Zainab y Jannat Rahman nacieron hace 16 años unidas por el pecho y el hígado. En una operación pionera de alto riesgo que duró cuatro horas y media y en la que participó un equipo quirúrgico de 20 miembros, las bebés fueron separadas. Si bien para ese tiempo el pronóstico médico era desalentador, hoy las chicas están por ingresar en la universidad. Los padres aseguran que sus hijas “son un milagro”.
En la primera ecografía, en el 2002, luego de enterarse de que era un embarazo de gemelas siamesas los médicos le dijeron a la mamá que después de nacer sus nenas tendrían pocas posibilidad de vivir: una en un millón. Además, que en caso de que vivieran quizá una de las nenas podría perder una extremidad o quedar con alguna enfermedad. La recomendación de los especialistas fue extrema: que abortara.
Nipa, enfermera de 36 años y madre de las siamesas dijo al diario Daily Mail que “quedaron horrorizados con el consejo”. “Pero dijimos, ‘sean lo que sean, son nuestras hijas”, y optaron por permitirles que nacieran.
Una de las siamesas, Jannat, era la que más peligro tenía de morir. Su hermana Zainab la mantenía con vida en el útero y, como si fuera poco, tenía un problema en el corazón. Su probabilidad de vivir era casi nula.
Finalmente, las pequeñas nacieron y semanas después fueron separadas. Luther, su padre, explicó al medio británico que por suerte el órgano que compartían era el hígado, el único que se regenera.
Tras la operación, Jannat entró en cuidados intensivos y debía ser sometida a una nueva cirugía. Para los padres fue el momento en que descubrieron que si sobrevivía las dos estarían juntas para siempre. Zainab sintió la ausencia de su hermana y se puso inquieta. “Estaba buscando a su hermana. Entonces, para calmarla, una de las enfermeras tuvo una idea y buscó un espejo. Lo puso en su cuna y de repente la bebé comenzó a mirar su reflejo y sonrió. Entonces volvió a estar contenta”, recordó el padre.
Luego de la operación volvieron a estar juntas y no se han vuelto a separar. Ahora las chicas dicen ser “las mejores amigas”. “No tenemos ninguna razón para estar separadas”, dijeron al Daily Mail.
Zainab contó que ellas van a la misma escuela “y tenemos los mismos amigos. Somos mejores amigas, pero a veces nos peleamos como cualquier otro hermano”.
El desafío que tienen ahora es que quieren ir a universidades distintas. Jannat, que estudia tres idiomas, planea ir a Oxford y espera convertirse en abogada. En cambio Zainab quiere ingresar a Cambridge y convertirse en pediatra en el Great Ormond Street, el hospital de niños en el que fueron operadas y el más importante de Inglaterra.
Este dilema tendrá una sola solución, según el padre: “Terminarán en la misma universidad, el mismo campus, la misma ciudad e incluso el mismo dormitorio. Siempre estarán juntas, estoy seguro”, bromeó.
Ahora, para Nipa “lo que vivieron los primeros días de vida de sus hijas se siente como una lejana pesadilla”: “En ese momento nunca me atreví a imaginar este día. Pero mirarlas ahora es asombroso. Ya han logrado mucho y en contra de las peores probabilidades”.
Por su parte, Luther aseguró ser “el padre más afortunado del mundo. Cuando las veo, siento que Dios me dio un regalo. Todos los días lo apreciamos. Nos han hecho sentir muy orgullosos”. “Son un milagro. Y les digo que están aquí por una necesidad más grande en este mundo. Para lograr cosas buenas y tratar a las personas con respeto y amabilidad”, dijo.
TN
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