viernes, 24 de julio de 2020

CRUDA REALIDAD / SANGER: “NO PERMITAMOS QUE SE SEPA QUE QUEREMOS EXTERMINAR A LA POBLACIÓN NEGRA”


En Nueva York, donde Sanger inició su negocio de muerte, los datos indican que cada año son abortados más niños negros de los que nacen. Margaret Sanger, elogiada hasta la hagiografía por personajes como Hillary Clinton, fue uno de los personajes más visceralmente racistas de la historia americana.

Por Candela Sande


Una filial neoyorquina del gigante del aborto industrial ha decidido retirar el nombre de su fundadora, Margaret Sanger, acusada con buenas razones de implantar un ‘racismo sistemático’ en su organización.

La progresía norteamericana, repentinamente enloquecida, quiere borrar la historia de su país, arrancar de cuajo lo que ha significado y condenar al olvido el nombre y las instituciones con un origen menos que impoluto según las nuevas reglas de lo políticamente incorrecto.

Pero hay, claro, excepciones. La progresía hará los malabarismos que haya que hacer para no perjudicar la boyante industria del aborto, ahora con su ‘spinoff’ de venta de carne humana fresca para investigación, vacunas, cosméticos y lo que se tercie.

Y eso significa Planned Parenthood. Así que se puede retirar el nombre de su fundadora y disimular como sea la intención de esta al montar la imparable y abrumadora maquinaria de picar carne. El aborto es el sacramento central de la postmodernidad, y lo van a defender hasta el final.

Porque la realidad histórica innegable y comprobable es que esta mujer, elogiada hasta la hagiografía por personajes como Hillary Clinton, fue uno de los personajes más visceralmente racistas de la historia americana, hasta el punto de que los nazis tuvieron mucho que aprender de su estrategia eugenésica.

Sanger, que fundó Planned Parenthood -“Paternidad Planificada”, aunque lo único que se planificaba era no ser padres- en Nueva York en 1916, era una conocida partidaria de la eugenesia convencida de que algunos grupos humanos eran “maleza”, “engendradores irresponsables” e “idiotas” a los que no se les debería permitir tener hijos.

“Planned Parenthood puede cambiarle el nombre a un edificio, pero no puede blanquear sus raíces eugenésicas”, ha reaccionado el senador norteamericano por Nebraska Ben Sasse, informa Life News. “Planned Parenthood puede intentar olvidar las diatribas racistas de su fundadora, pero no pueden escapar del hecho innegable de que ingresa cientos de millones de dólares cada año repitiendo la repugnante mentira de que ciertas vidas son prescindibles y prescindiendo de hecho de ellas. El imperio abortista ha estado siempre, y siempre estará, en el negocio de la violencia y la deshumanización”.

Y en esa labor de deshacerse de las ‘malas hierbas’, los negros son uno de los objetivos obvios, algo que ignoran alegremente esos Black Lives Matter que acusan de racismo a todos y a todo y que no tienen nada malo que decir de este leviatán, que desde luego ha acabado con muchas más vidas negras que cualquier otra institución, dentro o fuera de los Estados Unidos. Desde la infame decisión del Tribunal Supremo en el caso Wade vs Roe que convirtió la eliminación del no nacido en ‘derecho constitucional’ en 1973, unos veinte millones de vidas negras -esas que, supuestamente, ‘importan’- han caído a manos de los profesionales del aborto, una mayoría de Planned Parenthood. Y precisamente en la ciudad de Nueva York, donde Sanger inició su negocio de muerte, los datos indican que cada año son abortados más niños negros de los que nacen.

Los esfuerzos para blanquear a Sanger o pasar de puntillas por sus ideas e intenciones han sido, naturalmente, titánicos. Cuando es imposible disimular la ardiente fe eugenésica de Sanger, la línea oficial ha sido minusvalorarla, restarle importancia, asegurando que la pionera fue solo una ‘hija de su tiempo’ -una excusa que solo es plausible para los héroes de la progresía, pero que no vale para, digamos, George Washington- y que esas ideas no tuvieron un peso determinante en su decisión de fundar PP.

Esfuerzo vano. Sanger no se ocultó, precisamente, ni disimuló sus ideas, verdadero motor de toda su obra. Líder del movimiento eugenésico, nunca cesó de escribir y hablar con ardor en defensa de la discriminación. En su obra The Pivot of Civilization, Sanger describía ciertos grupos humanos como “malas hierbas” que nunca deberían haber nacido.

Escribió a favor de deshacerse de gente con enfermedades y minusvalías mediante la esterilización y la segregación, calificándola de “rémoras de desperdicio humano”. Y en una carta a una amiga fechada en 1939 escribía: “No permitamos que se sepa que queremos exterminar a la población negra”.

Si hay una prueba de que el movimiento que está haciendo arder tantas ciudades de Estados Unidos y obligando a humillaciones sin cuento a políticos y opinadores no está realmente preocupado por el racismo sino por avanzar la Cultura de la Muerte es que Planned Parenthood en particular y la industria del aborto en general sean intocables e incluso protegidos por él.


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