Leímos que el Papa Francisco fue a Nápoles para participar en una conferencia organizada por teólogos jesuitas de la Facultad de Teología del sur de Italia y para abordar el tema del Mediterráneo y la migración.
Agregaría que, si Bergoglio llega a decir que debemos “dar a los estudios eclesiásticos la ‘renovación sabia y valiente’ que requiere la transformación misionera de una Iglesia saliente” que no puede dejar de mirar, por ejemplo, el destino de los refugiados, se convierte en un disco rayado compulsivo; pero también es extremadamente provocativo por lo que la migración / invasión descontrolada representa para Italia y para Europa en su conjunto, también en términos de islamización, está sordo y burlándose con respecto a las decisiones gubernamentales que reflejan la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, incluidos católicos no ideologizados. Un hecho inaudito, nunca antes visto y, debo decir, execrable.
Chiesa e Postconcilio
Desde Nápoles, ha reiniciado una nueva ofensiva para “reflexionar sobre la necesidad de diálogo” y pedir “corazones y puertos abiertos para aquellos que vienen a buscar un futuro mejor”. Al mismo tiempo, ha renovado la invitación a los católicos para “construir puentes con el Islam”.
El periodista y licenciado en Ciencias Religiosas en el Seminario de Trieste, Silvio Brachetta escribió: “Con este pronunciamiento, Bergoglio llegó a un punto de no retorno en Nápoles. Un discurso abstracto y antidoctrinal. Existe el rechazo preconcebido de la apologética, de la disputa, ¡incluso de las "preguntas en disputa” (¡Santo Tomás!) “Incluso la refutación del error es vista por Bergoglio como rigidez. Las piedras angulares de un San Juan Bosco, de los Padres y de los Doctores de la Iglesia, todo ello en las venas de la neoteología de Rahner”.
El periodista y licenciado en Ciencias Religiosas en el Seminario de Trieste, Silvio Brachetta escribió: “Con este pronunciamiento, Bergoglio llegó a un punto de no retorno en Nápoles. Un discurso abstracto y antidoctrinal. Existe el rechazo preconcebido de la apologética, de la disputa, ¡incluso de las "preguntas en disputa” (¡Santo Tomás!) “Incluso la refutación del error es vista por Bergoglio como rigidez. Las piedras angulares de un San Juan Bosco, de los Padres y de los Doctores de la Iglesia, todo ello en las venas de la neoteología de Rahner”.
Agregaría que, si Bergoglio llega a decir que debemos “dar a los estudios eclesiásticos la ‘renovación sabia y valiente’ que requiere la transformación misionera de una Iglesia saliente” que no puede dejar de mirar, por ejemplo, el destino de los refugiados, se convierte en un disco rayado compulsivo; pero también es extremadamente provocativo por lo que la migración / invasión descontrolada representa para Italia y para Europa en su conjunto, también en términos de islamización, está sordo y burlándose con respecto a las decisiones gubernamentales que reflejan la voluntad de la mayoría de los ciudadanos, incluidos católicos no ideologizados. Un hecho inaudito, nunca antes visto y, debo decir, execrable.
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