El Papa Francisco presidió el sábado por la noche en la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá una adoración. Nuevamente se negó a arrodillarse ante el Santísimo Sacramento. En cambio, se sentó en una silla.
Sobre el altar hay dos candelabros de saldo que no están a la altura de la adoración eucarística, ¡más baratos no encontraron!
La custodia utilizada era una supuesta representación de la Virgen sosteniendo el Santísimo Sacramento entre sus manos; pero la imagen está deformada, no es humana, está hueca por dentro y su cara parece la de un alienígena.
Realmente está desprovista de su poder virginal, inmaculado y maternal sobre la humanidad y contra el Maligno, pues carece de:
- vientre y por tanto de su maternidad divina;
- de corazón (Mi corazón Inmaculado triunfará (sobre el demonio))
- de pies: los que aplastarán la serpiente.
¿Casualidad o hecho a propósito para denigrar de nuevo a Nuestra Señora, quien en esta escultura no es ni siquiera la "chica normal" según la definía Bergoglio, alegando también que no nació santa sino que se hizo santa?
Otros ataques igualmente se han dado en 2019 por parte del obispo Linda de Portugal contra su virginidad, y por un profesor de una universidad franciscana de EE.UU. que dio a sus alumnos como lectura obligatoria una novela porno que afirmaba que la Virgen no guardó la castidad.
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