciencia que indicara que las máscaras funcionan, pero los gobiernos ordenaron el uso de máscaras porque al menos parecía que estaban haciendo algo. Además de las máscaras de laboratorio de presión positiva, las máscaras de tela y la mayoría de las otras disponibles en cualquier tienda son tan efectivas contra un virus en el aire como poner una puerta de rejas para que no entre un mosquito. Existe documentación no declarada de que las máscaras causan envenenamiento por CO2 y amplia evidencia de que las máscaras no solo impiden el flujo de aire sofocando la parte de limpieza de la respiración, sino que también capturan y albergan bacterias y virus. ¡Están sucios! Los niños que usan la misma máscara todo el día aumentan la exposición en comparación con los que respiran libremente, pero a los funcionarios del gobierno no les importa, solo quieren dar la apariencia de actuar.
África ha estado usando hidroxicloroquina durante décadas para controlar la malaria y está teniendo un éxito similar contra el covid. India usa ivermectina con tremendo éxito para tratar el covid. Entonces, ¿por qué nosotros ni siquiera podemos debatir la eficacia de estos tratamientos? La evidencia es convincente y múltiple de que estas terapias funcionan, pero si lo mencionas en las redes sociales, ¡te prohibirán o censurarán! ¡El gobierno lo negará y te ridiculizará! Nadie afirma que estos sean un tipo de panacea, pero su eficacia comprobada debería permitir que los ciudadanos los usen si así lo desean. ¿Por qué nuestra élite gobernante quiere negarnos posibles curas?
Si bien hemos sufrido todo tipo de restricciones el primer año de la pandemia, se nos prometió que todo terminaría cuando finalmente tuviéramos una vacuna. El infame Dr. Fauci de lengua bífida juró que podríamos dejar atrás la pandemia cuando lográramos un 70% de vacunación. Logramos tasas de vacunación del 70 % y, en muchos lugares, del 80 % y más del 90 %, pero he aquí que las vacunas no han frenado la propagación y ni siquiera protegen contra las infecciones de covid. Y nadie sabe cuántos “refuerzos” más pueden exigir. Sin embargo, el gobierno insiste en que debemos exigir vacunas para todos, ¡incluso para los niños! Los niños tienen una tasa de supervivencia superior al 99,8 %, entonces, ¿por qué los padres arriesgarían la salud de sus hijos a largo plazo por una “vacuna” experimental sin antecedentes? Para un virus que ahora no es mucho peor que la gripe, ¿por qué se les niega a los ciudadanos una elección personal?
Ahora nos enteramos que el Covid19 tiene más variantes que Microsoft Windows y siguen llegando. La variante Delta fue criticada como la más peligrosa, pero se disipó. Entonces, llegó Omicron para continuar con el miedo sin sentido. Los epidemiólogos de renombre explicarán que cualquier virus seguirá mutando haciéndose más contagioso pero cada vez más débil, por lo que Omicron debería ser un buen augurio. Todo parece indicar que finalmente nos acercamos al final de esta pandemia. Pero eso no te lo dirá el gobierno. Realmente suenan como si quisieran que nunca termine; y no te lo dicen. Es un medio poderoso para controlar a la ciudadanía.
¿Que es lo que se esta jugando aquí? El cumplimiento irrestricto y el control total. Australia y Austria ya están poniendo en cuarentena involuntariamente a sus ciudadanos, incluso encarcelándolos en campos de concentración. ¿Podría eso llegar a América? Algunos gobiernos están analizando crear "fuerzas de ataque" para detener y poner en cuarentena a las personas, en particular a las no vacunadas.
Los gobiernos de todo el mundo están buscando implementar medidas para castigar a los que no cumplen. Tus derechos individuales ya no importan; esto es tiranía simple y llana.
Todo lo que el gobierno y los medios nos han sermoneado sobre la pandemia y sus políticas para combatirla ha sido esencialmente erróneo y, a menudo, mentiras flagrantes porque desde el principio, la élite gobernante ha mentido sobre los orígenes del “virus chino”.
Todo lo que el gobierno y los medios nos han sermoneado sobre la pandemia y sus políticas para combatirla ha sido esencialmente erróneo y, a menudo, mentiras flagrantes porque desde el principio, la élite gobernante ha mentido sobre los orígenes del “virus chino”.
“¡Ay de los que maquinan iniquidad y en sus lechos preparan el mal! A la luz del día lo ponen por obra, porque tienen el poder en su mano. Codician campos y los roban, también casas, y se apoderan de ellas; oprimen al dueño y su casa, al propietario y su heredad. Por eso, dice el Señor: He aquí que tengo preparado contra esta raza un mal, del cual no podréis librar vuestras cervices; y no andaréis ya erguidos, porque serán tiempos calamitosos” (Miqueas 2:1-3).
N.R.: El artículo ha sido ligeramente modificado para su publicación.
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