Todos recordamos los extraños bailes de los sanitarios realizados simultáneamente en muchos hospitales en gran parte del mundo occidental, en medio de la “segunda ola de coს1d”, ¿Qué “meta-mensaje” se transmitió a nuestra sociedad?
Pero, ¿por qué las direcciones estratégicas de las Empresas de Salud o, quien sea, se tomaron la molestia de organizar y hacer que sus “empleados” escenificaran estos bailes grupales en un período tan dramático caracterizado por la muerte de muchas personas hospitalizadas?
¿Cuál fue la verdadera intención detrás de esta elección obviamente planeada? ¿Qué “meta-mensaje” transmitió a nuestra sociedad y pueblo una acción como esta, enviada de forma viral en las redes sociales?
Esta performance colectiva de “arte neorrealista”, similar al molde socialista, ¿qué significó?
Te ofrezco mi interpretación.
Nos estaban comunicando, de manera subliminal pero muy clara, lo siguiente:
1) ¡“Estamos en guerra” y por definición hay un “precio en vidas humanas a pagar”!2) El llamado “bien colectivo” (orwelliano) prevalece sobre el individual, ¡siempre y en todo caso!3) ¡El individuo es prescindible!4) La "Medicina" y la "Ciencia" al servicio del gobierno y la política no puede ser discutida y/o cuestionada, por definición. Cualquiera que se atreva a hacerlo se convierte en un "hereje", un enemigo de la sociedad al que hay que golpear, "quemar en la hoguera" y tildar de "negacionista".5) Todas las opciones políticas y las medidas adoptadas y que el gobierno hubiera adoptado (confinamientos, etc.) son de un orden superior a todo y a todos, incluida la constitución.
La técnica de "administración" y narración utilizada, por lo tanto, fue la de la "ficción" de las series de televisión, repetitiva y obsesiva. Método hiperprobado para domar, adoctrinar y debilitar la mente de los pueblos. Todo para seguir drenándonos y vaciándonos de energía vital y capacidad de concentración activa, es decir, de fuerza de voluntad, hasta el punto de dejarnos exhaustos e incapaces de pensar en otra cosa que no sea nuestra propia supervivencia material como individuos individuales. Destruyendo, como resultado práctico, el sentido de comunidad, en el que todos participan y contribuyen al bienestar de todos.
Es una técnica psicológica conocida como "programación predictiva" que explotando el principio de la inoculación hace que nuestra mente sea gradualmente tolerante a los mensajes subliminales transmitidos, sorteando así los mecanismos de defensa y las barreras de nuestra mente, que se transforma en una "esponja".
Condicionar y modificar la percepción de la realidad en la mente colectiva es el objetivo militar no declarado de estas operaciones psicológicas a las que aún hoy estamos sometidos y que se llevan a cabo desde hace décadas.
Transformar las poblaciones en masas, con el menor nivel posible de sensibilidad/conciencia y conocimiento de los mecanismos de la vida para hacerlos fácilmente controlables y manipulables. Todas las declinaciones caleidoscópicas del negocio del entretenimiento (literalmente "mantener atada la atención de la gente") han servido y sirven a este propósito. Desde "programas de entrevistas", pasando por "talentos", pasando por la "rueda de la fortuna", hasta programas para jóvenes (por ejemplo “ Gran Hermano”, etc.) Por último, pero no menos importante, deportes, cine, series de televisión. Finalmente, el efecto explosivo, en términos de aislamiento emocional y sentimental de las personas, que generan las redes sociales.
Después de ese lavado de cerebro continuo e intensivo, todo lo que sucede a nuestro alrededor y que concierne a los demás se vuelve, por definición, "no real", porque es percibido por la mente colectiva como una "ficción", exactamente como sucede en la ilusión televisiva o cinematográfica.
El resultado a medio plazo está ante los ojos de todos, es decir: el desarrollo en las personas de la indiferencia hacia el sufrimiento ajeno. Exactamente lo que Dante, el "Divino poeta", describe como centro de su Infierno en la Divina Comedia: "el corazón de hielo", incapaz de empatía y sentimiento. Los otros efectos graves son la falta de valor y la pereza.
Necesitamos urgentemente un "gran despertar humano" que debe empezar en cada uno de nosotros para reconstruir una nueva sociedad humana, alternativa al diseño eugenista de estos "señores".
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