“Cuando un hombre se deja atraer y dominar por la belleza sensual de una mujer, ya no mira a Dios, ya no vive para Él, no lo ama, no lo honra, es más, lo siente como una molestia; entonces los placeres de los sentidos lo envilecen y decae miserablemente. [...]
Lo vemos también hoy en la corrupción que inunda el mundo. La gente vive de los sentidos, porque sólo busca la belleza material y el placer; ya no mira nada, vive para ello, y los crímenes se multiplican en la tierra.
Si las mujeres reflexionaran que su belleza es a menudo causa de pecado y ruina, no se exhibirían como lo hacen, sino que se revestirían de santa modestia. [...]
Las mujeres que hoy hacen alarde de sus cuerpos son como las impúdicas hijas de la raza de Caín, y se convierten en la perdición del mundo. [...]
Cuando se vive de la materia, todos los más bellos ideales de la virtud se desvanecen, y la gracia de Dios, ese inefable rocío del Cielo, no encuentra lugar para penetrar, y se desvanece, por así decirlo, en el corazón humano, hecho un peñasco.
[Citado por Don Dolindo Ruotolo de su comentario a la "Sagrada Escritura", volumen I "Génesis", Apostolato Stampa].
Cordialiter
[Citado por Don Dolindo Ruotolo de su comentario a la "Sagrada Escritura", volumen I "Génesis", Apostolato Stampa].
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