Por Mauro Faverzani
Fueron una bendición del Señor en paz con la ideología woke, sus teorías falsas y engañosas y el activismo estilo Black Lives Matter.
Esto es lo que se desprende claramente de la mesa redonda "La primera globalización desde el Evangelio", celebrada hace unos días por la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica "San Dámaso" de Madrid.
El profesor Andrés Martínez, catedrático de Historia de la Iglesia en la misma universidad, no tiene dudas: no se trataba de "conquistar", sino de "evangelizar" aquellos territorios de ultramar. Aunque se han planteado dudas sobre la autenticidad de las intenciones del rey Fernando II, conocido como "el Católico", movido, según algunos historiadores, más por motivos económicos que religiosos, "sabemos con certeza -continuó el profesor- cómo, en la mente de Isabel la Católica, había sin duda un proyecto de evangelización", como se deduce de lo escrito en su testamento, donde reconoce igual dignidad a sus súbditos del otro lado del mundo, así como de la bula del papa Alejandro VI, que concedía a los monarcas católicos el derecho de conquista a condición de que evangelizaran.
"Hubo quien dijo que la evangelización no era más que una excusa", dijo la profesora María Saavedra, profesora de Historia de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, pero no fue así y, francamente, también dijo estar "un poco aburrida" de esta especie de "leyenda negra", disipada, aunque entre luces y sombras, por los buenos y positivos frutos obtenidos precisamente gracias a la presencia misionera española.
"Hubo quien dijo que la evangelización no era más que una excusa", dijo la profesora María Saavedra, profesora de Historia de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, pero no fue así y, francamente, también dijo estar "un poco aburrida" de esta especie de "leyenda negra", disipada, aunque entre luces y sombras, por los buenos y positivos frutos obtenidos precisamente gracias a la presencia misionera española.
¿Qué frutos hubo? Los números hablan por sí solos: mil hospitales, treinta universidades, un número incalculable de escuelas y muchas cofradías son las cifras indiscutibles de auténticas y concretas obras de misericordia cotidianas.
Según el profesor Saavedra, de hecho, "los soberanos católicos iniciaron por primera vez en la historia una verdadera política indigenista", reconociendo inmediatamente a los indios como súbditos de la Corona de Castilla.
Se calcula que, en aquella época, 20.000 misioneros españoles, entre sacerdotes seculares y religiosos, hicieron todo lo posible por anunciar a Cristo en todas partes, respetando siempre a la población local, sus tradiciones y su patrimonio lingüístico y cultural, que nunca fue eliminado, sino siempre documentado y, hasta hoy, conservado gracias al valioso material recogido por los hombres de Iglesia, que permitió el auge y el desarrollo de la ciencia etnográfica. "No hubo etnocidio", continuó el profesor Saavedra, "ya que no se borraron las realidades culturales. Hubo un proceso de transculturación, durante el cual los católicos aceptaron y valoraron lo bueno de esas culturas, rechazando sólo lo que era incompatible con el Evangelio, como el canibalismo o la "magia" o los sacrificios humanos. No es casualidad que la América moldeada por los españoles sea la única zona del continente que aún presume de una población mayoritariamente indígena o mestiza, ¡lejos del exterminio!"
La profesora Pilar Gordillo, historiadora del arte y delegada de Fe y Cultura de la Archidiócesis de Toledo, señaló que "la ideología woke (despertar) se opone por principio a todo lo hecho por la cultura blanca, difamándola e incluso acusándola de destruir las culturas indígenas, lo que es totalmente falso, como demuestran los documentos originales de la época, que prueban que los pocos excesos eran castigados de forma ejemplar. Se produjeron enfrentamientos en ambos bandos, pero, en general, puede decirse que hubo un importante respeto por la dignidad de los indígenas, respeto que más tarde se tradujo en la celebración de matrimonios mixtos y en la liberación de grupos étnicos sometidos por otras tribus más agresivas y violentas".
"Debemos estar orgullosos del trabajo realizado por España", comentó el profesor Gordillo.
En la misma línea se pronunció el Prof. José María Calderón, Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias y Director de la Cátedra de Misionología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso: "Queremos mostrar la verdad -dijo- para que no se sigan difundiendo ciertas doctrinas". Por eso anunció su intención de dedicar todo el curso académico a profundizar en la historia de la evangelización y la actividad misionera llevada a cabo por la Iglesia en América. Una intención muy oportuna al menos por dos razones.
La primera es mostrar cuántas obstinadas facciosidades y odiosas mentiras han sido deliberadamente propagadas por razones ideológicas por una literatura antiespañola y anticatólica, iniciada en círculos protestantes en el siglo XVI y alimentada y difundida aún hoy por movimientos indigenistas, ecologistas, neomarxistas, tercermundistas y pauperistas, así como por los llamados católicos progresistas.
La segunda razón consiste, en el lado positivo, en dar a conocer el patrimonio de obras concretas, realizadas por conquistadores y misioneros: de las casas a las iglesias, de la agricultura a la ganadería, de la artesanía a las obras de caridad, de los hospitales a las universidades, del arte a la arquitectura, todo ello en beneficio sobre todo de las poblaciones locales, en una feliz síntesis de culturas bajo la égida de una fe común. Digan lo que digan los detractores...
Corrispondenza Romana
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