San Rafael, Arcángel
Los celestiales beneficios que recibió del glorioso Arcángel San Rafael, el santo patriarca Tobías, se refieren en el mismo sagrado libro de Tobías por estas palabras:
“Entonces Tobías llamó aparte a su hijo, y le dijo: '¿Qué podemos dar a este varón santo que te ha acompañado?' A lo que respondiendo Tobías, dijo a su padre: 'Padre mío, ¿Qué recompensa le daremos? o ¿cómo podremos corresponder dignamente a sus beneficios? Él me ha llevado y traído sano y salvo, él mismo en persona cobró el dinero de Gabelo, él me ha proporcionado esposa, y ahuyentó de ella al demonio, llenando de consuelo a sus padres, asimismo me libró del pez que me iba a tragar, te ha hecho ver a ti la luz del cielo, y hemos sido colmados por medio de él de toda suerte de bienes. ¿Qué podremos pues darle que sea proporcionado a tantos favores? Más yo te pido, Padre mío, que le ruegues si por ventura se dignará tomar para sí la mitad de todo lo que hemos traído'. Con esto, padre e hijo le llamaron, y empezaron a rogarle que se dignase aceptar la mitad de todo lo que habían traído. Entonces él les dijo en secreto: 'Bendecid al Dios del cielo, y glorificadle delante de todos los vivientes, porque ha hecho brillar en vosotros su misericordia. Porque así como es bueno tener oculto el secreto confiado por el rey, es cosa muy loable el publicar y celebrar las obras de Dios. Buena es la oración acompañada del ayuno; y el dar limosna es mucho mejor que los tesoros de oro; porque la limosna libra de la muerte, y es la que purga los pecados y alcanza la misericordia y la vida eterna. Más los que cometen el pecado y la iniquidad, son enemigos de su propia alma. Por lo tanto, voy a manifestaros la verdad, y no quiero encubriros más lo que ha estado oculto. Cuando tú orabas con lágrimas y enterrabas los muertos, y te levantabas de la mesa a medio comer, y escondías de día los cadáveres en tu casa y los enterrabas de noche, yo presentaba al Señor tus oraciones. Y por lo mismo que eras acepto a Dios, fue necesario que la tentación o la aflicción te probase. Y ahora el Señor me envió a curarte a ti, y a liberar del demonio a Sara, esposa de tu hijo. Porque yo soy el ángel Rafael, uno de los siete espíritus principales que asistimos delante del Señor'. Al oír estas palabras se llenaron de turbación, y temblando cayeron en tierra sobre sus rostros. Pero el ángel les dijo: 'La paz sea con vosotros, no temáis, pues que mientras he estado yo con vosotros, por voluntad o disposición de Dios he estado: bendecidle pues, y cantad sus alabanzas. Parecía, a la verdad, que yo comía y bebía con vosotros; más yo me sustento de un manjar invisible, y de una bebida que no puede ser vista por los hombres. Ya es tiempo de que me vuelva al que me envió; vosotros empero, bendecid a Dios y anunciad todas sus maravillas'. Dicho esto, desapareció de su vista, y no pudieron ya verle más. Entonces, postrados en tierra sobre sus rostros por espacio de tres horas, estuvieron bendiciendo a Dios y levantándose de allí, publicaron todas sus maravillas.
Reflexión:
Es el arcángel San Rafael, singular protector de los enfermos; como su mismo nombre lo significa, pues Rafael vale lo mismo que Medicina de Dios. Por esta causa se han puesto debajo de su amparo todos los hospitales de San Juan de Dios y todos los fieles deberíamos invocar en nuestras enfermedades su celestial patrocinio.
Oración:
¡Oh Dios! que diste por compañero para el camino de tu siervo Tobías al bienaventurado arcángel San Rafael; concédenos que seamos siempre protegidos con su custodia y fortalecidos con su auxilio. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
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