Por Mónica del Río
Dice en los fundamentos del proyecto de aborto que el PE envió al Congreso: “en el año 2018 se registraron 257 muertes maternas en Argentina, de las cuales 35 se debieron a abortos inseguros, es decir, casi CATORCE POR CIENTO (14%). Si comparamos esa proporción con lo que se estima ocurre a nivel global, donde al menos el OCHO POR CIENTO (8%) de las muertes maternas se deben a abortos inseguros, Argentina está cerca de duplicar el porcentaje” (el resaltado es nuestro).
Pero eso no es lo que informan las estadísticas del Ministerio de Salud que citan como fuente. De las 257 muertes maternas del 2018, 35 fueron por “embarazo terminado en aborto” pero dentro de esas 35 muertes hay: 7 que ocurrieron por “embarazo ectópico”, 1 por “mola hidatiforme”, 5 por “otros productos anormales de la concepción” y 3 por “abortos espontáneos”. Es decir, hay 16 muertes que no tiene ningún vínculo con el aborto procurado y no variarían con su legalización.
Las 19 muertes restantes (7 por “otro aborto” y 12 por “aborto no especificado”) constituyen el tope de los abortos procurados, mal llamados “inseguros”. O sea, las muertes por aborto provocado representan a lo sumo el 7,4 % de las muertes maternas. Con lo que, contrariamente a lo que concluye el presidente, Argentina estaría por debajo de la media global.
Mencionamos a esas 19 muertes como un tope porque dentro de esa cifra hay abortos espontáneos. El aborto inducido con misoprostol no se diferencia clínicamente del espontáneo y muchos profesionales, cuando la mujer llega con un aborto incompleto, lo registran como “aborto no especificado” según explicó en Diputados la Dra. Ruth Weinberg, ex-Jefa de Servicio de Ginecología del Hospital Eva Perón, donde trabajó 40 años.
Prosigue el mensaje del Ejecutivo analizando las muertes por “abortos inseguros” y afirma que la “estadística nacional oculta, a su vez, las desigualdades al interior de nuestro país, entre las distintas jurisdicciones”. “Hay provincias que llegan a cuadruplicar la tasa de mortalidad materna nacional y eso refleja las inequidades entre provincias y que las víctimas probablemente sean mayoritariamente mujeres y otras personas gestantes en situación de vulnerabilidad”.
Fernández toma como ejemplo de provincias que tienen muchas muertes en relación a su escasa población: a Santiago del Estero y Formosa. No sabemos a qué obedece la elección, Formosa, por ejemplo, en 2018 tuvo 2 muertes por “embarazo terminado en aborto” pero una de ellas fue por un “embarazo ectópico”, con lo cual esa provincia tuvo, cuando mucho, una muerte materna por aborto provocado. La misma cantidad que Santa Cruz que tiene la mitad de habitantes, pero no encaja en el relato.
Destaquemos que en 2018 hubo 15 provincias sin muertes maternas por aborto inducido: Catamarca, Córdoba, Chubut, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe y Tierra del Fuego. (Vid Notivida Nº 1184). La única muerte por “embarazo terminado en aborto” en Córdoba en 2018 fue por un “embarazo ectópico” y la de San Juan por un “producto anormal de la concepción”.
Mientras que la “opulenta” Ciudad de Buenos Aires, que hace abortos en 16 hospitales y 44 CeSACs, registró 3 muertes de gestantes vinculadas al aborto procurado.
La siguiente tabla es de elaboración propia y se ha confeccionado con datos suministrados por el Ministerio de Salud de la Nación. En rojo están las muertes que podrían estar vinculadas al aborto inducido
NOTIVIDA
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