Hemos querido dedicar este número monográfico al papa Juan Pablo II, proclamado beato ayer mismo en Roma, por el interés que prestó en su magisterio al fenómeno de las sectas.
Recogemos sus principales intervenciones, gracias sobre todo al trabajo del también fallecido José María Baamonde, psicólogo argentino y uno de los fundadores de la RIES que realizó sus principales investigaciones y publicaciones sobre el tema de las sectas en la época del Papa polaco. De Baamonde es, precisamente, la reflexión que sigue, tomada de uno de los cursos que impartía en la Fundación SPES, de Buenos Aires, que él mismo fundó y dirigió.
El Papa que habló sobre sectas
No ha existido ningún otro Pontífice que haya hablado, con tanta valentía sobre un tema que, a raíz de lo complejo y urticante, no pocos prefieren callar. En razón de la imposibilidad de incluir todas las manifestaciones, hemos seleccionado los textos y párrafos más relevantes, razón por la que sugerimos en una segunda instancia, la lectura de los documentos en su integridad.
Especial importancia tiene el mensaje dirigido al tercer grupo de obispos norteamericanos, en su visita 'ad limina' el 18 de mayo de 1993, donde S.S. Juan Pablo II hace alusión a un tema de grave consideración, como lo es el de la penetración de ideas y conceptos de la New Age o Nueva Era "en la predicación, la catequesis, los congresos y retiros", llegando "a influir incluso en los católicos practicantes".
También es digno de resaltar por la riqueza del contenido y orientaciones, el mensaje que el Papa con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante, diera el 25 de julio de 1990. En el mismo, el Pontífice se refiere exclusivamente al fenómeno de las sectas y Nuevos Movimientos Religiosos, y menciona las diversas realidades por las que atraviesan los emigrantes, realidades estas, que muchas veces facilitan la adhesión a no pocos movimientos de características sectarias.
El nuestro [Argentina] es un país donde los emigrantes están a la orden del día: personas que emigran a nuestras tierras, provenientes de variados países; personas que emigran del interior a las grandes ciudades; y personas nativas de las grandes ciudades que no emigran, pero por las características alienantes de las megalópolis, viven como tales en sus propias ciudades.
Si bien las palabras del Papa, con que iniciamos esta entrega fueron dirigidas a los obispos, consideramos que no sólo a ellos los alcanza, sino a todo el Pueblo de Dios. Sus palabras deben ser también una inquietud pastoral para todos nosotros frente a este nuevo desafío, ya que no son pocos los católicos que por desconocimiento, están experimentando un fenómeno de doble pertenencia. Es decir, practican la fe católica y al mismo tiempo, participan de movimientos o prácticas nuevaeristas.
No sólo los obispos sino todos los bautizados debemos asumir una responsabilidad, un testimonio y un compromiso. Responsabilidad frente a la propia formación en la fe, su profundización constante y obediencia al Magisterio; testimonio de vida frente a lo que implica dicha formación, sin temerle a llegar a ser signo de contradicción ante una sociedad que propugna supuestos valores, concepciones y disciplinas que se contradicen con la fe; y compromiso ante la problemática, aunque ello implique perder algún dinero, por no vender ciertos libros o alquilar una dependencia católica para que se promocionen grupos nuevaeristas, o no caer simpáticos, por orientar y esclarecer en la Verdad.
Fundación SPES - (RIES)
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